Problemas y castigo

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* En la cabaña donde vive el equipo de Motoyasu

Cierta chica se estaban despertando de una dura noche, pues entre la noticia que les dieron a ella y a su equipo no fue el mejor, sin contar todos los gritos y llantos que tuvo que fingir,aunque no tenía buenas intenciones con Motoyasu lo necesitan para su plan.

-¡Buenos días Myne-san!- se escuchó las voces que saludaban a nuestra "querida princesa".

-¿A vuelto Motoyasu-sama?- preguntó ignorando los saludos.

-No, pero supongo que vendrá por la noche a no ser de que se mude definitivamente a la casa del estúpido novio suyo- dijo una chica con desprecio.

-Si, no entiendo que le ve Motoyasu-sama- todas las chicas comenzaron a decir cosas malas sobre Naofumi.

La simple posibilidad de que Motoyasu se mudase y que se le arruinase el plan, la enojo mucho fue como si le estuvieran echando más leña al fuego, solo que en vez de leña era gasolina, su enojo no paraba de crecer, cogió una manzana y volvió arriba a cambiarse de ropa.

Mientras comía la fruta iba en el carruaje hacia el centro de la ciudad, una vez llegaron al destino comenzó a ver todo tipo de tiendas, desde ropa a magia. No compro nada pues según ella no le estaban dando el trato de una princesa y enojada se fue.

A lo lejos vio a un vagabundo y decidió desquitar todo el enojo contra el, se acercó con una sonrisa falsa ofreciéndole una bolsa de monedas a das de oro.

-¿Señorita eso es para mi?- pregunto con una cara de alegría el señor.

-Si, por favor acéptelo- dijo con un tono muy falso de inocencia y una sonrisa plasmada en su cara.

-Muchas gracias señorita, no sabe cuánto me ayudará esto a mí y a mi familia- dijo mientras alargaba la mano

-Jajaja- se comenzó a reír la perra y apartó con fuerza la mano del señor- primero suelta tu asquerosa mano de la mía, esta llena de suciedad, como se me ensucie no podrás pagar el lavado con tus moneditas, y ¿Quién crees que soy para regalarte dinero? Yo soy la princesa de Melromac no le daré dinero a un sucio vagabundo que no trabaja.

Mientras hablaba lo comenzó a insultar , incluso le pegó varias veces a pesar de que, antes le pegó la mano solo porque se rozaron apenas unos segundo, seguí sin para diciéndole cosas mala y pegándole. El pobre señor solo podía gritar por ayuda, pero al estar en una calle poco transitada era difícil.

En ese momento paseaban Naofumi y Motoyasu y al escuchar el caso se acercaron a ver y se encontraron con la escena que estaba haciendo la princesa.

- Tenemos que ayudarlo al señor- dijo alarmado Motoyasu- no sabemos que le puede hacer.

-Si, vamos- Naofumi estuvo de acuerdo, aunque antes decidieron llamar a caballeros del reino para que se llevasen a la chica.

Una vez que llegaron algunos refuerzos rápidamente pudieron neutralizar a la salvaje princesa, que en ningún momento paró de golpear, ni cuando la agarraron lo único que consiguieron fue una escena de pataletas de parte de ella. La llevaron hasta el palacio mientras que el señor será atendido por Naofumi y algunos médicos.

-¿Se puede saber porque estabas pegándole a el señor?- pregunto la reina con enojo.

-¡El me intento manosear!- hizo lo que mejor se le daba mentir- ¿Tu crees que iba a dejarme?

La reina se lo estaba pensando hasta que justamente la puerta se abrió, por donde se vio entrar algunos caballeros, a Naofumi junto a Motoyasu y al señor.

-Eso es mentira su majestad- dijo el vagabundo mientras se inclinaba en señal de respeto a la reina- Yo no hice nada, ella se acercó a mi para supuestamente darme dinero, para después comenzar a insultarme y pegarme, y dijo que un vagabundo no tenía el derecho de tocarla a ella que era la princesa de Melmorac- replicó sin temor alguno, pues los dos héroes previamente lo convencieron a confesar todo sin preocuparse de la princesa.

Naofumi x Motoyasu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora