Para Dal, era casi imposible sacarse de la cabeza a Yunho, su amigo de toda la vida. Estaba completamente enamorada de él, pero sabía que lo de ellos era algo prácticamente imposible, puesto que el muchacho nunca le prestó mucha atención en el ámbit...
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YUNHO SE ENCONTRABA RECOSTADO en su cama, mirando el techo de su habitación, pensativo. No sabía con exactitud cómo sentirse respecto a la propuesta hecha por aquella empresa que apenas conocía y tampoco comprendía el dolor que se estaba metiendo punzante por sus venas. Su corazón dolía y no encontraba de qué manera aliviarlo un poco.
Extrañaba a Dal y pensar en separarse de ella en unos cuantos meses más le daba una sensación de náuseas. Los tres eran conscientes de que en algún momento iban a tener que separarse, pero en ese entonces existía la posibilidad de que rechazaran su audición y tuvieran que iniciar un nuevo proceso en alguna otra empresa, atrasando por un tiempo más la inevitable despedida.
Sin embargo, ahora sólo existía un camino y, a pesar de que Yunho se sentía contento y realizado por estar un paso más cerca de sus sueños, seguía sintiéndose vacío, como si lo que siempre anheló finalmente no estuviera cumpliendo sus expectativas. Expectativas en donde se veía junto a Dal y a Jongho para siempre.
Su móvil comenzó a vibrar suavemente y lo buscó entre las sábanas. En cuanto leyó de quién se trataba en la pantalla su corazón no tardó en empezar a latir desenfrenado y sus manos temblaron.
—¿Dal? —murmuró su nombre, aún sintiéndose nervioso.
—Hola Jeong —habló la muchacha desde el otro lado de la línea con su boca levemente seca—, ¿qué hacías?
—Nada en especial —resopló despeinándose el cabello—. Bueno, la verdad estaba pensando en todo lo que sucedió ayer.
—Yo también lo he estado pensando, sinceramente anoche se me hizo difícil dormir —se calló por unos segundos—. Y llegué a la conclusión de que estoy sintiendo mucho ahora mismo y que necesito que nos veamos.
—Te echo de menos Dal, y eso que hace menos de veinticuatro horas que nos despedimos.
—Sigo teniendo ganas de besarte, Yunho.
—¿No te bastó con todos los besos de anoche? —inquirió divertido mientras sentía que la presión en su pecho se disipaba ligeramente y podía asegurar de que a Dal se le habían puesto rojas las mejillas.
—Nunca será suficiente —tragó saliva—, y mucho menos ahora que sé que te tengo por tiempo limitado.
—¿Cómo sabes que aceptaré el contrato?
—Es tu sueño desde que tienes memoria, sé todo lo que te has esforzado con Jongho para recibir una oportunidad como esta. Aunque quisieras rechazar la oferta por cualquier motivo, no te dejaría hacerlo —sonrió con tristeza, mas Yunho no podía ver su expresión.
—No sé cómo lo haré para estar lejos de ti —suspiró—. Siempre hemos estado juntos con Jongho, será extraño ser solo los dos cuando tengamos que irnos finalmente, nos harás mucha falta Dalie.
—Me gustas mucho Yuyu, ¿crees que podamos seguir comunicados después de que te vayas? —inquirió con un poco de esperanza.
—No lo creo, cariño —tragó saliva—. Leí el contrato y está prohibido el uso de celulares personales, podemos tener, pero serán revisados constantemente. También no puedo involucrarme en citas de ningún tipo sin previa autorización de la empresa y menos salir sin permiso.
