𝖲𝗎 𝘴𝘦𝘨𝘶𝘯𝘥𝘢 Opción [x]

Capítulo 6 |L, Aram|

Capítulo #6

L, ARAM.

Tara. Belle. Larette.
Pensé que nunca la volvería a ver, pero aquí está, Justo frente a mí.

Parece una estupidez, pero han pasado 2 años y mentiría si dijera que no sigo deseándola como la primera vez. Y sería el hijo de puta más mentiroso si dijera que no la he extrañado.

¿Mi matrimonio? Se fue para el mismísimo infierno, aunque no del todo, pero decidimos pausar la fecha porque a Sara le llegó una oferta de trabajo aquí, en Italia.

En la maldita Italia.

De tantos países, ciudades y provincias, qué hay en el mundo, ¿por qué justamente teníamos que encontrarnos aquí?

Más, tengo que admitir que fue un encuentro demasiado motivador para mi gusto; su cuerpo bailando al son de la música con un vestido de color rosa muy bien ajustado, restregándome el hecho de que ella no solo puede ser sexy y femenina, sino que también tiene la capacidad de verse tierna y jodidamente inocente si ella así lo prefiriere.

Cualquier hombre que quiera un buen polvo esta noche y quizás otros más, se fijaría en ella.

Una noche larga y candente, eso quería, pero no con cualquier mujer.
Quería una que me recordara las locuras que hacía ella, y santa mierda.
Gracias Dios por concederme estar aquí y que sea exactamente ella quien llamó mi jodida atención.

No lo pensé dos veces para disculparme con mi amigo Vladimir, y acercarme a ella.

Lo que no esperaba era que estuviera tan enojada a tal punto de llamarme narcisista.

No estoy ofendido, al contrario, descubrí que me enciende verla enojada, celosa y haciendo berrinches.

Su piel sedosa y delicada parece al borde del quiebre sobre mis dedos, frunzo el ceño y la atraigo hacia mí, haciendo que su cuerpo choque con el mío.

Sonrío un poco al sentir su aroma y su calor cerca de mí.

Ese puto olor a manzanilla chocando con mi perfume.
Aunque se puede decir que en cierta forma sí lo extrañaba.

—¿Estás segura de que te quieres ir sin escucharme?

Sus ojos encuentran los míos.

—No, no lo estoy —balbucea—. Pero si de algo estoy segura, es de que no quiero ser solo el buen sexo de alguien y menos, su segunda opción.