capitulo 18: En tablas

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La batalla por el Itsmo de Gular era cruel, la primera línea de trincheras de las fuerzas imperiales tuvo que retirarse a una segunda línea defensiva 700 metros más atrás o hubieran sido arrasados por el gran número de enemigos.
En el aire las cosas no iban mejor. La escasa fuerza aérea imperial se estaba viendo superada por los más numerosos cazas traidores y las baterías antiaéreas estaban en su mayoría destruidas, si el enemigo controlaba el cielo estarían perdidos.

Señor el Cónsul Lucio quiere hablarle - dijo Valerio. Entregándole a Sordan un pequeño aparato que Sordan puso en su palma y Valerio apretó una runa que para Sordan era incomprensible.
El pequeño aparato se iluminó y se materializó un un hombre en brillante armadura plateada con una capa roja que le hablo.
General Sordan, soy el Cónsul Lucio Vero y vengo a prestar la ayuda que usted y su gente requiere. Las naves de desembarco están saliendo de los bahías en este momento-dijo Lucio.
El general Sordan quedó mirando la figura que se proyectó desde el aparato en su mano, no estaba seguro de autorizar el despliegue de fuerzas no imperiales, eso podría ser el fin de su carrera en el mejor de los casos aunque una ejecución sumaria era la opción más realista. Pero que otra opción tenía, sus fuerzas eran pocas en comparación a las fuerzas enemigas y en un día a lo mucho esa posición sería insostenible y tendrían que retirarse a la ciudad acosados por los enemigos y desde la ciudad tratar de vender su vida lo más caro posible.
No tenía más opciones que aceptar, si no quería que todos sus hombres murieran en el planeta.
Cónsul Lucio le agradecemos la ayuda, pero en estos momentos no controlamos el cielo a penas nos quedan casas para darle cobertura a sus naves de desembarco- dijo Sordan. Había preferido ir al grano y no darle más vueltas al asunto, la primera prioridad era sobrevivir, luego acataría cualquier consecuencia.
No se preocupe General dígale a sus cazas que se retiren estoy enviando unos escuadrones de cazas para retomar el cielo y dar cobertura a mis hombres- Dijo Lucio.
Haré lo que me solicita, espero verlo en persona para poder hablar- respondió Sordan.
Estaré con usted en unos minutos general- respondió Lucio.
La imagen de Lucio desapareció y Sordan le entregó el artilugio a Valerio, con un asentimiento. Luego se volvió y le habló a Vand -Coronel de la orden a los cazas que regresen a la capital y que las baterías antiaéreas dejen de disparar.
A su orden general- Vand se dio media vuelta y comenzó a repartir órdenes.

Los cazas se retiraron y las baterías callaron los cazas enemigos se disponían a atacar a las posiciones imperiales cuando de las nubes salieron cientos de Bennu de la FUG en formación de ataque.

Sordan miraba el cielo y vio cómo los cazas enemigos rompían las formaciones de ataque para evadir las nuevas amenazas que aparecieron de las nubes, el combate comenzó y todos en tierra se detuvieron por unos momentos para ver las naves de la FUG que maniobraban de forma increíble derribando cazas enemigos. Unos 10 minutos más tarde los cazas traidores se retiraron estaban siendo superados y decidieron replegarse.

Los leviatán aparecieron, una docena de las inmensas moles surcaban el aire de manera muy suave y se posaron en tierra pesadamente, se abrieron múltiples hangares y comenzaron a salir en perfecta formación miles de hombres en armaduras plateadas con grandes armas en sus manos, también desembarcaban paquidermos, devastadores y lo que más impresionó a los guardias imperiales fueron los Taurus, también vieron soldados con armaduras ligeras y armas más pequeñas más parecidos a ellos mismos pero mucho mejor equipados, por último vieron unos gigantes de tres metros en armaduras plata y negro parecían marines espaciales, pero ¿Sería posible que los ángeles del emperador estuvieran ahí?.

Lucio bajo del leviatán por la rampa delante de los marines espaciales. Como guardia personal tenía a 20 guardias rojos, guerreros formidables de las elite de la FUG.
Las legiones y los ejércitos que trajeron la primera oleada de leviatanes avanzaron en formación hacia el campamento de retaguardia de las fuerzas imperiales.

Camino a la desolaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora