Loki

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Peter estaba muy emocionado, pues ese día se supone que volvería de Asgard su tío Thor, al cual no veía desde hacía un buen tiempo.

Todos en el complejo esperaban su llegada con todo ordenado, incluyendo a los Vengadores.

Cuando por fin llegó el día, su padre le dijo que se bañara y arreglara, pues Peter había llegado de patrullar y se notaba muy transpirado.

Steve, Natasha, Falcon, Bucky (al que Tony definitivamente no había invitado), Bruce, Clint, Peter y Tony se encontraban esperando su llegada.

Finalmente, sonó un gran estruendo junto con varios destellos de luz directamente del cielo hacia el suelo del patio. Cuando el polvo terminó yéndose, pudieron distinguir a la persona que estaban esperando, a lo que todos sacaron una sonrisa; misma con la cual se fue al ver quién iba detrás de éste. Sobretodo Tony, su cara de felicidad pasó a una de horror total.

—¡Amigo Stark! ¡Qué gusto ver...!

—Oh, no. No, no, no, no, no, ¡Definitivamente no! ¡NO! —interrumpió Tony a Thor poniéndose delante de Peter para mantenerlo a salvo.

Los demás imitaron el gesto, a lo que Peter frunció el ceño.

—¿Podrían dejar de hacer lo que están haciendo?

—¿Qué está pasando? ¿Qué hice? —preguntó Thor confundido por la reacción de sus amigos a su llegada, ¿tan mal les cae?

Loki, quien estaba detrás de él, sólo desvió la mirada a otro lado con incomodidad.

—¡No, no eres tú, sino él! —apuntó al peli negro —¡No dijiste en ningún momento que te acompañaría!

—¡Es mi hermano, Stark! ¿Por qué no me acompañaría?

Tony respiró muy profundamente, tratando de mantener la calma para no explotar. Peter sabía que cuando su padre hacía eso era porque estaba realmente enojado.

—Thor, mi querido amigo, ¿Te importaría si hablamos un momento en privado? —lo dijo con una sonrisa claramente fingida.

—Oh, de acuerdo.

Ambos adultos se dirigieron al complejo.

—Oigan, ¿Podrían, POR FAVOR, alejarse aunque sea un poco? —dijo Peter quien seguía rodeado de la mitad de los Vengadores.

Tony y Thor yacían en un pasillo del complejo, discutiendo.

—¡Tú sabes todo lo que ha provocado Loki mientras estaba aquí, y ahora lo traes de visita de un momento a otro!

—Tony, puedo prometerte que Loki ha cambiado mucho desde la última vez y que su objetivo ya no es gobernar la Tierra y derrotar a los Vengadores, él mismo lo admite.

—Te recuerdo que Él mismo es, literalmente, el dios de las Mentiras, Thor. No lo quiero aquí. No confío en él.

—Pero puedes confiar en mí. Créeme que ha demostrado que es diferente. Me ayudó a salvar Asgard.

Tony se lo pensó un momento. Seguía sin estar convencido, no le agradaba para nada que el causante de la mayoría de las pesadillas y ataques de ansiedad que tuvo años atrás se paseara como si nada por el complejo, menos con su hijo viviendo ahí.

Sin embargo, Thor se veía muy seguro de sí mismo y, después de todo, el vivió más de 1.000 años con Loki, no hay nadie más que él que lo conozca mejor.

Tony suspiró, es una locura lo que iba a permitir.

—De acuerdo, puede quedarse. Pero será única y momentáneamente, ¿Okey? Y si noto algo sospechoso en él, lo devolverás a Asgard inmediatamente. Ah, y que ni se le ocurra acercarse a mi hijo. Te juro que si le llega a tocar un sólo pelo, lo último que verá será la luz del propulsor de mi brazo de Iron Man apuntando a su cabeza. Quedan advertidos.

Irondad One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora