¿Por qué?

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La Sultana Hatice fue a la habitación de su hermano en un mar de lágrimas.

Soleiman: ¿Hermana, qué te pasó?

Hatice: Yo... yo tengo roto el corazón, Soleiman.

Soleiman: ¿Quién se atrevió a lastimarte?

Hatice: Ibrahim Pasha, no aceptó mi amor y me rechazó.
Creo que es por otra mujer.

Soleiman: ¿Qué puedo hacer para aliviar tu dolor?

Hatice: Quiero que permitas casame con Ibrahim.

Soleiman: Me acabas de decir que él te rechazó.

Hatice: No me importa, lo sé que Ibrahim me aceptará cómo su esposa. Si no es por otra mujer es porque te tiene miedo.

Soleiman: Pero Hatice....

Hatice: Si quieres ayudarme entonces dejame casarme con él, hermano.

Soleiman: Se hará lo que quieras.

Hatice: Muchas gracias.

Hatice abrazó a su hermano.
Soleiman queria que su hermanita fuera feliz, aunque tenga recurrir a la fuerza para lograrlo.

Luego de que ella se fuera a sus aposentos mandó llamar a Ibrahim.

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Unos hombres tocaron la puerta y Ibrahim la abrió.
Los guardias lo agarrron fuertemente
Para evitar que escape.

Ibrahim: ¿Qué es esto?
¿Qué pecado cometí?

Ninguno habló y lo tuvieron que llevar atrastrando a los aposentos del Sultán. Qué lo esperaba muy serio.

Ibrahim: ¿Mi señor, qué fue lo que hice?

Soleiman: Ibrahim en una semana tú y Hatice se casarán.

Ibrahim: ¿Cómo?

Soleiman: Lo que escuchaste.
Si quieres seguir vivo cómo mi mejor amigo tendrás que obedecer.

Ibrahim: Cómo usted ordene.

Soleiman: Ese es mi amigo.

Ibrahim se levantó, Soleiman feliz lo abrazó y luego lo miró.

Soleiman: Una última cosa,
Has feliz a mi hermana o verás.

Ibrahim: Si, mi majestad.

¿Por qué a mí? ¿Por qué me pasan estas cosas? ¿Qué pensará Hürrem de esto? Espera, ¿Por qué me importa
Lo que creea?

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A la mañana siguiente Hürrem se levantó y fue a la sala a desayunar.
Se sento solo con María, sus otras compañeras no la querían cerca.
Había pasado una semana desde que el Sultán la llamó y no volvió a llamarla o alguna de las concubinas.
Creían que ella era la culpaple de que el Sultán no solicitó a ninguna.

Hürrem: María, creo que estoy enamorada.

María: ¿Del Sultán?

Hürrem: No, repudió a ese hombre. Habló de Ibrahim Pasha.

María: Bueno, si el Sultán no vuelve a llamarte te podrán casar con un Visir o Pasha.

Hürrem: Yo quiero al Pasha cómo mi marido y padre de mis hijos.

Prisioneros por amor.  Ibrahim Pasha y Sultana HürremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora