Capítulo 16.

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Tomaron un tren para dirigirse hacia el nuevo piso, el trayecto duraba exactamente una semana, de la cual ya habían pasado cinco días. Durante ese tiempo hicieron sus actividades como entrenar, estudiar sobre el lugar al que se dirigían y por momentos contar anécdotas.

Debido a la cantidad de regulares que abordaban el tren, se veían obligados a mantener la distancia y evitar sospechas.

Sin embargo, cuando todos dormían y el silencio reinaba, se escapaban a un lugar secreto del tren que solo ellos conocían. La noche se había convertido en el mejor momento de sus días y su escondite para estar juntos.

Tan pronto el sol se escondía, los tres se reunían y aprovechaban la oportunidad para mostrarse el cariño que compartían, estos encuentros clandestinos se convirtieron en su pequeño paraíso privado, donde podían ser ellos mismos sin miedo al juicio o las consecuencias. Cada beso robado, cada caricia compartida, era un tesoro valioso que guardaban en sus corazones. Se abrazaban con ternura, sus labios se encontraban en besos llenos de amor y compartían risas, palabras de amor y una que otra inquietud.

Justo ahora, Khun estaba emocionado ya que después de un largo día, finalmente el reloj marcaba las 7 pm, hora en que el resto del mundo dejaba de existir y de ser feliz con las personas que amaba. La cita para el día de hoy era en el último vagón, exactamente en el cuarto de lavandería, para cualquiera sonaría como un disparate pero para ellos, algo divertido y maravilloso.

Con cautela salió de su habitación para dirigirse hacia el lugar acordado.
Tocó tres veces y le abrieron la puerta, una sonrisa se dibujó en su rostro al ser recibido por Bam. Se dieron un abrazo y luego un tierno beso de bienvenida, segundos después se incorporó Hatz, envolviendose en un abrazo lleno de amor, y la felicidad se hizo presente.

–Khun, Bam, me alegra estar en compañía de ustedes ¿Cómo les ha ido en el día?

–Aburrido pero ahora que estamos juntos, mucho mejor– respondió Aguero, sonriendo.– Sé que este lugar es un poco extraño, fuera de lo común, pero al menos estamos reunidos.

–Sé que es un poco complicado– suspiró– Esto de llevar nuestros encuentros en lugares escondidos pero solo es momentáneo, pronto seremos felices frente a los demás sin que nada ni nadie nos importe, así que no tengo problemas si tengo que reunirme con mis serés queridos en el lugar más oscuro del planeta, mientras pueda disfrutar de su compañía, está bien.

Las palabras de Bam siempre eran reconfortantes de escuchar y aliviaba cualquier corazón, incluyendo los de sus queridos Hatz y Khun.

Y es que tenía razón, el lugar era lo de menos, encontraban la manera de divertirse entre ellos incluso con cosas que para cualquiera parecieran simples, tales como una guerra de almohadas, la cual finalizaron con besos cargados de ternura.

Las risas llenaban el aire mientras se escondían detrás de montañas de ropa para jugar a las escondidas. Se abrazaban en secreto mientras la conexión que compartían crecía en cada encuentro, y encontraban en ese cuarto de lavandería un espacio para expresar su amor y fortalecer su vínculo.

Después de un rato riendo y divirtiéndose, se quedaron en un rincón del pequeño espacio, donde improvisaron un colchón formado por varias sabanas colocadas en el suelo, los tres se sentaron apoyándose en la pared, Bam estaba al centro mientras Khun y Hatz recostaban su cabeza en ambos hombros, tomados de la mano.

–Hace mucho tiempo que no me divertía de esa manera– el espadachín se sinceró, con una sonrisa y sus mejillas sonrojadas– Gracias por hacerme pasar buenos momentos.

–Al principio pensé que era un disparate elegir este lugar pero fue una buena decisión después de todo, lo bueno es que el cuarto de lavandería únicamente lo usan por la mañana.

Guilty Heart || BamKhunHatzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora