Descubrió que todo lo había idealizado y creyó fielmente que él sería la última persona que lo destrozara.
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Park Jimin no era el único en tener una tarjeta de presentación color plateada, pues él no era el único...
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Yoongi, lentamente se acercaba cada vez mas al miembro erecto de Jimin, metiendo su boca con cuidado, ambos cerraron sus ojos y Yooongi simplemente se dejó llevar ante su sabor.
Jimin se forzó a no soltar un jadeo de satisfacción
El sentir de su lengua y en contra de sus labios, fue duro, pero con cada engullida y el tiempo se tornaba blando y caliente, y no es que tuviera un sabor especial, pero al dejarse embobar Yoongi por su aroma, era algo bueno a ojos de Jimin.
Todo era con calma, llegando a familiarizarse con él, acostumbrarse al tamaño, a su anchura y al paso que ambos este cómodos, puesto que, no parían en un buen rato.
La mano bajó hasta la cabeza de Yoongi y enredó sus dedos haciéndose puño y tirando de él en un jalón brusco, mas no hubo alguna queja de su parte.
—Desliza tu lengua por mi pene. —habló con evidente excitación.
Yoongi abrió sus ojos y ante la orden osada, fijó su mirada directa a la de Jimin y sin vergüenza sacó el miembro de su boca y su húmeda lengua se deslizó por todo su largo de arriba a bajo, repitiendo una y otra vez, chupando al llegar a la punta y dejando hilos de saliva que se unían a los labios rosados de Yoongi. Park no dejaba de otorgarle tirones a su cabello y gemía en gusto de la lengua traviesa del pelinegro.
—Presiona con tus labios, hazlo, comenzaré a follar tu boca de puta. —Yoongi obedeció.
El pene de Jimin delineó los labios de Yoongi hasta abrirse paso entre los mismos y recibirlo en caricias de calidez y blandes; Jimin lo introdujo hasta la mitad y que de un tirón de insatisfacción en su cabello, lo forzó a meterlo casi por completo, yoongi por inercia regresó al principio, pero Jimin lo obligó a recibirlo de nuevo en toda su boca. El sisear de jimin no se comparaba con los bajos de ruidos de las arcadas que aparecieron mientras el pelinegro lo masturbaba.
—Se que puedes tragarla sin dudar. —lo incitó.
Yoongi apoyó su manos en sus piernas para acomodarse, pero Jimin las apartó de inmediato.
—No me toques si no te lo pido.
El pelinegro sintió sus rodillas adormecer y por el fuerzo de sostener el miembro de Jimin en la boca, su quijada comenzó a cosquillear. Pero nadie detendría el entra y sale de su boca, provocando el lagrimeo de los ojos de Yoongi.
Park se estaba sobre excitando con los jadeos de Yoongi y sus respiraciones pesadas de esfuerzo y el pelinegro también se excitaba con mirar el torso desnudo de su expareja y los gruñidos.
Y es que a pasar de todo; Yoongi y Jimin eran los único que se transmitían esa necesidad del placer, el disfrute y se complacían. Y aunque no se notara, Yoongi en esos momentos también tenia cierto poder.
Él jugaba con lo que le podía dar, dependía su placer de él y lo mejor es que conocía hasta donde eras sus limites.
