Capítulo 12

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Dominick:

La palabra idiota nos queda chica, cada vez que intentamos algo con Cheryl esto se jode por nuestras propias actitudes y palabras, cuando creemos dar un paso adelante retrocedemos diez, y lo peor es que no podemos culpar a nadie más que a nosotros mismos..

Cuando el General termina la videollamada Cheryl voltea dispuesta a irse pero me adelanto y tomó su brazo, mala idea, siento una especie de corriente inexplicable que me sube desde la mano donde la sujeto y me atraviesa directamente al pecho, ella se suelta de inmediato y queda frente a mi con su ceño fruncido que no hace más que hacerla ver más hermosa y ni siquiera se si eso es posible, se cruza de brazos y me observa con una mirada cansada

-Solo cinco minutos- pido con las manos en alto -por favor, necesito decir unas cosas antes de continuar con la misión- junto mis manos en señal de ruego y pongo la mirada de cachorrito que siempre le hago a mi madre cuando quiero conseguir algo -por favor- vuelvo a pedir, ella mira el rolex en su muñeca, suspira y vuelve su vista hacia mi

-Habla- concede demandante y no hace falta que diga nada más

-Lo siento, lamento todo lo que dije desde el momento que te vi- separo mis manos y las llevo a sujetar los laterales del chaleco por encima de mi pecho -fui un idiota monumental- ella sube sus cejas y rueda los ojos como si eso fuera algo que ya todo el mundo supiera -fuimos injustos e inmaduros, y hablo por todos porque se que lo sienten así y tú no permitirás que nadie más hable- lleno mis pulmones de aire otra vez y parece irreal que yo, Dominick Carter Petrova este suplicando el perdón de una mujer -discúlpanos, la realidad es que sentimos un gran respeto por ti y las historias que hemos oído nos han inspirado a ser mejores en algún momento- observo a mis compañeros de equipo quienes todos asienten a la vez y es que eso es cierto.

-Quedan tres minutos- informa Cheryl.

-Perdona lo que dijimos y por favor danos la oportunidad de comenzar otra vez, de cero a partir de aquí- la miro esperanzado y ella aún no cambia su semblante neutro -por favor, disculpa- pido otra vez sin saber que más decir, pasan dos minutos en silencio absoluto y ella solo me mira a los ojos, me siento incómodo de la nada y cambio el pie de apoyo sin quitarle los ojos de encima, toda ella es como un imán para mi y no se que carajos tiene que me atrae tanto

-Bien, haremos esto- habla por fin, se acerca hasta quedar frente a mi, ladea la cabeza y relaja su rostro de a poco, tenerla tan cerca y de esta forma me hace querer tocarla para saber si es real, pasea su vista por mi rostro y eso se siente como una caricia, una caricia que en verdad me gustaría sentir de sus manos.. Aguarda.. Desde cuando me comporto como un maldito osito cariñosito? Parezco un idiota bipolar que quiere matar a la mujer frente a mi y al poco tiempo solo contemplarla y acariciarla.. Acaso bebí de más?? -les daré otra oportunidad, será la última- advierte dándole al resto una mirada cautelosa -si lo arruinan otra vez- vuelve a conectar su vista a mis ojos -lo mínimo que hagan, mandaré todo al carajo y no volveré a tener consideración por ustedes- dice con seguridad

-Entonces queda todo olvidado?- le extiendo mi mano -comenzamos otra vez?- pregunto sin quitar mis ojos de los suyos, ella repara mi mano y vuelve a conectar sus ojos con los míos

-No- dice simplemente -yo jamás olvido- aclara mientras toma mi mano y yo no se si ella lo sienta, pero siento un hormigueo extenderse desde mi mano, este recorre todo mi cuerpo, mis vellos se erizan y me tenso sin controlar las sensaciones que me abarcan -pero creo en los nuevos comienzos- me regala una sonrisa sincera la cual devuelvo de inmediato y nos quedamos un tiempo así, tomados de la mano y mirándonos a los ojos, hasta que ella carraspea sutilmente y mira nuestras manos -me dejas ir?- y quiero decir no de inmediato y ni siquiera se porque mierda estoy pensando justo en esto, pero simplemente sonrió más mientras suelto su mano -Gracias..- murmura mirándome como si fuera un raro, y la verdad yo me miraría igual

EL PRECIO DE LA VENGANZA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora