Eres Mio

𝐜𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟔

Un hombre alto, de cabello castaño, miró a su esposo con preocupación. Se levantó nuevamente, tomó su teléfono y tecleó el mismo número, recibiendo la misma respuesta de siempre.

—Cálmate, Namjoon —pidió Jin con voz amortiguada al posicionarse detrás de él y esconder su rostro en el hombro del alfa.

—No puedo, estoy muy preocupado por Taehyung —suspiró—. Es mi único hijo omega y no quiero que nada malo le pase.

—No le pasará nada, ya verás —trató de tranquilizarlo—. Márcale un par de veces más. Ya sabes que Taehyung tiene el sueño muy pesado, y si no contesta, vamos a su departamento.

Namjoon llamó una vez más. Y No respondían. Estaba a punto de colgar cuando, finalmente, contestaron. Pero no era la voz de Taehyung.

{…}

El teléfono de Taehyung sonó, poniéndolo muy alerta al escuchar el tono chillante que había asignado especialmente para las llamadas de su padre. Pero lo ignoró, rogando para que dejara de llamar.

Tomó el móvil de la mesita al lado de la cama y se dedicó a mirar a Jungkook.

Sentía el teléfono vibrar y sonar una y otra vez en sus manos. Tenía miedo de que su padre se enojara con él.

—¿Quién diablos te marca tanto? —preguntó Jungkook con voz más fría y áspera de lo normal.

Taehyung no contestó; solo lo miró. No pudo hacer nada cuando Jungkook le arrebató el teléfono.

Una sonrisa perversa apareció en el rostro del pelinegro al leer en la pantalla el nombre de la persona que llamaba insistentemente.

—No te atrevas —advirtió Taehyung, muy alarmado al percatarse de las intenciones de Jungkook.

—¿Por qué no le contestaría a mi suegro? —respondió con una sonrisa que le puso los pelos de punta a Taehyung.

—Jeon Jungkook, lo digo en serio. No con... —se quedó con las palabras en la boca al ver cómo Jungkook contestaba y ponía el altavoz.

—«Taehyung, por fin contestas».

—No soy Taehyung.

—«¿Quién eres?»

—Su futuro esposo —respondió Jungkook. Taehyung intentó quitarle el teléfono, pero este, con una sola mano, lo inmovilizó.

—«¿Jungkook? ¿Acaso eres tú?» —preguntó Namjoon, reconociendo la voz.

—Sí, soy yo.

Namjoon tardó en contestar, pero cuando lo hizo, una espléndida sonrisa se dibujó en las facciones del alfa.

—«Trae a Taehyung y aquí hablamos todos» —respondió. Jungkook colgó la llamada y miró a Taehyung, que estaba muy sorprendido de que el pelinegro hubiera manipulado a su padre.

—¡Estúpido! ¡Manipulador! —gritó furioso.

—Yo no manipulé a nadie.

—¡Manipulaste y le mentiste a mi padre!

—No mentí. Ahora que portas mi marca, serás mi esposo.

—¡No! Eso yo...

—¿De verdad creíste que te dejaría escapar? Eres mío, y solo mío.

—Tú me marcaste sin mi consentimiento.

—Ay, mocoso. Tú la querías. Pudiste rechazarla, pero por lo que veo, tu lobo y tú la aceptaron.

—¡No! No... Fue mi lobo... Yo... No...

—No te laves las manos echándole toda la culpa a tu lobo. Tú también la querías, acéptalo… Querías que fuera tu alfa.

—¡Cállate!

—Mocoso, ya no te enojes. Vamos, que te tienes que bañar.

—¡Ni loco me baño contigo!

—Te ibas a bañar solo, pero, ya que insistes, puedo sacrificarme...

Jungkook estalló en risas al ver la cara roja de Taehyung.

—¿Por qué te gusta molestarme?

—Es divertido.

—Ajá —se levantó, sin importarle que estaba desnudo, pero sus piernas temblaron y estuvo a punto de caer. Jungkook lo sostuvo justo a tiempo.

—Parece que sí te tienes que bañar conmigo. Así que Vamos, llévame a bañar —dijo Taehyung.

Se esperaba muchas cosas, pero no que el pelinegro lo cargara estilo princesa y lo llevara hacia el baño.

—No te acostumbres… Solo es mi lobo que está sensible. Sí, eso debe ser —murmuró, más para sí mismo que para Taehyung.