Protégeme

Capítulo 8 - Quédate.

Comenzó a llover... Creo que Aiven tenía razón en no ir al Instituto. Le temo a relámpagos y truenos, por desgracia está sobrando de eso.

Estaba preocupada, eran casi las cinco de la tarde, y Will no regresaba, tenía además el móvil apagado. La buena noticia, si es que puede ser llamada así, es que Aiven se quedó. Dijo que era por si Darek volvía.  Nos habían quitado la electricidad, así que ahora estábamos sentados en la sala, hablando de temas al azar.

- Entonces realmente nunca lograste una buena relación de hermanos con Ekaterina.

- Nunca, y creo que ya es tarde.

- Nunca es tarde. ¿Sabes? - me miró atento - no la culpo a pesar de todo lo que me ha hecho, se debe de sentir sola y lo entiendo.

- Eres una buena Minion, realmente lo eres. 

- Lo dice el oso polar.

- Al menos soy alto.

- No, lo que eres es idiota.

- No te enfades. Eres un blanco fácil.

- Tu...

Aiven suspiró cansado - No diré nada, Claudia. Deja de insistir.

- Vale, no diré nada sobre eso - silencio... - pero es que no te comprendo Aiven.

- No hace falta que lo hagas.

- Eres insoportable.

- Chistosita la pequeña.

<<<Chistosita... >>>
Me recordaba a aquel hombre misterioso el cual me secuestró por estúpido. Decía que lo encontrara, ni que fuera detective, sin embargo, al escuchar a Aiven decirlo...

- Aiven, creo que me enamoré - espero que ne crea.

- ¿Qué? Es Darek, claro que sí - parecía molestarle - ¡Lo sabía!

- Hey, calma. No es Darek, no sé como decirte que no siento nada más que asco hacia el.

- ¿Entonces de quién mierda te has enamorado? - preguntó juntando sus cejas - Dime.

- No lo conoces y yo tampoco, solo me atrajo. Digamos que me tuvo los ojos vendados.

Parecía creerlo, su rostro se relajó y volvió a su asiento - ¿De que hablas?

Lo miré a los ojos unos minutos, hasta que decidí mejor no hablar. Algo me decía que no, lo decían sus ojos. Era como leer lo que piensa, y Aiven contenía un sentimiento que no podía descifrar.

- Era broma, no estoy enamorada. Además, no hacen ni cuarenta y ocho horas que dejó de gustarme el idiota de Darek.

- ¿Y que piensas de mí como persona?

- Eres un poco egocéntrico pero, tienes buen fondo. Tienes una misteriosa nube oscura a tu alrededor pero a la vez un arcoiris de ti mismo, como si creyeras nada más en lo que tu mismo quieres y decides creer.

- Me tienes bien analizado - río.

- Bueno, para que mentir.

- ¿Qué harías si el hombre con el que tienes una relación amistosa , te dice que eres su sumisa?

- Podrías explicarte mejor, no te comprendo del todo.

- Digamos que tu tutor firmó un contrato donde te hacía sumisa y propiedad de un hombre el cual no te dijo nada para no perderte, pero es la persona con la que más tiempo pasas y te lo sigue ocultando. ¿Qué harías?

Quedé mirando un punto fijo de la pared, pensaba en mi respuesta. La pregunta era extraña pero también quería darle una buena respuesta que quitara sus dudas.

- Yo la verdad, tal vez al principio no lo acepte y después comience a asimilar la situación. También puedo no perdonarlo nunca o algún día sí, todo depende de quien sea y cuan traicionada o engañada me sienta. Incluso hasta esté enamorada y eso pueda empeorar ya que, me dolería el doble. Realmente no sabría cual sería mi reacción, tendría que ocurrir aunque espero que no. Igual, ¿Por qué me preguntas esto?

- Solo era una pregunta - respondió con indiferencia.

- Vale.

En ese momento, la electricidad volvió. Aiven se levanta de su asiento y toma su móvil. Se acerca a despedirse y antes de pedirle que no se vaya, ya había tomado camino a casa. Me había quedado su pregunta grabada en la cabeza y su manera indiferente de hablar de un momento a otro. No parecía contento, Aiven es y siempre será así, inexplicable.

<<<¿Ahora que debo hacer...? Tal vez imaginar tener sexo con algún actor buenazo o mejor pensar en mi extraño secuestrador amistoso.>>>

Últimamente me pasaban muchas cosas extrañas, demasiadas cosas acumuladas y cada vez eran más, mucho más. A pesar de todo, en mi cabeza solo quedaba un nombre que de verdad no salía de ahí y dolía mucho, la nostalgia y el dolor no desaparecía. Cada día es una verdadera tortura para mí aunque no lo muestre.

Carola... Me pregunto. ¿Qué estaría haciendo ahora? Seguro aún seguiría metida en problemas. Siempre estaba en algo peligroso y apostando todo a su al rededor, pero gracias a ella aprendí a vivir. Aún recuerdo esas carreras... Éramos una gran familia y ahora solo tengo a William.

Antes de todo ello, teníamos un hermano más. Éramos cuatro hermanos, el verdadero orden entre los cuatro era William, Benicio, Carola y yo la pequeña. Lo que pasó con Benicio fue horrible, así lo narraba Will. Desde entonces dejamos las carreras ilegales, al menos yo lo había hecho con la intención de seguir adelante pero, Carola y Will se refugiaron en ella, incluso en cosas aún peores. Era lo que más temor le tenía, por tantos errores consiguieron muchas deudas que aún no están pagadas.

Temo por William.

Por desgracia, tenía demasiados problemas juntos por resolver y algunos más difíciles que otros. Pero en este momento era mejor dejar de pensar y simplemente limpiar mis lágrimas que ya resbalaban por mis mejillas.

Llamaré a Macarena, seguro me pasará los apuntes y podré ponerme al día. Lo admito, a veces me convierto en una buena estudiante.

- ¡Maca, podrías pasarme los apuntes!

- Oh, claro que sí... Pero primero me contarás donde has estado este tiempo, no sé nada de tí. ¿Sabes lo preocupada que estaba? Tenías el móvil sin cobertura ya que no recibías mis llamadas.

- Lo siento, la verdad si han pasado algunas cosillas que ya te contaré luego.

- Ando a unas manzanas. ¿Quieres que me pase por ahí?

- Sí, pásate un rato. Ponernos al día será el objetivo de la tarde.

- Bien, nos vemos en unos minutos - dijo riendo y luego colgó la llamada.

Iba a contarle la mitad de las cosas, omitiendo a Aiven y mi amistoso pero para nada raro secuestro. Confiaba en Macarena, pero habían ciertas cosas que eran mejor guardar.

_________________________________________

¿Y bien? ¿Que tal?

Hay muchas dudas y cuestionarios. Aiven con sus brillantes cambios de humor y su maravilloso misterio.

Es que Claudia también...

Veamos, ¿Tienen alguna teoría que compartir?

Por favor, si así es, coméntala y la leeré. Me encantaría saber que teorías pasan por sus mentes.