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Estabas en tu cama acostada con John Doe acurrucado a un lado tuyo, nunca habías tenido novio antes y todo esto era muy raro, pero de alguna forma de sentía bien.

— ¿Mañana tienes que ir a trabajar? — preguntó John Doe.

— Si, yo trabajo todos los días, ya te dije — explicaste.

— ¿Y si faltas un día a trabajar? — sugirió John Doe triste.

La propuesta sonaba tentadora, pero tu tenías que ir a trabajar, es lo que un adulto debe hacer por desgracia.

— Tengo que ir — Acariciaste la cabeza de John Doe.

John Doe te miró tristemente y te abrazó, puso su cabeza en tu pecho.

Luego de unas horas ya tú y John Doe se habían quedado dormido, hasta que un sonido te despertó, cuidadosamente saliste de la cama y saliste de tu cuarto, la tarjeta de Madison estaba en el suelo justo afuera de tu habitación, recogiste la tarjeta, tenía una dirección en la parte de atrás.

— ¿Y si voy? — Pensaste en voz alta.

Volviste a ver a John Doe y el seguía profundamente dormido, tu idea de ir con Maison era estúpida, tu misma lo sabías pero ya te estabas cansando de que la tarjeta se moviera por si misma.

Suspiraste, agarraste las llaves de tu casa y te fuiste, siguiendo la dirección de la tarjeta, esperando que John Doe no se despertara en el rato en el que te vas.

En lo que ibas en la calle empezaba a amanecer y hacia un poco de frío, luego de unos cuantos minutos llegaste a la dirección.

— Oh querida cliente, ¡Sabía que ibas a VENIR! — Maison sonrió.

— Solo vine para decirte que agradezco tu oferta pero no gracias, no me interesa — le dijiste de manera fría.

Esto tomó por sorpresa a Maison, se calló un segundo para pensar.

— Seguramente si ves la casa por DENTRO cambiarás de opinión, querida — Maison sujetó tu muñeca mientras hablaba.

Intentaste soltarte de su agarre pero el era muy fuerte, suspiraste.

— ¡Bien! Pero sólo un rato rápido — dijiste molesta.

Maison te arrastró adentro de la casa, la casa era realmente linda pero al mismo tiempo se veía como si algo estuviera mal todo el tiempo, además que ahí dentro estaba muy caliente.

— ¿Que piensas querida? — Preguntó Maison, poniendo su otra mano en tu hombro posesivamente.

— Si... Esto... Muy linda tu casa, ya me voy — Dijiste nerviosa, pero apenas te moviste sentiste el agarre de Maison aferrarse más a tu piel.

— No puedes irte TAN fácilmente — Maison te jaló hasta el sillón.

Estabas empezando a respirar pesadamente, estabas entrando en pánico, intentaste soltarte de su agarre, no lo lograste en realidad no eras capaz de hacer nada, era como si tú cuerpo estuviera paralizado.

Continuará.

Simplemente extraño - John Doe x Fem!TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora