Dicen que la curiosidad mató al gato pero, tal vez el gato sobrevivió... Eso esperaba. Meterse en los asuntos de Aiven Bennett era algo que podía costar incluso la vida, no es solo un decir. No sabía que tipo de peligro era en el que me metía, pero insistía en hacerlo.
Ayer luego de que Macarena se fuera, no tuve mucho que hacer más que esperar a mi hermano. No tenía algo mejor que hacer, así que fui con Darek, y sí, sin Aiven...
¿Me arrepentí? Tal vez. Terminó el trabajo que había empezado.
No sabía como ocultar los grandes moratones y hematomas que me provocaron sus fuentes golpes. Las del cuello pude ocultarlas con una bufanda, era buena idea ya que hacía mucho frío. Las del cuerpo en sí, la ocultaba la ropa pero, volvió a pegarme en el rostro. Tenía que ir al Instituto, ya había faltado ayer y no podía acumular faltas.
Rato más tarde.
- Bien. Objetivo de hoy, pasar desapercibido.
Comencé a caminar rápido por los pasillos para llegar pronto a mi taquilla. Siento que toman bruscamente mi brazo, y me hacen entrar al pequeño cuarto donde me había encerrado Darek la otra vez.
- ¿Qué te ocurre?
- Aiven... - mis ojos mostraban desconcierto.
- Responde.
- No comprendo que quieres decir.
- Tuviste una cita con ese idiota.
- ¿Cómo sabes eso? - Era casi imposible que lo supiera, no le dije nada después de que se marchara.
- Ese no es el tema. Entiendo que quisieras escuchar lo que quería decirte, pero ir sola era muy peligroso para -
¡Mierda! Que no se dé cuenta, por Dios.
- ¿Qué te ocurrió en el rostro?
- No es nada, un accidente tonto de los míos - mentí.
Antes de poder evitarlo, Aiven me quitó la bufanda y luego subió mi ropa dejando ver todo lo que ocultaba.
- Si quieres déjame desnuda - ironía llamando.
- No me des ideas, así podría ver todos los golpes. Fue el, ¿cierto?. No me vuelvas a mentir.
- No tiene importancia ya, déjalo.
- Te doy dos opciones. La primera es decirme todo lo que ocurrió y luego ir a dejarle como para envasar en latas de atún , y la segunda es ir directamente a dejarle hecho trizas. Es tú decisión.
- Aiven - mis ojos comenzaron a cristalizarse - por favor, no.
- El no sólo te pegó... - afirmó. Se dio cuenta.
- Por favor, sólo olvídalo.
- ¿Qué más te hizo, Claudia? De cualquier manera iré y le rompere los huesos, así que es mejor que hables.
- Aiven, basta. Es mi problema, no te incumbe - esta era la única manera de protegerlo - no te metas en mi vida personal.
- ¿Tu vida personal? - río mirándome aún.
- No eres nada mío, Aiven - lo miré y tragué grueso rezando por ambos - no tienes derecho a meter tus narices donde no te llaman.
- Bien, como quieras. Te vas a arrepentir de tus decisiones, pero no siempre podré esperar a que te arrepientas. Sé que estas ocultando algo.
- Sólo vete - pedí tratando de sonar segura.
El no estaría en problemas y no sabría lo que realmente ocurrió. Por más difícil que fuese, era mejor así para ambos. Sabía el poder que tenía Aiven en sus manos y familia , pero no del que dependía Darek. No podía dejar que le hiciera daño a la única persona que me ha protegido como nadie.
Me había acostumbrado tanto a Aiven en tan pocos días. Esto será difícil sin duda. Ahora comprendo lo que eran las palabras de las personas mayores.
"Nada es para siempre"
¿Lo peor? Lo peor no era haber alejado así a Aiven, sino lo que se viene pronto. Todo bajo amenazas y mentira. Dije que cuidaría de todas las personas que quiero, y eso haré. Lo estoy haciendo. Pero ¿A qué costo?
Sólo deseaba que Aiven se mantuviera al margen como pedí hace un momento. Sabía completamente que mis palabras lo habían hecho enojar, pero era mejor, no querrá volver a acercase. Eso espero.
Dejando atrás lo que pasó, salí de pequeño cuarto de limpieza y seguí caminando hacia mi taquilla. Ahí tomé mis libros de biología y me encamine al salón de clases.
Tomé asiento esperando estar sola en mi lugar. Para mi maravillosa suerte , tomaron asiento a mi lado. ¡Genial! Personas con suerte que levanten las manos, mientras yo las dejo abajo.
¿Miedo? Sí, no mentiré.
- Bonita...
- Tenemos un trato, Darek , pero en ninguna parte decía que te acercaras. Mientras más lejos estés, mucho mejor para mi.
- El trato es hecho por mi y por ti, pero quien tiene el mando aquí soy yo. Por lo tanto, se hace lo que ordene yo. Si quiero acercarme lo hago.
- Al menos, evita tocarme. Suficiente tuve - escupí con asco en su cara.
Se acercó a mi oído y en un susurro sólo dijo - Sabes que no me importa enseñarte como hablarme aquí mismo, frente a todos, nadie se meterá a defenderte. Así que no me provoques y pon de tu parte. Aiven ya no te protegerá y como vuelva a verte con el, no lo cuenta ninguno.
Me estremeció tan sólo pensarlo. No sé en que momento me enamoré del idiota este. Cometí el error de dejarme llevar por su rostro y su forma de hablar al grabar sus vídeos, los mismos que son una mentira. Realmente todo lo que es mentir, miedo y peligro , le pertenecía. Se aprovechaba del temor que sabía que le tenía.
- Aiven no volverá a acercarse a mí. No le hagas daño. No tienes que hacerlo.
- Así me gusta, buena niña.
¡No soy tu perra! Que ganas de meterle con la mesa y todo lo doloroso que encuentre.
<<<Sólo aguanta>>>
Debía aguantar , por el bien de todos.
Mi hermano, Will...
Macarena...
Aiven...
Esto vale toda la pena del mundo, aunque tenga que sacrificar mi vida y libertad. Ninguno de ellos será dañado. Darek lo prometió a cambio de lo acordado. No les tocaría un solo pelo, si decidía aceptar. Pero no ha pasado casi dos horas y ya quería terminar esto.
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Protégeme
RomantikTodas las chicas desean su propio cuento de hadas, pero por desgracia la vida no es así. Eso pensaba Claudia antes de aquel incidente que llevaba planeando un extraño chico de cabello oscuro y mirada penetrante. ¿Será el chico de cuentos de hadas qu...