Capítulo 14: Reformas

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Terminada la batalla de Sigma comenzó el recuento de bajas y tratar a los heridos, la batalla había durado un poco más de 24 horas, pero había sido, pero en números había sido terriblemente dura para la FUG y el costo muy alto en vidas y en materiales.

El planeta fue bautizado como Sigma Prime y se instalaron puestos médicos para tratar a los heridos en el planeta que ascendían a más de 400.000 de diversa consideración. Las bajas sumaban 200.000, el equivalente a dos legiones enteras el material perdido también se contaba por miles.

Los Aeldar mantuvieron la telaraña abierta mientras transportaban todo lo que pudieron salvar de la destrozada astronave, en las semanas que estuvieron movilizando los materiales, no se volvieron a relacionar con las fuerzas de la FUG.

Lucio el gran general se encontraba recuperándose de las heridas que sufrió durante el combate. Fue distinguido por su valor y capacidad de mando instando a sus hombres a mantener las posiciones y luchando el mismo en el frente, convirtiéndose en un héroe de la FUG.
Rómulo también se encontraba recuperándose del duro combate no tenía heridas graves solo algunos golpes, así que lo habían dado de alta, pensó que debía ser él quien le diera la noticia de la muerte de Máximo al general Lucio así que fue hasta la bahía médica en la que estaba.

Lucio estaba en la cama, cuando vio entrar a Rómulo se alegró de verlo con vida, aún no le habían autorizado volver al trabajo, así que no sabía cuantas bajas habían tenido.
Rómulo que bueno es verte con vida- dijo Lucio.
Rómulo se cuadró y saludo marcialmente- Señor muchas gracias, es bueno verlo con tanta energía. Veo que se está recuperando rápido de sus heridas.

Puedes creer que me dicen que debo quedarme un mes más aun en este lugar -dijo Lucio.

Rómulo lo miro y le dio una sonrisa- No creo que puedan retenerlo tanto tiempo señor. Rómulo tomo un aspecto serio y continuo hablando- Señor lamento informar que el capitán Máximo cayo en combate. Creí que debía ser yo quien le diera la noticia.

Lucio asintió levemente- Que lamentable, era un buen hombre lo considere un amigo. ¿Lo viste morir?- Pregunto Lucio.

Sí, señor yo estuve con el hasta el final. El capitán fue herido por un gran demonio que destrozo su armadura a la altura del pecho la herida hubiera matado a cualquiera en el acto, pero el se mantuvo de pie dando ordenes y manteniendo la moral de todos hasta que llegaron los refuerzos. Murió con gloria, nunca presencie un acto de entrega tan grande señor. En ese momento a Rómulo le tembló la voz- No hubiéramos resistido la línea si el capitán no se hubiese mantenido consiente tanto tiempo.

Así era Máximo- dijo Lucio. Echáremos en falta su buen humor y su valentía, gracias por venir a contármelo Rómulo.

La primera legión jamás olvidara al capitán. Con su permiso señor, espero que se recupere pronto- dijo Rómulo. Mientras daba media vuelta y salía de la habitación.

Lucio se quedo pensando, en esa batalla, no había sido un ataque sobre la FUG, solo prestaron ayuda y aún así las perdidas habían sido cuantiosas, es más ni la guerra contra los Orkoz ni esta reciente batalla habían sido un ataque directo a la FUG, se pregunto si serian capaces de repeler un ataque a gran escala si era dirigido directamente a ellos. Supo la respuesta instintivamente, valentía no les faltaba a sus hombres, los marines espaciales que se les habían unido eran una fuerza de elite y muy poderosos, pero aún así eran muy pocos en comparación a las grandes fuerzas de esta galaxia, Orkoz, el caos y el Imperio de la humanidad eran por mucho muy superiores en número y los Aeldar eran tecnológicamente muy superiores, Si querían sobrevivir y prosperar debían mejorar y crecer, pero el tiempo era escaso, habían tenido suerte de llegar a un sistema tranquilo y pasar desapercibidos todo este tiempo, pero al expandirse ya habían llamado la atención y eso podría traer su fin.

Camino a la desolaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora