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(Gente yo ando triste, hago lo que puedo, no me esfuerzen a hacer fanfic que ando triste como la xuxa)

Te despertaste, tus piernas se sentían adoloridas, no era como que no te pudieras parar o caminar o algo, simplemente dolía.

— Buenos días, cariño — John Doe te abrazó, sonriendo cálidamente.

— Holaaa... Hoy tengo que trabajar — bostezaste.

— ¿Te puedo acompañar? — John Doe te pidió mientras te veía de manera inocente.

— Si claro — respondiste sonriendo.

Te levantaste y fuiste al baño, empezaste a quitarte la ropa mientras pensabas en lo que pasó anoche, ¿Como podía ser que después de éso él pudiera verte de forma inocente? Era de cierta forma gracioso.

Luego de bañarte saliste del baño y fuiste a ponerte tu uniforme, mientras te vestías revisaste tu mochila, John estaba ahí, viendote impaciente, te terminaste de vestir, agarraste tus llaves, teléfono y tu mochila y te fuiste.

Caminando por la calle hacia tu trabajo pudiste ver a Heim Baile haciendo su trabajo, bien, está bien que no te intente comer a tí.

Llegaste a tu trabajo y pusiste tu mochila en tu silla, abriéndole para que John Doe pueda salir.

Luego de unas horas nadie llegaba.

— Dios... Ojalá alguien venga, me aburro — suspiraste, recostando tu cabeza en tus manos.

El ojo de John Doe se dilató de la nada, todo se empezó a ver de cierta forma enfermo, como un fallo en la realidad de cierta forma, parpadeaste y cuando abríste los ojos todo se veía normal de nuevo pero ahora había una fila casi que infinita frente a tí, esperando su turno para compre algo de la tienda o comprar gasolina.

— John, no me refería a esto — susurraste enojada.

En la noche

Tu turno término y saliste del establecimiento, pusiste tu mochila en el suelo y John Doe salió, volviendo a su forma humanoide, volviste a ponerte la mochila en tus hombros.

— ¿Que tal una cita? — John Doe preguntó alegremente.

— ¿A donde podemos ir? — Sonreíste.

— ¿Podemos ir a mi antigua casa? — sonrió.

No querias volver a estar en ninguna casa que no sea la tuya, además que probablemente debe haber algo raro ahí, considerando lo raro que el ya es.

— No... ¿Que si solo vamos a casa a dormir? — dijiste nerviosa.

John Doe te vió decepcionado, pero rápidamente volvió a sonreír.

— Bien, vamos cariño — John Doe te cargó estilo princesa.

— Cuando lleguemos a casa voy a darte todos los mimos que necesites — John Doe dijo suavemente, casi susurrando, su voz calmada.

Te reíste un poco, cuando ya llegaron a casa John Doe te acostó en sillón, poniendo tu cabeza en su regazo acariciando tu cabello, dejaste salir un suspiro de satisfacción.

Continuará.

Simplemente extraño - John Doe x Fem!TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora