La verdad, al fin. Tumbado boca abajo, con la cara sobre la polvorienta alfombra del despacho donde una vez creyó estar aprendiendo los secretos de la victoria, Harry comprendió que no iba a sobrevivir. Su misión era entregarse con serenidad a los acogedores brazos de la muerte. Pero antes de llegar a ese punto tenía que destruir los últimos vínculos de Voldemort con la vida, de modo que cuando saliera al encuentro del Señor Tenebroso sin alzar la varita para defenderse, hubiera un final limpio y se diera por concluido el trabajo que no se había terminado en Godrics Hollow: ninguno de los dos viviría, ninguno de los dos sobreviviría.
Se incorporó despacio, muy despacio, y al hacerlo se sintió más vivo y más consciente que nunca de su propio cuerpo. Las imágenes de Fred, Lupin y Tonks muertos en el Gran Comedor volvieron a su mente, y se le cortó la respiración un instante; la muerte era impaciente
Esos pensamientos golpeaban, como la lluvia contra los cristales de una ventana, sobre la dura superficie de la incontrovertible verdad: él debía morir. «Debo morir.» Tenía que acabar.
—Hare esto solo Lyra — comento Harry. Lyra estaba de pie junto al pensadero.
Voldemort lo quería a él, Lyra debía irse.
—Cuando entenderás Harry Potter que no lo harás solo — Lyra se acercó y tomo su mano — asi tiene que acabar, siempre ha sido asi
Se puso en pie. El corazón le golpeteaba las costillas como un pájaro desesperado; quizá intuyera que se agotaba el tiempo y estuviera decidido a dar todos los latidos que le quedaban antes del final. Harry no miró atrás al cerrar la puerta del despacho.
Harry cubrió a ambos con la capa invisible y bajaron varios pisos, hasta que descendieron por la escalinata de mármol y llegaron al vestíbulo. Quizá una pequeña parte de él confiaba en que lo detectaran y los detuvieran; pero la capa, como siempre, resultó impenetrable, perfecta. Llegó a las puertas del colegio sin contratiempos.
En la entrada, Neville estuvo a punto de tropezar con ellos; volvía de los jardines con otro compañero, los dos cargando con un cadáver. Harry lo miró y notó otro golpe sordo en el estómago: Colin Creevey, pese a ser menor de edad, debía de haber vuelto al castillo a escondidas. Muerto parecía minúsculo.
—¿Sabes qué? Puedo con él yo solo, Neville —dijo Oliver Wood, y se echó a Colin al hombro para llevarlo al Gran Comedor.
Bajaron los escalones. Eran casi las cuatro de la madrugada. Los oscuros jardines estaban sumidos en un silencio sepulcral. Se aproximó a Neville, que estaba inclinado sobre otro cadáver.
—Neville
—¡Lyra, Harry! ¡Casi me da un infarto!
Ambos se quitaron la capa; acababa de ocurrírsele una idea surgida de su deseo de asegurarse por completo.
—¿Adónde van solos? —preguntó Neville con recelo.
—Forma parte del plan; tenemos que hacer una cosa. Escucha
—¡Harry! —exclamó Neville, sobresaltado—. No estarás pensando en entregarse, ¿verdad?
—No, claro que no. Esto no tiene nada que ver —mintió Lyra sin vacilar.
—Pero quizá nos ausentemos un rato. Oye, ¿sabes esa serpiente enorme de Voldemort? Él la llama Nagini
—Sí, algo he oído. ¿Qué pasa?
—Pues que hay que matarla. Ron y Hermione ya lo saben, pero te lo digo por si
Esa espantosa posibilidad lo hizo enmudecer un instante. Pero se serenó: era crucial seguir el ejemplo de Dumbledore y no perder la calma; tenía que asegurarse de que hubiera reemplazos, otras personas capacitadas para continuar la misión. Dumbledore había muerto dejando a los tres amigos implicados en la destrucción de los Horrocruxes, y ahora Neville ocuparía el lugar de Harry, de modo que seguirían siendo tres personas quienes guardaran el secreto.
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Harry Potter y las reliquias de la muerte // Lyra Grindelwald
FanficLibro #7 de la saga de Harry Potter - ¿Qué pasara... - se atrevió a abrir la boca Draco Malfoy - ¿Qué pasará cuando Lyra sea encontrada? - pregunto el pequeño de los Malfoys. Lord Voldemort lo miro fascinado ante tal valentía en su presencia. - Te h...