Capítulo 3

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Daphne:

Abro mis ojos con pereza mientras me estiro por completo en la cama, miro el reloj digital a mi izquierda y este marca las 05:40 am. Me levanto y me enrumbo hacía el baño

-Buenos dias Candy, alarmas fuera y desbloquea la puerta principal-

-Buenos días Daphne, alarmas desactivadas y puerta desbloqueada-

-Gracias..- susurro mientras bostezo, cepillo mis dientes con frenesí y los enjuago con ejuage bucal de menta, me deshago de mi body y entro a la ducha, lavo mi cabello con esmero aplicando shampoo, refriego mi cuerpo con jabón y esponja de baño, me quedo varios minutos bajo la gran potencia de chorro de agua que viene desde todas direcciones, como dije mi departamento es uno muy lujoso y la ducha no iba a ser menos, es justo y necesario para los nudos en mi espalda.

Soy jodida y ridículamente millonaria, toda la fortuna de mi familia quedo a mi nombre como única heredera, más allá de que no he tocado un solo centavo de las cuentas que me heredaron de no ser necesario, pues mis sueldos son exorbitantes dadas las misiones de alto riesgo, así que se me permite darme ciertos gustos y lujos, claro, cada vez que puedo salir de la agencia. Estuve en medio del desierto durante meses en misiones, en Somalía, África Central, Norteamérica, Sudamérica, Egipto, hasta en la Antártida, podría decir que recorrí casi todo el mundo.. Es que los Golden Warriors(nombre de mi escuadrón) somos requeridos y llamados a misiones a nivel global.

Pongo acondicionador en el largo de mi cabello y me quedo unos cuantos minutos disfrutando de la paz en la ducha, cierro la llave del agua y salgo tomando una toalla en la que envuelvo mi cuerpo y otra para dejar sobre mi cabello, llego al dormitorio y esparzo crema por mi piel mientras tarareo cualquier tipo de ritmo, voy por el desodorante y luego hacía la cajonera y saco un conjunto de brasier y bragas pequeñas a juego color blanco, me lo coloco cuando la crema es absorbida y sigo hacia el tocador donde desenvuelvo mi cabello y tomó el secador para secarlo, una vez seco lo cepillo y miró mi reflejo por unos segundos..

Mis grandes y curiosos ojos pasean por este contemplandome, ya no tienen tanto brillo, mi pelo oscuro cae en cascada hasta casi alcanzar mi trasero, mis cejas pobladas y bien definidas, labios que incitan a pecar a quien los mire, mentón firme y pómulos jugosos, soy igual a...

Quito de mi mente esas ideas y sigo al closet, me pongo una minifalda de mezclilla azul oscuro, un corto top blanco de manga larga y me coloco unas texanas color beige, vuelvo al tocador y me coloco unos aros en las orejas y aplico labial nude en mis labios, mi piel no necesita maquillaje dado que es lisa casi perfecta para mi suerte, genética pura. La depilación definitiva es un alivio para toda mujer y es algo bastante eficaz cuando eres agente y no sabes cuanto tiempo deberás pasar en una misión.. Mis cejas tienen la forma y definición perfecta gracias al cuidado que les doy con Henna cada tres meses y mis extensiones de pestañas duran casi un mes, se que soy un soldado y quizá en la mente de algunas personas una agente quizá no luzca muy femenina. Pero se equivocan, yo soy muy femenina, me gusta cuidar de mi y verme bien únicamente por y para mi. Y debo decir que no soy la única, mis colegas mujeres también lucen hermosas y les gusta cuidar su imagen, no es necesario decir que algunas de ellas se me hacen muy atractivas.

Termino de arreglarme frente al espejo, tomo las placas que coloco en mi cuello y paso por debajo de mi top, tomo uno de mis rolex favoritos y lo coloco en mi muñeca izquierda, tomo el perfume y esparzo un poco de este sobre mi al tiempo que escucho abrirse la puerta de la entrada.

Me dirijo hacía esta y me encuentro a Bonnie dejando su saco en el perchero de la entrada principal

-Buenos días Bonnie- saludo con una sonrisa -te ves radiante- voltea con su habitual sonrisa y responde con la amabilidad que la caracteriza.

EL PRECIO DE LA VENGANZA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora