Capítulo 5 - Confianza

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Sus pasos eran consecutivos al igual que los míos, la única diferencia es que yo iba marcha atrás y el hacía mí.

Llegando al final, siento la pared chocar con mi espalda y darme cuenta que no tenía escapatoria.

Vi una sonrisa en su rostro, no logré descifrar que tipo de sonrisa era, pero claramente se reía de mí. Después de unos cinco o seis pasos más, ya había llegado a mí.

No sé como nunca llegué a pensar que me tocara o pondría una mano encima. Fue mi primer crush verdadero ,pero lo arruinó solito y en menos de cinco putos minutos.

- Escúchame bien, solo lo diré una vez. No puedes acercarte a Aiven, no te lo permito.

- Lo dice el que me acaba de golpear.

- Te terminarás acostumbrando, solo no me hagas enojar ¿Vale? Puedo ser muy susceptible, realmente no soy violento pero no me gusta que estén juntos.

- Solo me salvó, ni siquiera sé como te enteraste.

- Da igual, no te acercarás más.

- Darek, no eres mi pareja y mucho menos aceptaré esto.

- Amas probar mi fuerza y no pienso tolerarlo, te puedo dar otra bofetada si no quieres entender.

- Estás enfermo...

- ¡Te juro que vas a sentir lo enfermo que estoy! - elevó su mano para volver a pegarme y cerré los ojos por instinto.

Esperaba el otro golpe, ya lo había hecho una vez y solo por que supo que Aiven me había ayudado. No había visto a Darek todos estos días y resulta que mágicamente viene hoy a exigirme explicaciones que no tiene derecho a exigir. No sé que le pasa.

El golpe nunca llegó, así que abrí los ojos para ver que ocurría. Darek seguía con la mano elevada pero alguien no dejaba que llegara a mí, estaba sujetando fuertemente su mano, incluso podría estar haciéndole daño.

- A-aiven

Aiven lo empuja hacía atrás y le da un fuerte puñetazo, le ha dejado el labio lleno de sangre. Lo tomó por la camisa y le dió un cabezazo que casi lo deja inconsciente.

- Vámonos - dijo Aiven tomándome la mano y por alguna razón, me dejé llevar.

- Gracias - tapé un poco mi cara con mí cabello.

- No he llegado completamente a tiempo, ya te ha pegado. Espérame aquí, voy a saldar cuentas...

- No, déjalo así. Solo me iré a casa, estoy bien gracias a tí.

Agarré mi mochila y guardé el libro que aún tenía en la mano. Dios, debo verme horrible y patética.

- ¿Quieres que te lleve? - me preguntó antes de comenzar a caminar.

- No, está bien . No pierdas clases por mi culpa.

- Vamos, también pasaremos por una farmacia para comprar algo que alivie ese dolor y sane el moretón.

¿Acaso no escucha cuando se le habla o qué? Da igual, era cierto que no sé cuidarme sola. Mejor ir con el, no era un amigo de hace años y no es que tenga mucha confianza pero ahora mismo era la única opción que quedaba para ayudarme.

- Bien... - suspiré al ver que no diría no.

Caminamos hasta el estacionamiento sin decir una palabra, permanecimos callados aunque, no sé por qué presiento que dirá algo dentro del auto.

- Bien - lo sabía - ¿Lo conoces?

- Sí, bueno no del todo.

- Explícate.

- El era mi crush, se supone que era secreto y el no sabría nada. Simplemente me escribió y comenzamos a hablar pero tampoco sé como supo que me habías ayudado ayer, y se enojó mucho, me golpeó a la primera y quería que dejara de acercarme a ti cuando ni siquiera lo había hecho, iba a golpearme por segunda vez y llegaste.

- Darek... Bien pues ahora soy yo el que te dice que no vuelvas a verlo.

- Es que yo no hice nada, solo caminaba por los pasillos y me hizo entrar a ese cuarto que ni siquiera sabía que estaba ahí.

- Eso te pasa por enamorarte de idiotas en internet, no puedes fijarte en el cuando hace videos, muestra lo que a las personas le gusta. No confíes en cualquier extraño, pudo ser mucho peor, créeme.

- ¿Entonces no debería confiar en tí tampoco?

- Ni siquiera en mí.

Noté como apretó el volante y echó un poco atrás la cabeza. Apretó incluso los dientes. ¿Qué les pasa a los hombres? ¿Trabajan con la misma neurona cada uno?

- Pues que pena, eres lo único que puedo decir que he llegado a "confiar" un poco - hice comillas con mis dedos.

- Eres un caso imposible...

Me quedé mirándolo a los ojos, ya había visto su rostro varias veces pero ahora es que me doy cuenta ¿Cómo es posible que me dé cuenta ahora? Es algo que se ve en segundos...

- Aiven, tienes heterochromia... - afirmé con una sonrisa de medio lado pero sin embargo, para el no fue igual.

- ¡Mierda! Había olvidado ponerme el lente - paró el auto y luego de pasar unos minutos , logró colocar bien el lente.

- ¿Por qué lo escondes? - no debí preguntar creo. No tenemos tanta confianza como para meterme en sus asuntos personales.

Pero eran tan hermosos, un ojo oscuro y el otro azul, en ese ojo azul tiene una marca. Al menos a mí, me parece muy hermoso.

- ¿Y esa marca? - volví a preguntar.

- Llegamos a la farmacia, iré a comprar antibióticos y luego volveré. Iremos a algún parque cercano, seguro tu hermano preguntará que te ocurrió o pensará que fuí yo si me ve ahí contigo.

- Está bien - dije sin ganas ya que no respondió ninguna de mis preguntas.

Está bien que eran cosas personales, pero aún así me daba mucha curiosidad, demasiada. Aiven era una persona misteriosa, y un poco bipolar. Pensé que era como Ekaterina pero no, por el poco tiempo que pude estar cerca de él, que han sido pocas horas. Me doy cuenta de que no hay parecido ninguno, el no es tan idiota o falta de atención.

- Bien, solo había esto. Vamos al parque más cercano de aquí - ¿cuándo demonios fue que subió al coche?

- No me duele tanto y casi no se nota, no tienes que hace-

- Dije , vamos al parque más cercano y punto. No es para que elijas, te abrió una herida en la ceja, hay que curarla.

- Tú le abriste una herida en toda la cara - me quejé - aunque se lo merece.

- Bien, pensé que lo ibas a defender.

- Claro que no.

- Bueno basta de hablar, vamos a curarte eso en el parque, mejor ahí que corre el aire.

Por primera vez , hice caso y me callé. Estuvo conduciendo mínimo diez minutos más antes de encontrar el parque más cerca que había por aquí. Los dos nos bajamos y el me ayudó un poco a bajarme ya que casi me tropiezo no sé con que. Nos sentamos en los asientos libres del lugar y ahí Aiven cuidadosamente comenzó a limpiar la herida.

- ¿Está bien , señorita? - Por favor, no - ¿Su novio le hizo esa herida? - ¿Novio? - no se deje intimidar, dígalo y lo arrestamos - levantó bruscamente a Aiven y se lo llevaba a rastras.

Mierda de policía que se meten en lo que no tienen y cuando los llamas para algo serio de verdad, no aparecen los jodidos defensores.

- No, espere.

Intentó llevarlo incluso sin escuchar la respuesta a sus preguntas. No me dejó siquiera responder. Policía una mierda.

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