Capitulo 8:Juntos

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Ya era cerca de la noche en la ciudad de Orario y en cierta iglesia abandonada estaba cierto albino terminando de colocarse su traje de gala mientras se observaba en un viejo espejo.

—no me miró nada mal —dijo satisfecho colocándose el saco negro—. Solo espero que Airmid-san este allí o todo será por nada —penso un poco nervioso y ansioso por ver a Airmid con vestido.

—mmm...

Bell fue sacado de sus pensamientos al escuchar un pequeño quejido de su diosa la cual se estaba despertando en la única cama que habia en el lugar.

—¿Qué hora es? —pregunto aún un poco desorientada.

—creo que falta poco para que sean las siete de la noche —respondio tranquilamente mientras se arreglaba la corbata.

Al ya haberse despertado casi del todo Hestia observo a Bell con el traje de gala confundiendola.

—¿A dónde tan elegante? —pregunto curiosa.

—es más que obvio que para la fiesta de esta noche —dijo colocándose una poco colonia que había comprado.

—¿Fiesta? ¿Cual fiesta? —pregunto más confundida.

—ah.....

En ese momento Bell se acordó que ayer había llegado tan borracho de beber jugo de piña que se había olvidado de darle la carta con la invitación a su diosa y hoy por estar comprando su traje de gala también se le había olvidado.

Así que lentamente camino hacia un pequeño bolsón donde estaba la carta entregandosela a su diosa la cual la tomo con curiosidad.

—a ver —susurro empezando a leer la carta.

—.....

—.....

—.....

—.....

—.....

—.....

—.....

—¡BELL-KUN IMBÉCIL!

Fue el fuerte grito que salió de una enojada Hestia la cual por poco explotaba los tímpanos de Bell.

—p-perdon —se disculpo avergonzado y arrepentido.

Si, Bell siendo Bell...

Un rato más tarde.

Un carruaje se había detenido frente a una enorme mansión donde muchas personas ya estaban entrando.

En el carruaje estaban Bell y Hestia, ambos vestido de forma elegante.

—al menos pensaste en todo —dijo Hestia bajando del carruaje con ayuda de Bell.

Hestia cargaba un vestido azul el cual fue comprado por Bell, incluso había pagado el carruaje unas horas antes.

—jejeje lo único que se me olvidó fue darle la noticia —rio Bell avergonzado.

—eres demasiado descuidado —dijo Hestia observando la enorme mansión—. Con que Apolo, me parece muy sospechoso que nos haya invitado y mucho más después de que me contarás lo que te sucedió ayer.

—a mi también pero creo que es buen momento para aprovechar y comer comida de calidad —dijo Bell con una pequeña sonrisa.

—¿Y porque crees que vine? —pregunto Hestia ya queriendo ver qué tipo de comida había en el banquete—. ¡Vamos!.

Y con una sonrisa emocionada Hestia empezó a caminar por el patio de la mansión siendo seguida por Bell el cual observaba a sus alrededores por si miraba a Airmid pero solo había gente desconocida.

Solo por verteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora