Descubrió que todo lo había idealizado y creyó fielmente que él sería la última persona que lo destrozara.
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Park Jimin no era el único en tener una tarjeta de presentación color plateada, pues él no era el único...
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Y aunque su cuerpo se hundia en espasmos de placer, Jimin en un empujó hacia enfrente y que por la gravedad; Yoongi cayó directo a la cama boca abajo.
Sin embargo los cosquilleos en su interior no paraban.
Min, jamás había disfrutado del experimentar a menos que se tratara de Jimin. Las sensaciones desconocidas para su cuerpo se presentaba en disfrute. Su vientre se estremeció tan pronto Jimin lo acomodaba en su posición favorita.
--Verte en cuatro me dan ganas de estirar tu hoyo hasta cansarnos.
Él se estiró solo un poco hasta alcanzar el latigo y, sin esperar, la vara cubierta de cuero lo azotó en su nalga de Yoongi.
--¡Oh! --se quejó.
Jimin mordió su labio y con perversidad, lo azotó de nuevo a la vez que su miembro comenzó a penetrarlo. Yoongi se esforzaba a que los amarres en sus brazos no le acalambraran sus hombros por tener el peso de su cuerpo. Su cabeza estaba ladeada, con sus ojos manteniéndose cerrados.
La sentia tan adentro, abriendose solo para él en contra de sus pensamientos que se oponian y que a su vez lo insitaban a perder la razón a olvidar por completo todo aquello que le lastimaba.
Para Jimin la exitación, se transportaba por su venas, reconociendo perfectamente la sensación cada que viajaba a un mundo irrea; cada que se hundia y salia en estocadas fuertes. Su manos sostenian las muñecas de Yoongi para seguir controlando la velocidad de cada penetración, tiraba de sus muñecas en confianza de que Min resistiria aquella posición.
El colchon crujia levemente cada que las rodillas de Jimin se hundian en la superficie, presionando los musculos en esfuerzo en cada movimiento. Su cabello se pocisionaba como una cortina rubia entre su rostro, pero aún asi, su mirada no ocultaba las penetraciones contra el culo de su ex-novio. Yoongi a pesar de estar entre sabanas oscuras, la mancha humeda de su saliva resvaladiza de la comisura de sus labios, era notada al desvio de observación de Jimin.
--No quiero soltarte jamas. Este es tu estado natural, solo sirves para brindarme placer. --habló con voz airada y entrecortada.
--S-sí, señor. --Yoongi tuvo que hablar, simplemente porque Jimin le dio otro azote.
El cuerpo blanco se empezó a llenar de rojeces bruscas ante la opresción de los nudos, pero no habría poder de detener el maltrato.
--Ngh...~ --Yoongi comenzó a gemir, al olvidar el ardor de su piel.
Sentirse vulnerable, rilaba su cuerpo aspirando aquel aroma particular de la fricción de pieles calidas, ese aroma que le encantaba y lo doblegaba a su merced. Pero aun asi, Yoongi se removió inconforme para su gusto y Jimin lo regresó a su lugar de hace un segundo.
--No te muevas, si no quieres que te castigue aún mas. -- habló con quijada y dientes apretados-- ¡Mierda flexiona bien tus rodillas y respira profundo.
