Danmachi: Un Mundo Maravilloso

"Capítulo 9"

-Mansión Chimenea - Horas más tarde-

Poco después que Eina terminara su charla con los padres del aventurero a su cargo, se disponía a irse pero Bell tuvo la idea de invitarla a cenar para compensarla después de las molestias que pasó por sus tíos y tías.

Eina trato de negarse después de ver la mirada celosa de las de Hera pero nada que una mirada rápida de Metería no arregle, al final no tuvo de otra que aceptar y solo digamos que tan pronto se llevó un trozo a la boca de la lasaña que preparó el peliblanco quedó maravillada.

-¿Cómo quedó Eina-san?

Preguntó el conejo vestido de chef lo que enterneció aún más a la Semielfa.

-Muy rico Bell-kun, eres un gran cocinero.

Lo felicito disfrutando del queso derretido en su boca así como de lo elegante que estaba adornada la mesa.

El único inconveniente eran las miradas que recibía de esas dos pequeñas compañeras del niño, quienes temían que se volviera otra competidora más por la atención de este.

Puede que después de este día, las veces que el albino la invitaría a cenar irían en aumento para celos de varias mujeres incluso de algunas compañeras de trabajo de Eina.

El lado positivo tendría algo de compañía y una buena cena.

.

-A la mañana del día siguiente-

(Según mis cálculos, ya pasaron 2 semanas y 1 día)

*¡Toc!* *¡Toc!*

-¡Ya voy!

Hestia fue a ver quien llamaba a la puerta.

-Buenos días. ¡Ah! ¡¿Hephaestus?!

Tuvo la sorpresa de encontrarse a su sobrina en la puerta de su casa

-Buenos días, Hestia. He venido a hablar. ¿Puedo pasar?

En su rostro de la pelirroja se ve una gran seriedad diciendo que vino a hacer negocios pero si te fijas mejor notaras el pequeño rubor en sus mejillas.

El motivo de su visita se trató de cierto Crozzo que apenas se unió a la Familia Hestia, por un segundo pensó que su sobrina estaba molesta por que el pequeño herrero insultó el trabajo de su Familia, iba a disculparse pero vaya su sorpresa que no era solo eso.

-Iré directo al punto Hestia...quiero unir a Welf-kun a mi familia

-...¿Eh?

Hestia consternada miró el rostro lleno de seriedad pero al mismo tiempo rojo de la vergüenza.

¿Acaso su sobrina se acababa de...enamorar?

-¿Cuál es tu repentino interés en Welf-kun, Hephaestus? Ayer recuerdo que tenías la intención de darle un buen coscorrón. ¿Qué es lo que cambió?

El rostro de la Diosa Herrera solo se puso más colorado al tiempo que comenzaba a tartamudear.

-B-bueno, lo que pasa, yo creí...pensé que Welf-kun se desarrollaría mejor en una Familia de herreros, y qué mejor que la mía como uno de los pilares que puede controlar las llamas de la herrería.

Dijo sonando confiada en sus habilidades.

Hestia dudaba que esas fueran todas sus razones por lo que solo un comentario fuera de lugar.

-Si... ¿Sabes? Por lo que escuche, la anterior diosa de Welf-kun, Phobos ya le dio su primer beso, hasta se colaba en su cama cuando dormía.

-¡¿QUE ELLA HIZO QUE?! ¡ESA PERRA ME QUITO SU PRIMER BESO! ¡ESPERA A QUE ME LA ENCUENTRE!