Capitulo 11:Bell vs Hyakinthos

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Por las calles vacías de la parte abandonada de la ciudad de Orario cierto albino corría con su diosa en sus brazos esquivando flechas con mucha habilidad.

—¡Malditos acosadores! ¡Dejen de seguirnos! —grito Hestia con enojo.

—a este paso no podré hacer nada —penso Bell frustrado viendo como más miembros de la familia Apolo los seguían y con Hestia en sus brazos no podría defenderse—. Tengo que buscar un lugar seguro para Kami-sama.

Y en un segundo Bell aumento mucho más su velocidad para sorpresa de sus enemigos los cuales vieron como se alejaba.

Corría lo más rápido que podía girando en cada cruce que encontraba para poder perderlos aunque sea por unos segundos.

—¿Bell-kun? —dijo Hestia confundida viendo como Bell se detenía en un callejón.

Este suavemente dejo a su diosa de pie en el suelo y se acercó a una pared la cual estaba cubierta con muchas cajas las cuales rápidamente quitó.

Para sorpresa de Hestia en la pared había un agujero en el cual podía caber una persona.

—conozco este lugar ya que a veces juego con unos niños al escondite —explico con una sonrisa avergonzada—. Pero eso no importa, tiene que esconderse rápido Kami-sama.

—¡¿Eh?! ¿Pero tú? —pregunto con preocupación.

—yo los alejaré de aquí e intentaré derrotar a todos los que pueda —respondio viendo a todos lados por si aparecía el enemigo.

—¡No! Pelear con aventureros es muy distinto a pelear con mounstros y sabes muy bien que por tú condición no puedes pelear por mucho tiempo —se nego Hestia no queriendo dejar solo a su único hijo.

—pero si está conmigo no podré protegerla de tantos enemigos. Tiene que esconderse mientras busco una manera de solucionar esto.

—p-pero —tartamudeo Hestia amenazando con llorar.

No le preocupaba Apolo, después de todo ese idiota no tenía intenciones de asesinar a Bell pero no estaba segura en como afectaría todo ese esfuerzo a la enfermedad.

—estare bien Kami-sama —dijo Bell con una pequeña sonrisa abrazando a su diosa—. Le prometo que estaré bien y regresaré con usted.

—mas te vale que cumplas tu promesa —susurro aún no queriendo separarse de él.

Pero resignada tuvo que esconderse en el escondite viendo el rostro sonriente de su hijo.

—jeje no se preocupe —dijo con una gran sonrisa y una señal de paz con su mano mientras colocaba otra vez las cajas para ocultarla. 

Mientras Hestia solo sentía una presión en su pecho al escuchar los pasos de Bell alejarse del lugar.

—su enfermedad no le permite pelear por largos periodos de tiempo —susurro mientras una pequeña lágrima caía de su ojo—. No resistirá.

Aunque en eso a los recuerdos de Hestia llegó la habilidad que tenía Bell.

—voluntad de hierro —susurro al recordar que esa habilidad potenciaba la fuerza de Bell mientras más herido de gravedad estuviera.

Una habilidad la cual lo mantenía de pie y aferrado a la vida por muy mal que estuviera.

—¡Soy idiota! Y yo que pensaba que la tenía porque era masoquista y es por seguir aferrado a la vida —penso sintiendose una tonta—. Quizas esa habilidad le de la fuerza para resistir —penso angustiada—. Pero eso también es malo a largo plazo.

Una habilidad buena para su enfermedad pero la cual tendría una consecuencia para su querido hijo.

—despues de esta maldita pelea le diré a Bell-kun sobre su habilidad, el tiene derecho a saberlo —penso decidida.

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