ミ★ 𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 4 ★彡

302 21 9
                                    

29 agosto de 2004

El grupo había llegado a las 5 de la mañana a España y ahora se disponían a ir al hospital.

-Donde se encuentra la habitación de la paciente Ginebra López Müller?-preguntó Tom ansioso.

-No puedo decíroslo, sus familiares han prohibido la entrada a los fans-les avisó la recepcionista del hospital.

-Son familia-dijo Manuel detrás de ellos.

El grupo entero se giró hacia él y lo abrazaron para mostrarle su apoyo. Debería de ser muy duro ver a su propia hija intentando quitarse la vida.

-Gracias por venir a verla chicos-les agradeció el padre mientras empezaba a andar hacia el ascensor.

Cuando llegaron a la puerta de la habitación, los doctores les avisaron que la habían dormido para que pudiera descansar mejor.

Tom fue el primero en pasar. Cuando la vio ahí dormida con un tubo para respirar bien y las muñecas rodeadas por vendas... se le rompió el corazón.

Él había estado imaginando que la próxima vez que la fuera a ver sería muy diferente, pero verla así...

-Gy... por que te has estado haciendo estas cosas? Por que no me llamaste si necesitabas ayuda?-le preguntó Tom llorando mientras le acariciaba la cara.

-Habría venido aquí sin pensármelo dos veces... te querías morir Gy-volvió a decir él-me habría dolido tanto saber que ya no estás en este mundo... pensaba que estabas bien.

-Fui un tonto...-susurró para si mismo mientras agachaba la cabeza y dejaba caer un par de lagrimas.

-Tommy...?-susurró la chica mientras empezaba a despertarse.

El de rastas levantó la cabeza y se quedó mirando a esos ojos tristes y sin brillo que un día lo miraban alegres y con algo de luz.

-Hola Gy...-saludó él agarrándole la mano delicadamente.

-Que haces aquí?-preguntó ella algo extrañada.

-Hemos venido todos cuando nos hemos enterado-contestó él mientras le sonreía.

-Que pasen todos entonces-dijo ella sonriendo, como si no se hubiera querido matar el día anterior.

El rubio le hizo caso y llamó a todo el grupo, pasaron y se abalanzaron sobre la chica.

-Os he echado tanto de menos...-dijo ella entre risas.

-Y nosotros a ti Gygy-dijeron todos al unísono.

-Nene?-preguntó una voz desde la puerta.

Todos se giraron y vieron a una chica de tez morena y un chico castaño tirando a pelirrojo.

-Melani! Nick!-chilló con alegría la cantante.

Los dos recién nombrados entraron corriendo y abrazaron a su amiga.

-Ayer no nos dejaron pasar, intentamos colarnos pero la policía nos sacó de la oreja-soltó Nicolás riendo.

Los tres rieron y los demás no entendían nada, ya que estaban hablando en español.

-Ah chicos, ellos son mis mejores amigos de Alemania-dijo la chica en inglés para presentarlos.

Era el único idioma que entendían todos.

-Ella es Isa, él es Georg, él es Gustav, ese guapo de ahí es Bill y el chico sexy de rastas es Tom-les presentó ella.

-Tom? Ese Tom? El Tom del que nos hablaste?-preguntó Melania con la boca abierta por verlo en persona.

-El mismo-contestó ella sonriendo-y estos de aquí son mis mejores amigos Melania y Nicolás-terminó presentándoles la chica a sus mejores amigos de España.

Los chicos empezaron a hablar entre ellos con mucha complicidad, a fin de cuentas habían estado ahí en el año duro de su mejor amiga, y que mejor regalo para la chica que llevarse bien todos.



Era la hora de que los alemanes volvieran a casa y todos se despidieron de la chica.

-Toma, he escrito esto para ti-Ginebra le entregó un papel a Tom-léelo cuando estes en el avión.

Este asintió con la cabeza y le dio un delicado abrazo, aunque tuviera muchas ganas de darle uno fuerte.

Todos salieron por la puerta después de despedirse de los padres de la chica y se dirigieron al aeropuerto para volver a Alemania.

Cuando Tom estaba sentado en su asiento, sacó el papel que la chica le había dado para ver que era.

Carta de Ginebra para Tom

Hola Tommy...

Te escribo en esta carta para expresarte lo que siento. Cuando me fui de Alemania y no viniste a desperdirme, se me rompió el corazón y supe que no estabas hechos para estar juntos, o al menos tú no estabas preparado para algo serio con sentimientos fuertes entre dos personas.

Tengo muy claro que has sido el hombre que más me ha querido en este mundo, pero no quiero que me vuelvas a buscar nunca más...

Si alguna vez nos volvemos a encontrar, que sea por que el destino lo quiere, no por que alguno de los dos nos queramos ver.

Te conozco y tengo que aclararte que tú no tienes la culpa de mi intento de suicidio. Sé que te tiras las culos por todo y no es así, lo que dijiste ese día me dolió, pero también sé que no lo pensabas y que fue por el enfado del momento. Espero que decirte esto te haya aliviado, y si no pues haberme dado un último beso para tener ese alivio tonto jajajajja.

Espero que te vaya muy bien en todo y solo para que lo sepas, yo estaré bien. Me he dado cuenta de que mi vida vale mucha más que cuatro pastillas al día y maquillaje para tapar heridas. Gracias por haber venido a verme y a darme vuestro apoyo, y gracias por entenderme y no tratarme como una loca.

Te quiere tu chica bajita.

Ginebra.

Final de la carta

Tom sonrió y se limpió la lagrima. Sintió alivio al ver que la depresión que ella tenía, no era en parte por su culpa. Pero también le dolió un poco que ella no quisiera que él volviera a buscarla. Pero él mismo hizo una promesa en ese momento de que no lo volvería a hacer, que no la volvería a buscar nunca más. Si el destino los quería juntos los pondría en el mismo camino.

-Te quiero Gy...

Á⋆n⋆g⋆e⋆lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora