relatos en primera persona

El Carnicero

Yo controló este país, Meat Island, no soy el emperador, ni rey, ni monarca, mucho menos el faraón; soy alguien mucho más importante soy el carnicero. Empecemos por que soy tan importante: Meat Island es la única isla de América a la que es imposible llegar por avión por la falta de aeropuertos y el clima no favorece a los cultivos, a excepción del pasto nada crece, las grandes cadenas montañosas nos dan una hermosa fauna animales deliciosos y únicos, entre los más destacados esta el "Parakuri", un mamífero cuya carne es suave no necesita aji ni ningún elemento picante porque la evolución le dio ese sabor natural, nuestro reptil típico se llama "Aouby" una serpiente de alrededor de doce metros muy peligrosa ya que el no tiene un órgano diseñado para almacenar el veneno así que el carnicero debe hacer cortes perfectos, igual que el pez fobu que se come en Japón, obviamente yo también hago ese pez y el pez transparente, solo se da en la isla y los pescadores lo traen muy a menudo, su Perú es transparente e incomestible pero el guiso que se hace con sus órganos internos es lo más delicioso del mundo solo apretado por el ave cantor "Arcoris", a muchos no les gusta que lo comandos por sus hermosos cantos que hace, es más yo mismo tengo uno como machos, todos los días me despierta con su hermoso canto y luego se va violando, pero el trabajo me lo exige el trabajo y el rey. Él adora todas esas carnes y también las típicas carnes de res, cerdo, trucha, pollo, burro, caballo, pero sobre todas esa la más exquisita y que silo se consigue en Meat Island es la humana.

Meat Island, isla americana pequeña, sin avances tecnológicos en donde o mejor que verás es un celular sin antena, ni democrática y cuyo rey mataría a un niño por un trozo de carne barata puede sonar hasta normal, lo anormal es el consumo de carne humana, la historia es algo más interesante.

La cuarta nave de Cristóbal Colón, el cual nunca se menciona, llego hasta nosotros y los demás siguieron derecho hasta el resto de América; nos esclavizaron y acusaron de nosotros, éramos un pueblo vegetariano que la evolución nos hubiera convertido en rumiante amantes del pasto chimba las vacas o los venados, pero ellos bits enseñaron la carne y como éramos suyos solo nos podíamos comer entre nosotros mismos, con la revolución empezamos a revelarnos contra ella y los pocos que quedan y digo "quedan" porque aún hay son criados para el consumo humano y de vez en cuando algunos criminales condenados a cadena de muerte son llevados a mí, sin embargo la cadena de muerte es poco, muy poco para un criminal; cuando empecé en el trabajo de carnicero hacia el procedimiento tradicional matarlos rápido y sin dolor, después de que asesinaran a mi esposa porque no le quise hacer un descuento que asistido pero un policía me hizo un favor y me llevó al asesino de ella, anestesiado y drogado. Lo llevé a una pequeña habitación y lo amarre de muñecas y tobillos, cuando los psicoactivos pasaron el efecto empiece a trabajar haya los cortes con el vivo como tortura por asesinar a mi esos la mujer más bondadosa y hermosa como que pudo existir. En la mes lo primero que hice fue usar un pequeño cuchillo para sacar los cortes más pedidos el muslo y el estómago, luego lo abrí, toque varias veces para asegurarme que sintiera dolor, lis riñones ni ser usan así que los que con tijeras y los bote, la sangre inundaba la mesa, más de lo habitual y no podía desperdiciarla, al emperador le gustaba la salsa con sangre. Luego llegue a la parte más costosa y más pedía por todos, los ojos, no hay herramienta para sacarlos por lo vertebral ya muerto solo se abre la cabeza y cortan las cuencas pero yo no quería que muriera tan pronto su que los saque lentamente empujando con el corazón y el índice hacia afuera hasta que se desprendieron, luego le que piel con una herramienta que si bien no estaba diseñada para eso, su causaba dolor y gritos. Oh! Como lo disfrute.

Cuando ya tenía todos los cortes ecos los llene a el exhibidor esperando clientes que compraran los apetitosos cortes, uno tras otro se vendían rápidamente y este método poco ortodoxo mejoraba la calidad, o eso decían los clientes, el dolor era el ingrediente secreto, el sazón que buscaban todos mis clientes.

Me di cuenta del poder que tenía una calurosa tarde, el heredero del rey me pidió un encargo pasta una gran fiesta a la que estaba invitada toda la burguesía y yo quien resaltaba por mi cuerpo que no era tan delgado como los demás y mis vestidos poco refinados, pero sin embargo fui tratado como cualquier otro burgués.
El rey me pidió un carne que su hilo no compró y el único que tenía para asesinar y hacer el corte era el hijo del rey. Los demás eran muy flacos, el rey sabía que el era el único y me entregó a si único hijo para que lo asesinara sin piedad alguna con métodos un pocos inhumanas, pero el hambre del rey era mayor al amor humano. En el castillo lo hice sin anestesia como ya era costumbre mía. Los gritos de dolor solía subía mi hambre. Al día siguiente recibí toda las felicitaciones, la misma noche asesine a su hija mayor y su única hija.

La cólera del rey era incluso mayor que su hambre. El ejército real me capturó y me llevó ante el rey para ser decapitado. Haber con el verdugo durante todo el viaje y cuando el rey lleno de cólera, me vio sus ojos se llenararon del mismo odio con el que yo mataba a mis víctimas yo me reía y dije "los crimines de los poderosos siempre quedan en la impunidad"
-No se a que se refiere. Acá el rey soy yo y usted es un simple carnicero.
-Verdugo, dirijalo a la la mesa de trabajo, más tarde lo tendrá en su mesa y su siete hasta cocinado.
-Verdugo ¿cómo has podido traicionarme? ¡A Mi! ¡El mismísimo rey!.
-El verdugo río antes de responder "podemos vivir sin rey pero no sin carnicero".

Esa misma noche hubo un gran festín en mi honor. La primera vez que comimos cabeza de rey. Al día siguiente sería la coronación. Mi coronación ...

--NYKOLÁX