3. El parque.

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Los días se volvieron monótonos y aburridos despues de aquellas 100 citas, el mundo perdió color o al menos eso pensaba el, porque su corazón dejó de latir cuando el se marchó.

Por supuesto que siguió con su vida, salía, seguía avanzando, de forma robotica quizá, pero seguía adelante.

Decidió volver a ese parque, aquel de su segunda cita, ese donde conoció mas de él.

El timbre de Charles resonó por todo el departamento, sacándolo de sus pensamientos, haciéndolo correr a abrir.

— Hola. — sonrió el monegasco al verlo.

— Hola. — le devolvió la sonrisa, adentrándose en el departamento, dejando ver una canasta en sus manos. — Tendremos una cita hoy.

— ¿Una cita? — preguntó con una sonrisa.

— Si, vamos de picnic. — hizo una pequeña pausa, admirando el cuadro. — Es maravilloso, ¿cuando vas a mostrarle al mundo tu talento?

—Definitivamente no hoy. — respondió, limpiando los restos de pintura de sus manos. — Hoy voy a una cita contigo.

— ¿Playa o parque? — preguntó.

— Parque.

— Entonces vamonos. — tomó su mano, saliendo ambos del departamento.

Si tan solo pudiese volver a tomar su mano, regresar a ese momento, no lo soltaría jamás.

— Entonces, ¿dulce o picante? — preguntó el mayor.

— Dulce.

— Justo como esperaba. — besó su mejilla. — Prefiero un poco mas lo picante.

Tomó uno de los chocolates llevándolo hasta los labios del monegasco, fingiendo que era un avión.

— ¿Sabes algo vergonzoso? Tengo un apodo... — rio. — Lo odio, pero mis amigos suelen molestarme con el.

— ¿Que tan malo es? — Charles lo miró curioso.

— Es Chili. — rio.

— Chili, me gusta como suena. — sonrió, mordiendo ligeramente su labio.

— Vamos, cuentame algo de ti, algo que nadie sepa. — lo miró con interés.

— ¿Algo vergonzoso? Le temo a los espacios pequeños. — admitió. — Me siento sofocado en ellos, los odio.

— Eso no es vergonzoso cielo, es un miedo, todos tenemos miedo a algo. — le sonrió.

— ¿Tu a que le temes?

— En este momento... — fingió pensar. — Le temo a perderte.

— Me conoces hace un par de días. — rio. — No puedes temer eso.

— El tiempo es irrelevante para mi, encanto. — acarició su mejilla. — Me gusta sentir y amar de forma intensa, sin importar si son dos días o toda la vida.

— Entonces es un buen momento para decir que jamás vas a perderme. — se acercó mas a el, juntando sus labios en un tierno y rápido beso.

— Me gusta como suena eso.

¿Podría calificar eso como una mentira? No y si, Charles le había dicho que jamás iba a perderlo y ahora no estaba ahí.

Aunque tendría una parte de el por siempre, Charles permanecería en sus recuerdos para siempre.

Sonrió, llevando su mano hacia su pecho, acariciando la piel, sonriendo con tristeza, mientras observaba el lago frente a el, estaba ahí, donde ambos se habían jurado no perderse.

Pero se habían perdido, Carlos había perdido a Charles.


¡Gracias por leer!❤

Los amo, besos 🫶🏻✨

100 Días Con Él ||• Charlos •||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora