Último contendiente

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Anne estaba acostumbrada a la sensación de angustia, algo común cuando la fiebre y el malestar estaban siempre en el umbral de la puerta a la espera de la más mínima oportunidad. Pero esto era diferente, no había malestar ni fiebre, solo un agobio inmenso queriendo dominar los latidos de su corazón, erradicando casi por completo la regularidad de su respiración.

—Tranquila. — Marcy susurró a su lado al notar el fuerte agarre de su amiga en los brazos del trono.

—¿Tranquila? — Le respondió incrédula. —Marcy ¿Has oído algo de lo que han dicho mis primos? — Anne sabía que tenía que haberlo oído, estaba allí, junto a ella, compartiendo esa misma preocupación en sus ojos.

—Las leyendas provienen de exageraciones.

—Viene del norte, lo que significa que Grimothy "El despiadado" le ha dado el visto bueno ¡Ha su aprendiz! ¡¿Desde cuándo un señor de la guerra tiene aprendiz?! ¡Eso no son exageraciones Marcy!

—¿A qué viene tanto cuchicheo? —Ante las palabras del rey Marcy volvió a erguirse con pose impoluta, manteniendo su posición a la derecha del trono, un paso atrás de su princesa. Anne casi acaba por reír al ver como su amiga decidió mantener una mirada fría hacia el frente con tal de no cruzar miradas con el monarca.

—¿Acaso yo increpo las conversaciones privadas que mantienes con Olivia?

—Olivia es mi consejera.

—Marcy es mi consejera.

—"Futura" aun no. —Anne alzó una ceja algo perdida.

—No entiendo a dónde quieres llegar, más allá de querer dar por satisfecha tu curiosidad. — El anciano bufó ante la afilada respuesta de su nieta.

—Yo soy el primero en alegrarse de que hayas encontrando a una consejera tan leal, pero, sinceramente, espero que este guardaespaldas sepa respetar un poco más la jerarquía. —Anne frunció el ceño ante lo dicho.

—¿A qué te refieres? Marcy es perfectamente consciente de la jerarquía.

— Y aun así tus ordenes tendrán prioridad, a la larga es lo mejor y es por eso que no podría estar más feliz de obviar el tema, pero te facilita dejarme a ciegas de cualquiera de tus travesuras, así que espero que este guardaespaldas tuyo pueda facilitarme las cosas en ese aspecto. — Anne no sabía que responder, no sabía si quejarse por lo obvio que parecía ser para su abuelo el hecho de que al fin iba a tener un guardaespaldas, si molestarse por ese obvio ataque a su privacidad o enfatizar el hecho de que un guardaespaldas incapaz de mantener sus órdenes estaba destinado a fracasar en el puesto.

—No creo que tenga lo necesario para ser guardaespaldas. — Anne optó por derrumbar las bases de su argumento, sin embargo, todo lo que consiguió fue una pequeña sonrisa sibilina.

—Yo no estaría tan seguro, Yunan me ha estada informando un poco ¿Sabías que viene del norte? —Anne estaba molesta y su mueca refunfuñada no lo conseguía disimular muy bien.

—Algo he oído, sí. — Masculló entre dientes con obvia frustración.

—¿Y sabes cuál era la condición de Grime para que su aprendiz pudiera abogar por el puesto? —Anne no se perdió el énfasis en las palabras de su abuelo respecto a ser el aprendiz de un señor de la guerra un hecho, si no imposible, increíblemente extraño.

—No estoy al tanto.

—Vencer a Yunan. —Por un momento todo se paró frente a sus ojos, algo en ese hecho simplemente retorció cualquier esperanza de encontrarse a un caballero de alta cuna con ansias de grandeza más apuntando al puesto de comandante de los ejércitos. Anne buscó la mirada de su amiga, encontrándose con esa mascara de tranquilidad hecha añicos, Marcy viró la mirada hacia su madre, quien esperaba pacientemente la llegada del ultimo pretendiente al puesto al final de los escalones hacia el trono. Sabiendo lo que su amiga quería hacer Anne marcó un leve movimiento de mano que le dio a Marcy la libertad de dirigirse hacia la figura de su madre en busca de respuestas. — Con ese dato en mente creo que podemos dar la tercera prueba por superada, por supuesto, eso no omite el hecho de que deberá llevarla a cabo igualmente y, al parecer, Yunan tiene bastante fe en que será capaz de superar tanto las preguntas como esa absurda petición de ser capaz de cortar un tronco de un solo tajo. —Anne no estaba prestando atención a las palabras de su abuelo, centrando su foco en la imagen de Marcy y su madre hablando, no perdiéndose ni por un momento los leves toques de horror en el rostro de la azabache ante las respuestas de su madre.

Royalty (Sashannarcy au)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora