Capítulo 23

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Primer Acto || Parte Veintitrés 

"Halagos y recuerdos"


Las miradas de todos se dirigieron a las escaleras, en lo más alto de estas se encontraba Klaus Mikaelson junto a una hermosa señorita. Aquella señorita tenía un rostro tierno y delicado, su porte era seguro y elegante, era como ver a una princesa. 

Su fina mano se deslizaba con delicadeza en el barandal, la primorosa tela del vestido caía como cascadas en los escalones por cada paso que daba la chica, aquellas perlas que tenía por dientes acentuaba su hermosa sonrisa.   

Klaus contemplaba con arrogancia aquellas sonrisas de asombro y envidia dirigidas a su cachorra.

Stefan sonreía al ver a Ariadna descender por las escaleras, afirmaba lo que Klaus le decía cada día que estuvo con el en aquellas vacaciones. Ariadna era digna de contemplar, al igual que una verdadera princesa.

Damon junto a Elena observaban con expresiones curiosas a aquella joven que estaba del brazo de Klaus. El Salvatore mayor no podía desviar su mirada, sentía que el aire comenzaba a faltarle, aquel porte y elegancia le recordaban a él

—¿Quién es ella?—pregunta Elena sacando a Damon de su aturdimiento, pero no respondió. 

Caroline Forbes observaba con el seño fruncido a la menor, sentía celos de ella. ¿Por qué Klaus la presumía con tanto orgullo? ¿Por qué la miraba con tanta devoción y cariño? 

Por otro lado, Kol Mikaelson contemplaba con un brillo único en sus ojos a la Hale. Su belleza no se comparaba con ninguna mujer que a conocido en sus más de mil años. 

Era como ver un ser celestial descender del cielo por esas escaleras que no eran dignas de ser tocadas por tan delicado y hermoso ser. Sonríe encantado con la idea de que esa adonis era su compañera, eran tan afortunado de ser digno de compartir toda una eternidad con ella.

Se acerca a las escaleras, comparte una mirada con su hermano mayor suplicándole que le permita ayudarla a terminar de bajar las escaleras.

Klaus lo duda unos segundos antes de aceptar. Kol toma con delicadeza la mano de la menor ayudándola a bajar los últimos tres escalones. 

—Es un placer para mi estar ante la presencia de una verdadera princesa como usted, Darling—besa el torso de su mano. 

La Hale se sonroja por su gesto, le sonríe tímidamente.

—Me permites ser tu acompañante durante esta velada.

—Por supuesto.

Kol la guía por el gran lugar, siendo vigilado por Klaus.

Kol la guía por el gran lugar, siendo vigilado por Klaus

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Mi dulce hibrida || kol mikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora