𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑

39.4K 3.4K 115
                                        

Al día siguiente...

Una sonrisa triunfante se posó en el rostro de Jungkook. Había logrado engañar y manipular a Taehyung, haciéndole creer que había caído en su trampa... pero fue él quien cayó en la trampa de Jungkook. Del mismo demonio.

—Caíste en mi trampa, Kim Taehyung... —se rió a carcajadas—. ¿Creíste que ibas a engañar a Jeon Jungkook?

—Señor, lo busca el joven Park... —lo interrumpió su asistente, y él le dedicó una mirada filosa que la hizo arrepentirse de haber entrado sin tocar.

—Que se vaya... —contestó sin pensarlo dos veces.

—Demasiado tarde, Jeon... —habló alguien entrando al despacho de Jungkook.

—Lo siento, señor, el joven Park entró a la fuerza —explicó la asistente al sentir de nuevo la filosa mirada de Jungkook.

Jungkook apretó los dientes, su mandíbula se tensó y sus ojos enviaban dagas al castaño. Odiaba que lo interrumpieran y que entraran sin ser invitados a su despacho.

—Sal de aquí ahora mismo —le ordenó a su asistente, que inmediatamente obedeció y salió despavorida del despacho.

—¿Qué haces aquí, Park? —preguntó con voz arisca.

—No lo hagas...

—No entiendo de qué hablas. Y dilo rápido, antes de que te eche a patadas.

—No condenes a Taehyung a estar atado a ti... Ten compasión, te lo ruego —rogó, y se puso de rodillas.

—Qué ridículo eres. Ay, Jimin, tú en verdad no me conoces... Yo no conozco lo que es la compasión —sonrió—. Ahora lárgate.

—Pero Jungkook...

—¡Carajo!... ¡Que te largues! —gritó furioso.

Jimin se asustó y salió del despacho de Jungkook, dejándolo totalmente enojado.

—Eres y serás mío, Kim Taehyung...

{...}

Taehyung se miraba una y otra vez en el espejo, indeciso de hacer lo que por un mes había planeado.

La ropa se amoldaba perfecto a su cuerpo, resaltando las curvas de este. Estaba un poco maquillado, solamente resaltando su belleza. Estaba listo, pero a la vez no; sentía un poco de miedo.

Suspiró y quitó todos esos pensamientos que lo tenían nervioso.

Tomó un último sorbo de la copa que tenía en las manos y la dejó en la mesita de noche.

—No me arrepiento de nada, ni lo haré cuando obtenga mi venganza... —se miró de nuevo en el espejo y sonrió al ver lo hermoso que se veía.

«Menos que ese papito te rompa en cuatro, esa es la venganza.»

Suspiró al escuchar la voz en su cabeza y rió mientras negaba con la cabeza.

—Lobo tonto... Hora de irnos —sonrió—. Nos vemos pronto, Jungkook.

Con una sonrisa espléndida, al pensar que cada vez estaba más cerca de conseguir su venganza, salió del departamento...

{...}

Jungkook aún seguía furioso por las palabras de Jimin. Los gritos de él se escuchaban por toda la casa.

Estaba muy enojado, hasta que escuchó el conocido sonido de su celular al timbrar.

—¿Qué quieres? —contestó sin revisar de quién se trataba la llamada.

Los que estaban del otro lado de la línea temblaron con solo escucharlo.

«Señor, el joven Kim salió del apartamento y lo seguimos como nos ordenó, pero... lo perdimos...»

—¡Carajo! ¡¿Son idiotas o qué?! ¡Solo tenían que seguir al mocoso!

Unos toques en su puerta se escucharon y, después, entró su asistente.

—¿Qué quieres? —le preguntó.

—El joven Kim lo busca —suspiró aliviada al ver que él se relajó.

—Diles que ya no los necesito, y págales a esos ineptos —habló, y salió a recibir a Taehyung.


Eres MioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora