Capítulo 4 - Alucinaciones.

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Llevo horas sentada en el suelo de la biblioteca escolar, si hay otro lugar en el mundo que amo , definitivamente es este. Me dicen aburrida, pero en realidad es cultura. Leía un libro sobre música, fue lo primero interesante que encontré en las últimas filas de estantes.

Ya era de noche, estaba muy oscuro todo. Mi teléfono no ha parado de vibrar por las llamadas de mi hermano y de Maca, no respondí a ninguna. No quería hablar con nadie, quería un tiempo sola sin personas a mi lado que se pasen el rato preguntando si estoy bien o necesito algo en específico. Se los agradezco, sé que lo hacen con buenas intenciones, pero necesito tiempo para respirar sin presiones de nadie.

Me levanto y coloco el libro donde estaba, recojo mi bolsa y meto mi teléfono en ella, sujeto mi bolsa de una cinta, me encamino a la salida. Ya estaba llegando a la puerta, incluso veía la pequeña luz que salía de la estrecha apertura de estar medio abierta. Ya llegaba... Pero alguien lo impedía, sentí como me tapan la boca y me sujetan desde atrás, forcejeo un poco pero era en vano, era más fuerte. Me puso un pañuelo en la nariz... Y raramente voy perdiendo el conocimiento, mis ojos pesan... Y se cierran por completo.

🌸

Horas después

Al despertar estaba sentada en una silla y atada a ella, no podía moverme pero sí tenía un fuerte dolor de cabeza, mis ojos estaban vendados por lo que no veía nada, había mucho silencio. Mentiría si dijera que tengo miedo, la verdad, si me pasa algo me daría igual. Solo me preocuparía Will, el no sabe casi cuidarse.

Todo estaba tranquilo, pero mis oídos logran escuchar atentamente unos pasos bastante cerca de mí, había alguien más aquí, eso estaba claro.

Esos tipos de pasos... Es decir, el ruido que hacen los zapatos al caminar, lo reconocía. Siempre me fijo en los zapatos y el sonido que hacen al pisar, y definitivamente son zapatos de bota, pisadas de hombre. Era bastante entedible que era masculino ya que era más fuerte que yo, demasiado. El aroma, era tan varonil y atrayente, usaba perfume costoso, eso se podía determinar... Pero no me recuerda a nadie.

- Al fín despiertas - habló al cabo de unos segundos.

Su voz... La conocía era gruesa, muy masculina y la más sexy que escuché en mi vida. Pero no recordaba donde la escuché, no venía nada a mi cabeza.

- Pensé que demorarías más en despertar.

- Ya, es que normalmente me despierto temprano, pero no suelo ponerme un pañuelo con quien sabe que para dormir con más rapidez - sonrío burlona aunque no veo nada, capaz y le esté sonriendo a la pared.

- ¿No tienes miedo? Te encuentro muy chistosita.

- ¿Debería tenerlo? Y aunque así fuera, si me pasa algo, no me importaría, en realidad me harías lo que vendría siendo como un favor, solo me importa el idiota de hermano - sonrío me esta vez de boca cerrada.

- No, no deberías tenerlo.

- Eso quiere decir que no me matarás ¿cierto? - dije con desilusión.

- No - su voz estaba desconcertada, como si quisiera creer que era juego lo que decía, pero no lo era. No para mí.

- Vaya, que sorpresa,entonces vas secuestrando personas por diversión.

- No secuestro personas - negó estúpidamente en la situación contradictoria en la que se encontraba.

- ¿De verdad? - mi tono de burla se notaba.

- Tú fuiste excepción.

- Me siento especial , gracias.

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