16. Cadenas irrompibles - 5.3

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"No puedes romperlo, no puedes controlarlo, solo sucede."


El frió invadía cada parte de sus débiles cuerpos, no podían moverse, no lo tenían permitido. Debían quedarse bajo la luz de la luna, a merced de la naturaleza. La calidez de un cuerpo ya no existía, ahora eran ellos los que esperaban a que llegase alguien a salvarlos. Pero las esperanzas ya no existían, cualquier señal de que alguna volviera a renacer en el corazón de alguno de ellos, seria destruida inmediatamente.

El bosque no tenia vida alguna, solo existía soledad, soledad y destrucción. Las ramas quemadas eran cortas y delgadas. El piso de un color café oscuro, era horrible. El cielo nublado ya no hacía mas que intensificar el deseo de morir en cualquier momento.

Ya no deseaban estar allí, ya no mas...

- Alklan... - Susurro una mujer tratando de encontrar al hombre.

- Estoy aquí Jalie - La consoló el hombre, abrazándola.

La mujer se encontraba ciega desde hacia tres días. Cuando los Lions disidieron cegarla para dejar de tener problemas con aquel comportamiento irracional y rebelde. Él hombre no pudo hacer nada por ella y se culpaba de eso, ahora tenia que cuidarla, no dejaría que le hicieran mas daño.

- No podemos dejarla aquí - Comentó otro hombre. Este se encontraba de pie justo a su lado. Una capa gruesa lo cubría, la cual se removió al instante, para entregársela a Alklan. - Cuídala. - Le dijo al entregársela.

- Eso haré. - Se convenció.

Las nubes del cielo comenzaron a moverse con velocidad en ese momento, el viento soplaba con intensidad, y una extraña sensación los invadió, junto a todos aquellos que se encontraba a metros de distancia.

- Algo esta pasando... - Admiró el sujeto que se encontraba de pie.

Alzaron sus vistas hacia la inmensidad del cielo, para poder contemplar como la luna se despejaba completamente de las nubes que hasta hace unos minutos la habían cubierto. La luz blanquecina de aquella, se colo de entre las orillas de las nubes y logro pasar, hasta cubrirlos totalmente, junto con el calor de esa extraña sensación.

- ¿Qué esta pasando? - Preguntó asustada una mujer, que tenia un niño en brazos.

- El cielo se esta despejando - Contesto con sorpresa otro hombre.

- Aun hay esperanza - Lloro la ciega mujer. - ¡Ellos volverán Alklan! - Gritó con emoción. - Volverán por nosotros...

- Pronto regresaran, nos liberaran de Ralión.

- ¿Como pueden estar tan seguros de que regresaran? ¿Como saben que no es solo una burla por parte de Ralión? - Gritó otro hombre, que fue callado de momento por el que había entregado la capa, y que aparentemente era el mas fuerte de todos los que se encontraban presentes.

- ¡Porque aun tenemos esperanza Killian! - Le gritó a la cara, levantándolo por el cuello de la camisa para poder tenerlo de frente. - No pierdas la tuya - Terminó de decir, para después arrojarlo al piso con fuerza.

- Abran recordado todo - Comento Alklan.

- Puede ser, ellos nos salvaran y debemos preparar la bienvenida - Dijo sonriendo de soslayo.

- ¿Bienvenida dices? - Rió irónicamente una mujer.

- Me refiero, a que no podemos dejar que los Lions se enteren de lo que esta pasando - Confesó cansado.

- Pero, no sabemos como es que regresaran, ni por dónde, ¿Como los ocultaremos si ni siquiera conocemos esta información? - Preguntó un niño que recién llegaba con su madre.

- Tenemos que intentarlo, nos dispersaremos por las tierras de Heichiz, ya que no pueden aparecer en Ralión, alguien de nosotros debe encontrarlos, si no, correremos el riesgo de que llamen al rey y este termine eliminándolos. - Dijo el hombre.

- No pueden simplemente eliminarlos, son los elementales - Comento el niño emocionado.

- No sabemos en que circunstancias vendrán, tenemos que prepararnos para lo que sea.

- Suenas muy seguro Manser - Lo contempló Jalie.

- Debemos hacer lo que sea. - Dijó con tristeza. - ¿Con cuantos hombres contamos? - Preguntó con rudeza.

- Aproximadamente 54, 32 mujeres y 17 niños - Contó Alklan, mientras se ponía de pie junto con Jalie.

- Hemos perdido a muchos... - Tristemente Jalie abrazo al que se encontraba a su lado.

- La mayoría aun se encuentran prisioneros en Ralión, tendríamos que sacarlos de ahí.

- Hagamos un plan, para que al regreso de los elementales, ellos solo tengan que hacer el trabajo - Opino el niño sonriendo.

- Muy buena idea Raul. - Confesó Manser.

- Prepararemos todo al caer la noche, ya que es cuando los Lions duermen.



- ¿Qué es lo que dices? - Gritó con furia Lindsey.

- Es solo una pregunta, no es mi intención ofenderte en ningún sentido, es solo que...

- ¡deja de interpretar cosas que no son! - Le grito - Ya quisieras que yo te besara - Se burlo descaradamente.

- Lo lamento, realmente no quería ofenderte.

- Y mas sin embargo lo hiciste - Gruño, mientras seguía su camino.

Ya estaba a unos cuantos metros de distancia, y Kenneth aun no se movía de su lugar, aun estaba pensando.

- Perdóname por lo que voy hacer - Susurro con miedo. Para después correr a toda prisa, jalar la mano de Lindsey para que aquella se voltease, y unir sus labios en un beso.

Lindsey no se movía, mantenía los ojos abiertos por la sorpresa, que segundos después cerro, para dejarse llevar por la sensación.

- Vaya, vaya - Dijeron a sus espaldas, causando que ambos se separaran bruscamente. - Nos vamos unos minutos y nos lo perdemos todo - Comentó Naurend, causando una sonrisa de Ailen, y aun mas nerviosismo en los dos chicos frente a ellas.

- No, no, no es lo que parece - Gritó aquella con nerviosismo.

- Ja ja ja, no es necesario que lo digas Linds, nosotras entendemos que desean estar solos, ya nos vamos - Se burló Ailen, haciendo que Naurend caminara frente a ella para poderse retirarse del lugar.

Antes de que pudiesen salir, o de que incluso Lindsey empezará a gritarle a Kenneth, Anthony llegó entro en la habitación

- Faila no esta. - Informó, esperando que alguno de ellos, entrase en razón y le dijese donde estaba.

- No esta en la casa - Llegó Sebastián a su lado.

- Andar por estos alrededores de noche es peligroso, ayúdenme a buscarla - Pidió mientras salia.

Los minutos se hacían cada vez mas largos, y nadie encontraba a la chica, pero entonces, una idea extraña paso por la mente de Kenneth y Sebastián, ella estaba a las orillas de la playa.

Y justamente, allí fue donde la encontraron, sola, agazapada, siendo tocada ligeramente por las aguas, estaba de espaldas, pero se veía triste, cansada.

- Faila - La llamó Ailen, acercándose levemente a ella. Más el sonido de la voz de su hermana, no causo nada en ella, ni el mas mínimo movimiento.

- ¿Te pasa algo? - Preocupada, Lindsey se acomodo a su lado, siendo seguida por los demás.

- Tuve una pesadilla - Comenzó con voz triste - En donde unas personas eran atacadas por otras, y esperaban el regreso de alguien que los salvara.



Heichiz [Destino #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora