veintitrés

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A Iván le pilló totalmente desprevenido aquella propuesta, no se esperaba para nada que el ojiverde le pidiese de poder quedarse a dormir con el, mucho menos conociendo el contexto y la situación entre ellos dos.

— No, no pod-

— Por favor, soy consciente de quien soy yo y de quien sos vos —Le interrumpió Rodrigo antes de que pudiese terminar de negarse- Solamente será por el día de hoy, estoy muy cansado y no creo poder siquiera levantarme de la cama, literalmente me acabás de romper el orto, un toque de compasión -Pidió-

Iván suspiró en respuesta, realmente quería negarse y sacar a aquel asesino de su casa a patadas, pero simplemente no pudo hacerlo.

— Esta bien -Respondió secamente- Pero va a ser la única vez, esto no se va a volver a repetir, no te hagás ideas que no son, hoy me dejé llevar, nada más.

Sin decir nada más, Rodrigo se acurrucó en la cama de Iván, dejandole un hueco al más alto para que durmiese con el, el cual, con un poco de incomodidad por toda la situación, se recostó lentamente sobre el colchón tratando de conciliar el sueño.

Carrera no tardó mucho en quedarse completamente dormido, probablemente debido al agotamiento de lo que acababa de suceder, pero para Iván no fue tan sencillo. El alto llevaba ya mas de una hora tratando de dormir, pero no lo lograba, solamente podía pensar en que en ese momento tenía a su lado, durmiendo plácidamente al asesino que estaba tratando de capturar. La situación era bastante surrealista la verdad, acababa de tener sexo con un delincuente y ahora este estaba durmiendo a en su cama con él, como si fuese lo más normal del mundo.

Buhajeruk trató de alejar todos estos pensamientos de su mente, para así lograr dormir aunque sean solamente unas horas, y justo cuando lo estaba logrando, sintió unos brazos envolverle la cintura. Carrera le estaba abrazando mientras dormía, escondiendo tiernamente su rostro en el cuello del policía. Iván podía sentir la respiración pausada de Rodrigo en su nuca, proporcionándole una calidez que no le debería estar relajando tanto.

Iván se quedó completamente quieto, no sabía como reaccionar. Lo mas lógico para los ojos de cualquier persona, hubiese sido alejar al ojiverde para que dejase de abrazarlo, pero se sentía tan cómodo con el contacto de este, que esa ni siquiera era una opción para el alto, lo cual era bastante extraño, pues Iván era una persona que detestaba cualquier tipo de contacto físico, más aún cuando no tenía confianza con la persona, pero en este caso se sentía distinto.

Como pudo, Buhajeruk se giró poco a poco, tratando de no despertar a Rodrigo, quedando así cara a cara con el. Podía sentir la respiración de Carrera sobre la suya, estaban peligrosamente cerca.

Iván se tomó el tiempo de apreciar los rasgos del petiso, era realmente hermoso. Tenía el rostro relajado, y los labios entre abiertos, dejando salir de estos leves suspiros.

Sin darse cuenta, el corazón de Iván empezó a latir rápidamente, cosa que no le gustaba para nada. Buhajeruk odiaba no ser capaz de controlar sus sentimientos, y este era un caso de ello.

Carrera se veía tan tierno y tranquilo durmiendo, que nadie diría que ese rostro angelical le pertenecía a un asesino. Habían muchas facetas del ojiverde que Iván no conocía, normalmente la impresión que daba era de de un chico rebelde, al cual solamente le importaba su forma de ver las cosas, también era provocador y disfrutaba de molestar a los demás. Pero ese día, Buhajeruk había podido presenciar de primera mano la faceta sumisa de Rodrigo, la cual sería mentira si dijese que no le había gustado, y ahora también estaba viendo un poco de su lado tierno.

Era raro pensar que un asesino pudiese llegar a tener un lado tierno, pero en el caso de Rodrigo si era así, a pesar de todo, el no mataba por que le gustase terminar con la vida de la gente así sin más, él tenía sus motivos y su filosofía detrás de todo. Pero quitando eso, Carrera en el fondo era un chico bastante tierno cuando entraba en confianza con alguien, le gustaba mucho el contacto físico y era muy cariñoso con las personas.

Hubo un momento en el que Iván se perdió en el rostro de Rodrigo, y con el corazón latiendo desenfrenadamente, pensamientos intrusivos empezaron a llegar a su cabeza.

El hecho de estar conociendo otras facetas del asesino, más allá de la que dejaba ver públicamente, estaba torturando la mente de Iván, él jamás había sentido ningún tipo de pena ni compasión por un delincuente, eso era algo impensable, pero en ese momento, empezaron a llegar a su mente pensamientos como que capaz y Rodrigo no era tan mala persona como el pensaba, o que si hiciese el esfuerzo mental de tratar de comprender sus acciones, igual podría llegar a entender el por que de su actuar.

Cuando Buhajeruk se dio cuenta de las barbaridades que estaba pensando, se asustó. Eso no estaba bien, el siempre había actuado con la mente fría, nunca salía nada bien si dejaba salir sus emociones en medio de una investigación, las emociones siempre lo estropean todo.

Quería llorar, no sabía que mierda le estaba pasando, si en el pasado le hubiesen dicho que iba a estar durmiendo en la misma cama que un asesino, abrazado a él, se hubiese reído, pero ahora mismo no solo se encontraba en esa situación, si no que además, por si eso no fuese ya suficientemente horrible, incluso había llegado a pensar que el asesino era lindo y que capaz no era tan mala persona.

Buhajeruk atribuyó todos esos pensamientos a la falta de sueño, no queriendo ver la realidad de las cosas, se negaba a aceptar que realmente estuviese pensando esas cosas.

En un momento, bajó su mirada hasta los labios del ojiverde, unos labios voluminosos, con un sub tono rojizo y ligeramente abiertos. Iván jamás había sentido tantas ganas de besar a alguien como en ese momento. Tenía ganas de unir sus labios con los del ojiverde y degustarlos en un tierno beso, pues los besos que se habían dado con anterioridad habían sido todos posesivos y demandantes.

Sin detenerse a pensar mucho en las consecuencias de lo que estaba a punto de hacer, acercó su rostro lentamente hacia el del contrario, sintiendo sus narices rozar.

— ¿Que mierda me estás haciendo, Carre? -Susurró Iván antes de unir finalmente sus labios con los del ojiverde-

El beso fue corto, lento y tierno, tampoco quería alargarlo mucho, pues lo que menos quería en ese momento era que Rodrigo se despertara y tuviese que darle explicaciones, pero a pesar de lo corto, fue uno de los besos que mas cosas le habían hecho sentir a Iván, y eso lo asustaba enormemente.

Finalmente, logro conciliar el sueño, y terminó durmiendo abrazado a Rodrigo, con la cabeza de este apoyada en su pecho, mientras le hacía caricias en los rulitos de su pelo.




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Bueno, por aquí el capítulo veintitrés

Después del sexo tocaba escena soft, espero que os haya gustado el cap de hoy

Realmente aprecio un montón todo el apoyo que le estáis dando a la historia, todos los comentarios que dejáis me dan ganas de seguir escribiendo y mejorando, os amo mucho <3

Cualquier error o sugerencia que tengáis, siempre son bienvenidos, mientras sea desde el respeto.

Gracias por leer <3

serial killer [rodrivan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora