Capítulo 18. Despertar.

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Jhoan.

Durante la primera semana no hubo cambios en el estado de consciencia de Andrea, lo que sí, las hemorragias se detuvieron y por suerte la condición no empeoró. Las primeras setenta y dos horas fueron las más complicadas, pero las pasó sin mayores complicaciones. Con Yezabel, Daniel y Paula nos turnamos como habíamos acordado, por las noches ya había hecho negocio con las enfermeras para que me permitieran estar junto a Andre y no tuviera que esperar en la sala de star.

La segunda semana también se mantuvo inconsciente, pero de a poco tanto su rostro como su cuerpo comenzaron a desinflamarse y para finales de ésta los hematomas prácticamente habían desaparecido.

En la tercera semana, si bien no despertó, empezaron a notarse ciertos signos de mejoría, ya que sus pulmones empezaron a competir con el respirador y trabajar por sí mismos. Así que los médicos decidieron probar y observar si podría respirar sin ayuda, y sí, mi rubia preciosa empezó a respirar sola.

Éste tiempo que Andre pasó inconsciente, el angelito tuvo algunas visitas mías, de Daniel y de Yezabel. También mi madre se ha dado sus vueltas para aprovechar porque odia con toda su alma a éste tipo de sujetos. Paula, por otro lado, prefirió mantenerse al margen, sólo pasó a verlo una vez para escupirlo. También hemos enviado notas a la casa Salvatore pidiendo rescate por Yezabel para no levantar sospechas, pero no hemos obtenido respuesta alguna. Hemos colocado vigilancia en su domicilio, pero por lo visto el secuestro no les ha afectado nada, al contrario, pareciese que hicieran reunión o fiesta ante la falta de Yezabel.

Mi madre en éste tiempo también ha venido y me ha preguntado cuando por la mañana llego a su casa sobre la salud de Andre, sé que a veces, por la tarde va a mi casa y se queda horas con Yezabel, al parecer, se llevan bien, aparte le sirvió para conseguir información. Por lo visto, tanto el señor Salvatore como la familia Calabresse son unos muertos de poca monta con aires de grandeza que se han involucrado en diferentes estafas, de las cuales por la asesoría legal del mayor de los hermanos Costanzo, ya que es abogado, y la asesoría contable del menor a los pobres diablos que confían en ellos cuando tienen problemas en sus pequeñas empresas hacen aparecer a los Costanzo o los Calabresse  que se presentan ante ellos como socios rescatadores de éstas.

Con tales estafas se han dado una vida de lujos mayor a la que pueden costearse, apariencias, por lo que no han sabido invertir lo poco que han desfalcado y siempre se encuentran al borde de la banca rota hasta que encuentran alguna otra víctima. Lo malo de todo ésto es que pareciera que no aprenden de sus propios errores, ya que fue por eso que secuestraron a Yezabel hace tantos años.

Llegando al mes de internación e inconsciencia, ya siento desesperación, según los médicos, debería despertar en cualquier momento, pero la espera es una tortura que se hace eterna, los días continúan pasando y no hay ningún cambio, Andre sigue sin despertar.

Mi madre intenta por todos los medios que deje de venir por las noches, estoy completamente delgado, barbudo, demacrado y ojeroso, me pide que vaya a dormir a casa, pero no puedo, necesito estar con ella, igualmente, no puedo dormir sin ella.

Llego al sanatorio, hace unos días angelito cambió de infierno y mis hombres se encargaron de que nadie vuelva a encontrarlo.

Saludo a todos, ya que los del turno nocturno me conocen por venir todas las noches. Encuentro a Daniel en la sala de espera porque hoy tocó quedarse, me saluda y me comenta que durante el día no hubo ningún cambio, asiento con la cabeza, él palmea mi hombro y se retira. Resignado ingreso a la habitación, como todas las noches, me acomodo en una silla que se encuentra a lado de su cama, llevo su tibia mano a mi boca y comienzo a besarla, es terrible ver en lo que se ha convertido, pasó de ser una mujer alegre que corría con los peques a los gritos y risas por un patio a éste cuerpo casi inerte que se encuentra aquí.

Sostengo su mano en mi mejilla mientras apoyo mi cabeza en el borde de su cama y así me dormito un momento, es sólo cuando siento su olor que puedo relajarme un instante más allá de ésta horrible situación.

No sé la hora, pero delicadas caricias en mi rostro y mi cabello me despiertan, me quedo un momento perdido sin saber donde estoy pensando que es sigo en algún tipo de sueño disfrutando de esas caricias cuando luego de un rato me percato donde estoy, abro los ojos de golpe y veo a Andre despierta observándome con ternura mientras me acaricia. Me paro de un salto gritando su nombre, ella se asusta, pero yo no doy más de la felicidad que siento creo que jamás fui más feliz en mi vida, el corazón me late con fuerza, me voy hasta ella, abrazo ese pequeño cuerpo contra mí con fuerza intentando meterla dentro de mí acomodando mi cabeza en su cuello y sin poder evitarlo las lágrimas me salen a borbotones como si fuese un bebé, creí que jamás despertaría, ella me abraza de igual manera, besa mi rostro, intenta calmarme, me dice que se encuentra bien, que está conmigo, que me ama y es ahí donde mi corazón termina de morir, le digo que la amé desde la primera vez que la vi, que estoy loco por ella, mientras le beso todo el rostro, que jamás sentí lo que siento por ella, que es mi vida. Empieza a reír, dice que mi barba le hace cosquillas, y es la gloria volverla a oír reír, así que me desquito las ganas de volverla a oír reír y continúo haciéndole cosquillas al punto de hacerla gritar entre carcajadas estruendosas que hacen que las enfermeras viniesen corriendo a ver que ocurría. Al ingresar vieron la escena y riendo también me pidieron que me aparte de Andre un momento, la controlaron, y se retiraron avisándome que llamarían al médico para que viniese a verla. Volví hasta ella y la abracé nuevamente, no podía ni quería soltarla. A los diez minutos llegó el galeno, la revisó, le preguntó algunas cosas a Andre quien no recordaba mucho lo que le había pasado, el médico le dijo que era normal que con el tiempo lo recordaría o que recordaría algunas cosas, quizás no todas. Andre también le dijo que le dolían un poco las piernas, el galeno le dijo que también era normal por el tiempo que estuvo inconsciente y con poca movilidad, que a medida que empezara a movilizarlas con normalidad esos dolores se desaparecerían. Le trajo un vaso con agua y le pidió que bebiera un poco, ella lo hizo sin problemas, así que le quitó la manguera por la que era alimentada, dijo que ya no la necesitaría, que ahora se alimentaría por sí misma, que sea paciente, ya que empezarían dándole dieta líquida primero, luego blanda, luego sólida y luego general para asegurarse que no tuviera problemas para tragar, que si no tenía problemas durante la semana le quitarían el suero. También le dijo que el tiempo que pudiera se mantuviese sentada con las piernas colgadas en la cama, moviéndolas en vaivén, que si se mareaba al sentarse, que era por haber estado mucho tiempo acostada, que se mantuviese sentada hasta que se le pasara el mareo, que cuando pudiera sentarse sin marearse le quitarían la manguera para orinar y podría intentar levantarse con ayuda para ir al baño. Que ésta noche descansara y que durante la mañana comenzara.

Tanto Andre como yo asentimos toda la información e indicaciones que el médico nos brindó, luego se retiró. Me preguntó cuanto hacía que estaba en el hospital y que fue lo que le pasó, dijo que sólo recordaba que estaba estar en la parada del autobús. Le contesté que hacía casi un mes y ella me observó asombrada, también le dije que sobre lo demás, hablaríamos mañana, que lo quedaba de la noche, descansara, que me quedaría en la habitación y la cuidaría. Respondió que tenía miedo de cerrar los ojos y volverlos a abrir en un mes, le dije que no pasaría y que si así fuera, cuando volviese a abrir los ojos, yo seguiría aquí y era verdad.

A la mañana siguiente, antes que ella despertara, pedí a las enfermeras permiso para utilizar su teléfono y llamé a Yezabel para que avisara a Dani y a Paula la buena noticia. La madre de Andre casi me deja sordo de un oído del grito de felicidad que dio, sin embargo, la entiendo por completo, una hora después ya estaban los 3 en la sala de espera.



**Competir con el respirador se dice cuando los pulmones luchan contra la frecuencia y el flujo de oxígeno que la máquina maneja para poder manejar el propio. El médico que evalúa al paciente decide si es conveniente retirarle la máquina, si dejársela un tiempo más de ayuda, ya que tiene también esa función o no, según el estado del paciente.



Porfa, si encuentran errores me avisan, la edité como 10 veces.

AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora