9

0 0 0
                                    

CAPÍTULO 9 Morir por amor
Todos, cada uno de nosotros, estamos llenos de horror. Si te casas para espantar tu horror, sólo lograrás casar tu horror con el de otra persona; los dos horrores tendrá el matrimonio, tú sangrarás y llamarás a eso amor.
Michael Ventura
Bailando con la propia sombra en la zona matrimonial.
Fumando un cigarrillo tras otro, con los hombros erguidos y tensos, Margo movía su pierna cruzada rápidamente hacia adelante y hacia atrás, y su pie daba un impulso extra al final de cada oscilación. Estaba sentada muy tiesa, inclinada hacia adelante, junto a la ventana de la sala de espera, mirando fijamente uno de los paisajes más bellos del mundo. Los techos de tejas rojas de Santa Bárbara trepaban las colinas azules y púrpuras sobre el océano, pero la escena, ligeramente teñida de rosa y oro en aquella tarde de verano, no lograba comunicar su tranquilidad española al rostro de Margo. Parecía una mujer apresurada, y en efecto lo era.
Cuando le señalé el camino, se movió con rapidez, con sus tacones golpeteando en el suelo; entró a mi consultorio y se sentó, nuevamente al borde de la silla, y me clavó la mirada.
—¿Cómo sé si usted me puede ayudar? Nunca hice esto de venir a hablar con alguien sobre mi vida. ¿Cómo sé si valdrá el tiempo y el dinero?
Yo sabía que también trataba de preguntarme: "¿Cómo sé si puedo confiar en que usted se interese por mí si le dejo ver cómo soy en realidad?" Por eso, con mi respuesta, intenté contestar ambas preguntas.
—La terapia requiere una inversión de tiempo y dinero. Pero la gente nunca viene, siquiera a su primera consulta, a menos que en su vida esté sucediendo algo muy terrible o muy doloroso, algo que ya se han esforzado por dominar pero nunca lo han logrado. Nadie viene por casualidad a ver a un terapeuta. Estoy segura de que tú debes de haberlo pensado mucho antes de decidirte avenir.
La precisión de esa declaración pareció aliviarla un poco, y se permitió recostarse en la silla con un leve suspiro.
—Tal vez debí hacer esto hace quince años, o antes, pero ¿cómo sabía que necesitaba ayuda? Yo creía que me iba bien. Y en algunos aspectos así era... inclusive ahora. Tengo un buen empleo y gano un sueldo decente. —Se detuvo de pronto y luego, con actitud más reflexiva, prosiguió:— A veces es como si tuviera dos vidas. Voy a trabajar, y soy brillante e inteligente; me respetan. La gente me pide consejos y me da mucha responsabilidad, y me siento adulta, capaz y segura de mi misma. —Miró al techo y tragó saliva para controlar su voz.— Después vuelvo a casa y mi vida es como una larga y de mala calidad. Es tan mala que, si fuera un libro, no lo leería. Demasiado cursi, ¿sabe? Pero aquí estoy, sin poder dejar de vivirla. Ya estuve casada cuatro veces, y apenas tengo treinta y cinco años. ¡Apenas! Dios mío, me siento muy vieja. Comienzo a tener miedo de no poder nunca arreglar mi vida, y de que se me acabe el tiempo. Ya no soy tan joven como antes, ni tan bonita. Me asusta la idea de que nadie más me quiera, de haber gastado todas mis oportunidades y de que ahora siempre estaré sola.
El miedo que reflejaba su voz concordaba con las arrugas de preocupación que se marcaron en su frente al expresar eso. Tragó saliva varias veces y parpadeó con fuerza.
—Sería difícil decir cuál de mis matrimonios fue el peor. Todos fueron desastrosos, pero en distinta forma.
"Mi primer marido y yo nos casamos cuando yo tenía veinte años. Cuando lo conocí, sabía que era licencioso. Me era infiel antes de casamos, y también después. Yo creía que al
100

Robin Norwood Las mujeres que aman demasiado
estar casados sería distinto, pero no fue así. Cuando nació nuestra hija yo estaba segura de que eso lo frenaría un poco, pero surtió el efecto contrario. Permanecía más tiempo fuera de casa. Cuando estaba con nosotras era muy malo. Yo podía soportar que me gritara, pero cuando empezó a castigar a la pequeña Autumn por nada y por todo, decidí interferir. Al ver que eso no daba resultado, me marché y me llevé a mi hija. No fue fácil, porque ella era muy pequeña y yo tenía que buscar trabajo. El nunca nos dio ninguna clase de apoyo, y yo tenía miedo de que nos causara problemas para que yo no acudiera al fiscal de distrito o algo así. No podía volver a casa de mis padres, porque habría sido igual que mi matrimonio. Mi padre abusaba mucho de mi madre, tanto física como verbalmente, y también de mis hermanos y de mí. Cuando era niña, siempre estaba escapando. Finalmente, me fugué y " me casé para salir de allí, por eso estaba decidida a no volver. "Tardé dos años desde que me marché en reunir el coraje para divorciarme de mi primer marido. No podía hacerlo hasta haber encontrado otro hombre. El abogado que manejó mi divorcio terminó convirtiéndose en mi segundo esposo. Era bastante mayor que yo y también acababa de divorciarse. No creo que estuviera realmente enamorada de él, pero quería estarlo, y creí haber encontrado a alguien que podría cuidarnos a Autumn y a mí. Hablaba mucho de que quería volver a empezar en la vida, iniciar una nueva familia con alguien a quien pudiera amar de verdad. Creo que me sentí halagada de que sintiera eso por mí. Me casé con él al día siguiente de terminar el divorcio. Todo saldría bien, estaba segura. Conseguí un buen preescolar para Autumn y reanudé mis estudios. Mi hija y yo pasábamos las tardes juntas, luego yo hacía la cena y volvía a la universidad para las clases nocturnas. Por las noches, Dwayne se quedaba en casa con Autumn, haciendo trabajos legales. Una mañana en que estábamos solas, Autumn dijo algunas cosas que me hicieron comprender que algo horrible, algo sexual, estaba ocurriendo entre ella y Dwayne. En ese momento yo también sospechaba que estaba embarazada, pero esperé hasta el día siguiente, como si todo estuviera normal, y después de que Dwayne fue a trabajar puse a mi hija y todo lo nuestro en mi automóvil y me marché. Le escribí una nota en la que hablaba de lo que me había dicho Autumn y le advertí que no tratara de encontramos o revelaría lo que le había hecho a la niña. Yo tenía tanto miedo de que tuviera alguna forma de encontramos y hacemos volver que decidí que, si estaba embarazada, no se lo diría ni le pediría nada. Sólo quería que nos dejara en paz.
"Por supuesto, sí averiguó dónde vivíamos y me envió una carta, sin ninguna referencia a Autumn. En cambio, me culpaba por haber sido fría e indiferente con él, porque lo dejaba solo mientras iba a estudiar por las noches. Durante mucho tiempo me sentí culpable por eso, pensando que lo que le había pasado a Autumn era mi culpa. Yo creía que mi hija estaría bien y en cambio la había puesto en una situación horrible.
Una expresión perturbada cubrió el rostro de Margo al recordar aquella vez.
—Por suerte, encontré una habitación en una casa con otra joven madre. Ella y yo teníamos mucho en común. Ambas nos habíamos casado demasiado jóvenes y proveníamos de hogares infelices. Nuestros padres se parecían mucho, al igual que nuestros primeros esposos. Pero ella había estado casada una sola vez. — Margo meneó la cabeza y prosiguió.— La cuestión es que cuidábamos a nuestros respectivos bebés, y eso nos permitía continuar con los estudios y salir. Sentía más libertad que nunca en mi vida, aunque resultó que sí estaba embarazada. Dwayne aún no lo sabía, y yo nunca se lo dije. Recordaba todas sus historias acerca de las maneras en que podía causar problemas a la gente dentro de lo legal, y sabía que conmigo también podía hacerlo. No quería tener nada más que ver con él. Antes de casarnos, esas historias me habían hecho pensar que era fuerte. Ahora me daban miedo de él.
"Susie, mi compañera de cuarto, me preparó para el parto natural con mi segunda hija, Darla. Parece una locura, pero fue uno de los mejores momentos de mi vida. Éramos tan pobres, estudiábamos, cuidábamos a nuestros bebés, comprábamos ropa en las tiendas baratas y comida con cupones. Pero a nuestra manera éramos libres.
Se encogió de hombros.
—Sin embargo, yo estaba muy inquieta. Quería un hombre en mi vida. Conservaba la esperanza de encontrar a alguien que hiciera que mi vida fuese como yo la quería. Aún siento lo mismo. Quiero aprender a encontrar alguien que sea bueno para mí. Hasta ahora no me ha ido muy bien en eso.
101

Las mujeres lala Where stories live. Discover now