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Capítulo 14 |L, Aram| "Ultimos capítulos"

Capítulo #14

L, ARAM.

Al llegar al baño, la dejo en el piso mientras busco los productos y utensilios suficientemente para que se sienta cómoda.

Nunca hice esto antes, así es que como es raro para mí, seguro también es extraño para ella.

—No tengo champú con olor a Manzanilla, pero tengo champú de jojoba y chocolate —le digo, pasándole el envase.

Tara lo toma con una sonrisa ante de fruncir el ceño.

—¿Cómo sabes que uso champú con aroma de Manzanilla? —murmura con sus labios apretados al finalizar la pregunta.

—Quizás porqué desde la primera vez que tuvimos sexo tomé té de manzanilla casi todos los días tratando de recordar donde había olido ese jodido aroma, hasta un día en el que descubrí que venía de ti y ya dejé de tomar el bendito té —respondo, mientras me acerco a ella y acuno sus mejillas—. Pensé que usabas una crema u algún perfume, pero si no son los productos más duraderos de este jodido mundo, entonces no era ni uno ni el otro.

—¿Y cuando te diste cuenta de que era mi champú? —pregunta, sin quitar sus curiosos ojos de mí.

—De que el olor a vainilla provenía de ti, 2 semanas después de empezar a tomar el té. Más adelante me di cuenta que el olor aumentaba cuando olía tu cabello, así que supuse que era tu champú —contesto, juntando nuestros labios en un casto beso antes de llevar una mano a su cabello, tomar un mechón y olerlo.

Jodidamente rico.

Malditamente dulce.

Mierda. ¿En serio me estoy excitando por oler su cabello?

Por eso es que pienso que estoy loco, pero loco por ella.

—No es solo el champú —adhiere.

Suelto el mechón y me alejo para medir la temperatura de la bañera.

—También mi gel de baño y mi jabón son artesanales, cada uno hecho de Manzanilla natural, y cuando digo natural quiero decir que no tiene ningún tipo sin conservantes, por lo que los mantengo en una temperatura lo suficientemente fría —dice, y volteo a verla con el ceño fruncido.

—¿Estás diciéndome que todos tus productos están hechos de manzanilla?

—En realidad no todos, mi gel íntimo es de vainilla con solo una pizca de canela.

—¿Tienes un gel íntimo, Tara?

—Toda mujer que se cuida tiene uno —susurra, bajando la cabeza cuando un leve rubor aparece en sus mejillas—. Es esencial para el cuidado personal.

—¿Es eso así? —pregunto, con la voz un poco más ronca que antes.

No entiendo esto.

El por qué mi voz se vuelve tan grave cuando quiero preguntarle algo, y aún más cuando es sobre algo vulgar.