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—Muy bien Naruto, recuerda que dentro de un mes tienes que venir otra vez para realizar la segunda cirugía de acuerdo?

—Lo se Sakura, gracias. —Salgo del consultorio. Aún sigo en muletas pero puedo ya moverme con mayor facilidad.

—¿Vamos a casa? —Pregunta Itachi quien me estaba esperando.

—Si, quiero ver a mis hijos —Nos dirigimos hacia casa, donde veo a mis niños jugar con la niñera kanao.

—Señor Uzumaki, me alegra que ya este mejor, bienvenido —me recibe kanao.

—Gracias Kanao, y gracias por cuidar a mis niños en mi ausencia en en la de mi esposo, hiciste un buen trabajó.

—Muchas gracias. Si necesitan de nuevo mis servicios, vendré corriendo, sus hijos son unos verdaderos angelitos —sonríe amable. Y le devuelvo el gesto. Sale de la casa y los niños salen corriendo a mis brazos.

—¡Papi! Que bueno que ya estas con nosotros, te extrañamos mucho! —Los abrazo muy fuerte. Son mis niños pequeños y los amo como a nadie en el mundo.

—Amor tengo que salir, pero en cuanto me desocupe vengo porque quiero pasar más tiempo contigo —Se acerca itachi hacia mi, y me besa con mucho cariño—. Me alegra tenerte de nuevo aquí. —Sonrió.

—Me alegra estar aquí, le diré a Annie que me ayude con la comida, te espero para comer juntos —Itachi asiente, toma sus cosas y sale de la casa.

Itachi Uchiha

Me subo al auto, arrancó directo a la dirección que me dio Denki. Llegó y veo que es una casa pequeña, color azul por fuera y un pequeño patio con la hierba alta. Me bajo y tocó la puerta, me espero unos dos minutos cuando una niña pequeña de aparentemente doce años.

—Hola pequeña, disculpa pero se encuentra tu mami? —La niña me mira con un brillo en los ojos. Asiente.

—¡Mami, un señor te busca! —Grita. Tiempo después la señora aparece tras de la pequeña con un bebé en brazos. Me confundo un poco. Será su hija? Eso no venía en sus antecedentes.

—Buenas tardes —digo—. Usted es Missa Kuri?

—Soy yo, adelante, pase —Se hace a un lado para entrar a su casa. —Usted es Itachi Uchiha verdad?

—Así es. Me imaginó que su esposo le hablo sobre mi no es así? —Esta asiente.

—Tome asiento, voy por el teléfono de mi marido. —Me siento y veo la pequeña casa desde su interior, no tienen lujos pero tienen lo necesario. Veo a la señora sentarse frente a mi, y pone el teléfono en la pequeña mesita de enfrente.

—Tiene clave de Seguridad? —Pregunto.

—No. Pero dígame algo señor, usted si va a poder ayudar a mi esposo?

—Tengalo por seguro. Disculpe por ser un entrometido, pero es su hija?

—Si, la acabo de tener hace dos semanas. Esta pequeña es una de las razones por las que quiero que Denki salga de esa prision en lo que lo metieron, las cosas se han complicado más de lo que parece en esta casa, los niños dejaron de ir a la escuela porque no tuve con que pagar. —Comienza a soltar lágrimas.

—Tranquila..., Missa, yo prometi que usted estaría bajo cuidado. Que yo me encargaría de ustedes y eso haré. Le pido de favor que recoja toda sus cosas, ropa y cosas importantes. Se mudaran de aquí. —Le digo. Ella se queda confundida por un rato.

—Como que mudar, no tengo un solo peso para mudarme, además que es eso de que usted se encargará de nosotros?

—Mire Missa, yo hable con su esposo, y efectivamente a el lo amenazaron con ustedes, de que si no se entregaba, usted y sus hijos iban a pagar. Por lo que yo le prometi a Denki que yo los cuidarla, pero a cambio el tenía que atestiguar en contra del verdadero culpable. Por eso me mando por este teléfono, que es la evidencia que necesitamos.

Reflexión (Itanaru) (Obidei) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora