Aprendice 1

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APENDICE 1
Cómo iniciar su propio grupo de apoyo
Primero, averigüe cuáles son los recursos disponibles en el área donde usted vive. A menudo las comunidades tienen una guía de todas las agencias de servicios y fuentes de ayuda. Aun en caso de que no hubiera una publicación así, la línea de emergencias de su comunidad quizá le proporcione los nombres de diversos grupos de autoayuda o asesoramiento que puedan ser adecuados para usted. Además, la mayoría de las guías telefónicas ahora incluyen una lista de "servicios humanitarios", de modo que también puede verificar eso.
Sin embargo, no dé por sentado qué una sola llamada a un grupo o a un profesional le proporcionará toda la información que necesita. Para cualquier profesional en una gran comunidad es difícil mantenerse al tanto de todos los recursos que ofrece el área, y lamentablemente muchos profesionales carecen de suficiente información sobre lo que hay en la actualidad.
Trabaje también en su casa. Haga todas las llamadas que necesite, anónimamente si lo desea. Vea si el grupo que usted necesita ya existe. No tiene sentido volver a inventar la rueda o entrar en competencia con un grupo que ya está funcionando y que podría necesitar su participación. Si usted es candidata para Gordos Anónimos, grupos de familiares de alcohólicos, los servicios de refugio para mujeres maltratadas, esté dispuesta a tomarse cierto tiempo y algunas molestias, tal vez viajar cierta distancia para asistir a las reuniones que ofrecen. Valdrá la pena.
Si, después de una, asidua búsqueda, tiene absoluta certeza de que el grupo que usted necesita no existe, inicie uno usted misma.
Quizá la mejor manera de empezar sea publicar un aviso en la sección de Personales de su periódico local. Podría decir algo así:
MUJERES: ¿Enamorarse les ha traído sufrimiento emocional tarde o temprano? Hay un grupo de autoayuda en formación para mujeres cuyas relaciones con los hombres han sido, hasta ahora, destructivas. Si desea vencer este problema, llame a (su nombre de pila y su número telefónico) para información y el lugar de reunión.
Publicando ese aviso algunas veces podrá reunir un grupo. Lo ideal sería que el grupo tuviera entre siete y doce miembros, pero de ser necesario empiece con menos.
Recuerde que en esa primera reunión las mujeres que se presenten estarán allí porque esto es un problema serio para ellas y buscan ayuda. No pase demasiado tiempo de reunión hablando de la organización de futuras reuniones, si bien eso también es importante. La mejor manera de empezar es compartiendo sus historias, porque el hecho de hacerlo forjará un vínculo inmediato y una sensación de pertenecer a ese grupo. Las mujeres que aman demasiado son mucho más parecidas que diferentes, y eso lo sentirán todas ustedes. Por eso, compartir sus historias debe ser su primera prioridad.
Pruebe este programa para su primera reunión, que no debe durar más de una hora.
Empiece puntualmente. Eso indicará a todas que en las reuniones futuras deben ser puntuales.
Preséntese como la persona que publicó el aviso y explique que quisiera que el grupo llegara a ser una fuente continua de apoyo para usted y para todas las presentes.
Enfatice que todo lo que se diga durante la reunión no deberá salir de allí, que nunca, jamás, se debe hablar fuera de las reuniones de las asistentes ni de lo que se dice allí. Sugiera que las presentes utilicen sólo sus nombres de pila para presentarse.
Explique que quizá sería útil para todas oír las razones de cada una para asistir al grupo y que cada persona podría hablar hasta cinco minutos sobre lo que la decidió a ir. Enfatice que nadie tiene la obligación de hablar todo ese tiempo, pero que si lo desea dispone de él. Ofrézcase como voluntaria para empezar dando su nombre de pila y contando brevemente su historia.
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Robin Norwood Las mujeres que aman demasiado
Cuando todas las que lo deseen hayan compartido sus historias, vuelva a alguna que no haya querido hablar en su turno y pregúntele, sin forzarla, si quisiera hacerlo ahora. No presione a nadie para hablar. Deje bien en claro que todas son bienvenidas, estén listas o no para hablar de su situación.
Ahora hable de algunas de las pautas que usted querría que siguiera el grupo. Yo recomiendo las siguientes, que deberán copiarse y ser entregadas a cada participante:
No dar consejos. Todas podrán, si así lo desean, compartir sus experiencias y lo que las ha ayudado a sentirse mejor, pero nadie deberá aconsejar a otra sobre lo que debe hacer. Si alguien da un consejo, se deberá señalarlo con suavidad.
La presidencia dentro del grupo debe ser rotativa y semanal; cada reunión debe ser presidida por un miembro distinto. La responsabilidad del que dirige es empezar la reunión puntualmente, elegir un tema de discusión, reservar unos minutos al final para cualquier cuestión organizativa y elegir otro que presida para la siguiente semana antes de cerrar la reunión.
Las reuniones deben tener una duración específica. Yo recomiendo una hora. Nadie solucionará sus problemas en una sola reunión y es importante no intentarlo. Las reuniones deben empezar y terminar con puntualidad. (Es mejor que sean demasiado cortas y no demasiado largas. Los miembros pueden decidir, más adelante, prolongar las reuniones si lo desean.)
De ser posible, el lugar de reunión deberá ser un sitio neutral y no la casa de alguien. Las casas presentan muchas distracciones: hijos, llamadas telefónicas y falta de privacidad para los miembros del grupo, especialmente para la anfitriona. Más aun, se debe evitar el rol de anfitriona. No será una reunión social entre amigas; estarán trabajando juntas como pares para recuperarse de sus problemas comunes. Muchos bancos e iglesias proporcionan habitaciones sin cargo para reuniones grupales por las noches.
No deberán comer, fumar ni ingerir ningún tipo de bebidas en el transcurso de la reunión: eso apartará la atención del tema que se esté tratando. Se lo puede hacer antes y después de la reunión, si el grupo decide que es importante. Nunca debe haber alcohol. Distorsiona los sentimientos y las reacciones de las personas y constituye un estorbo para el trabajo.
Eviten hablar sobre "él". Esto es muy importante. Las mujeres del grupo deben aprender a concentrarse en sí mismas y en sus propios pensamientos, sentimientos y conductas, y no en el hombre que es su obsesión. Al principio es inevitable que se hable un poco de ellos, pero cada una, al compartir sus experiencias, deberá esforzarse por reducirlo al mínimo posible.
No se debe criticar a nadie por lo que hace o no hace, ya sea cuando está presente o ausente en el grupo. Si bien los miembros pueden pedir conocer las impresiones de las demás, éstas nunca se deben proporcionar sin que las hayan solicitado. Al igual que para los consejos, en un grupo de apoyo no hay sitio para las críticas.
Aténgase al tema que se esté tratando. Casi cualquier tema que un líder desee tratar estará bien, excepto lo que tenga que ver con la religión, la política o temas externos como acontecimientos de actualidad, celebridades, programas de tratamiento o modalidades terapéuticas. En un grupo de apoyo no hay sitio para el debate ni las ironías. Y recuerden que no están reunidas para quejarse de los hombres. Les interesa su propio crecimiento y curación, al compartir la forma en que están desarrollando nuevas herramientas para enfrentar viejos problemas. A continuación hay algunos temas sugeridos:
Por qué necesito este grupo
Sentimiento de culpa y resentimiento
Mis peores miedos
Lo que más me gusta y lo que menos me gusta de mí
Cómo me ocupo de mí misma y cómo satisfago mis necesidades La soledad
Qué hago respecto de la depresión
Mis actitudes sexuales: cuáles son y de dónde provienen
La ira: cómo manejo la mía y la de los demás
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Robin Norwood Las mujeres que aman demasiado
Cómo me relaciono con los hombres
Qué creo que piensa la gente de mí
Examino mis motivos
Mis responsabilidades conmigo misma; responsabilidades con los demás
Mi espiritualidad (esto no es una discusión sobre creencias religiosas sino sobre la forma en que cada integrante del grupo experimenta o no su propia dimensión espiritual)
Dejar de culpar, incluso a mí misma
Patrones de mi vida
Se recomienda que las integrantes del grupo lean Las Mujeres que Aman Demasiado, pero esto no es un requisito sino sólo una sugerencia.
El grupo puede decidir agregar unos quince minutos al tiempo de reunión una vez por mes para tratar asuntos organizativos o cambios de formato, la eficacia de las pautas o cualquier otro problema.
Ahora volvamos al formato sugerido para la primera reunión:
Discutan la lista de pautas en grupo.
Pregunte si alguien estaría dispuesta a presidir el grupo la semana siguiente.
Confirmen el lugar de reunión del grupo para la semana siguiente y lleguen a un acuerdo en el tema de los refrigerios antes o después de las reuniones.
10.Discutan la posibilidad de invitar a más mujeres, de publicar el aviso una semana más o de que las presentes inviten a otras mujeres.
11.Cierren la reunión ubicándose todas de pie formando un círculo, tomadas de las manos y con los ojos cerrados por unos instantes.
Una última palabra acerca de estas pautas. Los principios de confidencialidad, rotación del liderazgo, ausencia de críticas, no dar consejos, no discutir temas polémicos o externos, no debatir, etc., son muy importantes para la armonía y la cohesión del grupo. No violen esos principios con el fin de complacer a una integrante del grupo. Siempre hay que considerar primero lo que es mejor para el grupo en general.
Con todo esto en mente, usted tiene las herramientas básicas para iniciar un grupo de mujeres que amen demasiado. No subestime el gran valor curativo que estas sencillas reuniones de una hora para compartir experiencias personales llegarán a tener en la vida de todas ustedes. Juntas, estarán ofreciéndose la oportunidad de recuperarse. ¡Buena suerte!

Las mujeres lala Where stories live. Discover now