—Edith ¿Podrías dejar de ser tan dramática? —preguntó Sophie a mi lado.
La miré rápidamente antes de volver a mirar con cautela a mi alrededor.
—Es mejor prevenir que lamentar —dije por tercera vez en el día.
Ella incoó los labios hacia un lado y siguió caminando al frente como si nada. Su cabello rubio caía como una cascada en su espalda descubierta, su vestido estampado con hermosas flores la hacían brillar.
—Tu ropa no te ayudará mucho si quieres ocultarte —afirmó ella.
Disminuí la velocidad para ver mi reflejo sobre los gruesos cristales de la biblioteca. Llevaba puesta una chamarra de cuero, unos vaqueros negros; acompañado de unos botines desgastados que mi padre me había regalado en mi cumpleaños #15.
—¡Ay no seas exagerada. Me veo completamente natural! —exclamé saltando de felicidad y abrazándola por el cuello. Ella se alejó de mí con frialdad y siguió caminando, yo la seguí.
—Y ni hablar de tus coletas altas... —desvió la mirada enojada —parecen unos cuernos de toro.
Me lleve las manos a la cabeza inquieta y la miré con perspicacia. —Es mi disfraz. No seas grosera.
La chica se giró. Se apoyó en una columna de cerámica y sonrió con ironía observando mi vestuario de pies a cabeza.
—¿Grosera yo?... —rio —Estamos en primavera y tu ropa no es la adecuada. Punto final —y siguió caminando de nuevo.
—¿Podrías al menos fingir que me apoyas?
—No —Me detuve frunciendo los labios con disgusto. La miré reír deliberadamente.
«¿Acaso se está vengando de mi por lo que sucedió ese día?»
—Muy bien, entonces me iré —anuncie dando media vuelta y metiendo las manos en el bolsillo del pantalón.
Sophie se detuvo y sacó su celular ignorándome mientras contestaba algunos mensajes —Adiós.
—¿A dónde irás?
—Al auditorio. Almorzare después.
Me alejé sin esperar su respuesta. Sabía muy bien que se encontraba molesta, porque según ella; para Liam yo era especial, ya que jamás se había atrevido a involucrarse en un escándalo que perjudicará su reputación.
«¿Pero que tenía yo de especial?, Nada, nunca tuve nada».
Era algo absurdo su forma de pensar. Liam Walker y yo nunca podríamos estar juntos. Él era guapo, perfecto, adinerado, prestigioso y el heredero de una gran empresa europea. Tenía su vida arreglada desde que nació y seguramente se casaría con alguien de su alcurnia como Samantha, que a diferencia de mí, ella si estaría a la altura de una sociedad pudiente.
—¿Y yo?, No soy nadie —no me di cuenta que lo dije en voz alta hasta que unos estudiantes que iban pasando a mi lado, me lanzaron miradas extrañas.
Antes de llegar al auditorio, me senté en unas escaleras sintiendo de pronto ganas de llorar. No comprendía porque este hecho me dolía tanto. No debería de dolerme ser lo que siempre fui, pero aún así no pude evitar derramar varias lágrimas al recordar las crueles palabras de Samantha: "¿No te has mirado en un espejo o necesitas que te regale uno?. No hay nada bueno en ti, niña. Desaparece de una vez"
Me cubrí la cara con las manos, me sentía asqueada de mi cuerpo y quería de pronto desaparecer de este mundo, porque sabia que ella no mentía y eso era lo que más me dolía. Saqué mi celular del bolso apenas este comenzó a vibrar con varias notificaciones. Leí los anuncios que me habían llegado y bajando más, me topé con el mensaje de Liam.
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Universalmente Extraordinario
Teen FictionNecesitamos amar... Pero cuando este amor te asfixia ¿A donde correr? Creí que mi vida estaba resuelta, tal vez me casaría con él después de que despertase del coma y encontraría a la persona que lo puso en este estado. Pero que pasa cuando otro de...