Primer día de trabajo

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Por fin había llegado el primer día del sufrimiento para la perra, la hicieron ir primero al gremio por si había alguna misión.

-Bienvenidos, ¿En que le puedo ayudar?- la chica detrás del mostrador les pregunto con una sonrisa.

-Buen día, venimos a ver si hay alguna misión para la señorita Malty.- Uno de los guardia que le acompañaron le contesto.

-Actualmente todas las misiones ya están o terminadas o los están cumpliendo- después de que la chica revisase les contesto- si quereis podéis pasar mañana, seguramente ya habrán más.

-Esta bien, le agradecemos y perdone las molestias- se despidieron y salieron a la calle.

La perra pensó que se había salvado y que podría descansar y en verdad era todo una broma de su madre, no obstante los caballeros no se dirigieron hacia el castillo sino hacia los pueblos, específicamente el que Naofumi estaba reconstruyendo.

-Buenos dias- los caballeros saludaban a todos los aldeanos de la pequeña aldea en reconstrucción- ¿saben dónde podemos encontrar a Naofumi?

-Si va todo recto hacia el final encontrará una pequeña casa que se destaca entre los otros, allí podrá encontrar a Naofumi-sama o Motoyasu-sama- Raphtalia le respondió cortésmente.

-Muchas gracias- se despidieron y siguiendo las instrucciones de la chica mapache se encontraron una casa, que tal como lo dijo destacaba entre todas.

Tocaron a la puerta sin respuesta, así que lo volvieron a intentar escuchando una voz desde adentro que no sabían a quien pertenecía.

Después de un rato salió Motoyasu con su pelo alborotado, lleno de sudor, respirando difícilmente y sin su camisa

-¿Perdone, interrumpimos?- los caballeros al notar el aspecto de Motoyasu pensaron que interrumpieron algo.

Mientras que la perra irradiaba puro odio, pues pensaba que Motoyasu y Naofumi hicieron cosas poco decentes, también porque estaba en la aldea, un lugar que según ella no estaba a su altura.

-¿No, no pasa nada, necesitáis algo?- Motoyasu no sabía porque habían varios caballeros junto con la perra en la puerta de la casa de su novio.

-Si, buscamos al señor Naofumi, pasamos por el gremio pero no quedaban misiones, así que como el castigo de la princ- perra era también trabajar para el señor Naofumi la trajimos- un caballero le contesto casi olvidando de que no podía llamarla princesa.

-Ahora mismo está descansando pero podéis ir a ayudar a la granja o en el huerto, sino hay nada por hacer, en la zona del fondo allí encontraréis algunos aldeanos que están vigilando, les diréis que os a mandado Naofumi para ayudar y ellos os dirán que podéis hacer- le dió indicaciones y una vez que se fueron vio a Naofumi despertándose.

-Dime que no tienes nada que ver con el asunto de que no quedasen misiones en el gremio- Motoyasu rápidamente pregunto con tono acusatorio pues cuando fue por la mañana estaba lleno.

-¿Como supiste? ¿Supongo que ya llegó la perra no?- Ni lo intento negar simplemente se levantó perezosamente y se vistió- Tengo todo el cuerpo adolorido, muchas gracias- Naofumi se comenzó a quejar a Motoyasu de su dolor.

-Tu aceptaste entrenar conmigo- resignado con la idea de que su novio le dijese porque de la nada ya no quedaban misiones, le permitió cambiar de tema.

-Esta bien, ¿A dónde los mandaste?- necesitaba saber dónde estaban pues, Naofumi no se lo dejaría fácil a la perra.

-A la granja o al huerto y si no había nada que hacer que fuesen a preguntar a los que estaban haciendo guardia- Motoyasu también se puso la ropa y acompaño a su novio afuera.

Naofumi x Motoyasu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora