Orgullo y distancia

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—Demasiado cargado. — Descartó mientras su hermana bufaba, devolviendo el vestido al armario.

—Si sabes que es Anne la que tiene que elegir ¿Verdad? — Refunfuño mientras rebuscaba entre las prendas de la sala.

—¿Con ese mal gusto que tiene? No le voy a dejar elegir el vestido para esta noche sin una guía decente. — Argumentó desde la comodidad de su asiento.

—Estoy aquí. — Una voz molesta ante el poco tacto de sus primos. — Y tengo modistas. — Añadió secamente mientras señalaba a una fila de sirvientes manteniéndose en completa quietud en una de las orillas de la habitación, no sabiendo que hacer.

—Hoy es el evento de la luna azul, no puedes dejar que personas ajenas elijan que ponerte en una noche como esta. — Su primo le regañaba con la mirada, no dejándole otra opción a Anne más que rodar los ojos con hastío. — Ese color es muy hortera. — Lanzó nada más ver a su hermana salir del armario con una nueva prenda.

—¡Elige tú! ¡¿Por qué tengo que buscarlo yo?! — Gritó ya habiendo vuelto al interior de la sala encomendándose en una nueva búsqueda.

—El evento ocurre todos los años ¿Por qué este es especial? — Anne no parecía prestar atención a la pequeña rencilla que sus primos tenían alrededor de su elección de vestuario. — El año pasado no le disteis tanta importancia.

—Ya, el año pasado no ibas a conocer a tus potenciales pretendientes, asi que...— Sus palabras murieron conforme se daba cuenta de lo que estaba mencionando de forma tan casual, dejándose arrastrar por aquel leve sentimiento de culpa provocado por la dolorosa mueca en el rostro de la morena.

—Buena esa, Sprig. — Escuchó a su hermana desde el armario.

—Vale, definitivamente no es la situación más deseada, pero sigue siendo importante. — Anne asintió con algo de cansancio.

—Sí, supongo que lo es. — Admitiendo con la tristeza decorando sus palabras, una tristeza que no pasó por alto para sus oyentes. Sprig suspiró, buscando asiento junto a su prima a los pies de la cama, desde donde Anne había estado vigilando las andadas de sus dos visitantes a lo largo de su vestidor.

—No te voy a decir que entiendo por lo que estás pasando, porque no lo hago, dudo que nadie pueda hacerlo y si pudiera hacer algo para evitar que te vieras obligada a hacer esto, lo haría, pero... simplemente no lo hay, asi que, lo único que puedo hacer es esto. — Explicó mientras señalaba a la habitación por la que se veían repartidas las prendas y ropajes que habían conseguido mantenerse como una potencial elección. — No podrás elegir con quien casarte, pero ese no es motivo para que tampoco te dejen elegir que llevar, esta es la imagen que muestras al mundo y es una imagen que puedes decidir.

—O podrías pedirle ayuda a Marcy. — Añadió con condescendencia la más joven mientras salía del armario con una nueva opción.

—¡Polly! — Regañó su hermano mayor.

—¡¿Qué?! ¡Sabes que tengo razón! Si Anne se lo pidiera esa chica movería montañas ¿Hay alguna forma de evitarlo? Marcy la encontraría y la haría posible.

—Marcy no hará nada. —Respondió con amargura al recordar cada detalle que enmarcaba su último encuentro, no pudiendo evitar esa pesada esquirla de decepción clavada en su pecho. —Hay límites que jamás traspasaría, ni siquiera por mí. — Ante el resentimiento acumulado en su voz ambos hermanos se observaron entre sí, viendo extraño aquel inusual comportamiento.

—¿Ha ocurrido algo? — Finalmente Sprig se atrevió a preguntar.

—Ha ocurrido que por un momento me permití soñar—Recuerdos fugaces del arrepentimiento reflejándose en su rostro acabaron por grabarse en sus retinas ante aquel distante andar, alejándose de su lado. — y la caída fue más dolorosa de lo que esperaba.

Royalty (Sashannarcy au)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora