━━━━ "𝘿𝙤𝙣'𝙩 𝙨𝙩𝙤𝙥".

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— ✕ ҂ Estás teniendo sexo con Sunghoon creyendo que estáis sólos en el departamento de Enhypen cuando, de repente, un intruso hace acto de presencia

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— ✕ ҂ Estás teniendo sexo con Sunghoon creyendo que estáis sólos en el departamento de Enhypen cuando, de repente, un intruso hace acto de presencia. Ꞌꞌ

ミ Something 'bout you
Makes me feel like a
Dangerous woman
(˛˛• •˛˛)

— Pedido por bomkkotchi_
— Explícito.
—Narrado en primera persona y pasado.
—Eliminaré comentarios ofensivos.
—Vouyerismo.

Sunghoon tomó mis muñecas y las unió, aprisionándolas contra la almohada con tanta fuerza que tuve que suplicar con un gemido que aflojara su agarre de depredador

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Sunghoon tomó mis muñecas y las unió, aprisionándolas contra la almohada con tanta fuerza que tuve que suplicar con un gemido que aflojara su agarre de depredador. Abrí las piernas por instinto cuando se abrió paso con su cuerpo esculpido y desnudo entre ellas. Jadeante, me miró a los ojos con una sonrisa repleta de complicidad y un deseo insaciable. Llevábamos una hora solos ; una hora en la que habíamos estado jugando. En esa hora, Sunghoon acabó con mis fuerzas, pero no me dejó acabar a mí. Estuvo manteniéndome en el límite con aquellos labios bañados con el hechizo del placer, su lengua y sus dedos. Su habilidad me hizo ver las nubes, pero no me permitió alcanzar la cima donde las nubes se despejaban y la claridad me dejaba ver las estrellas. Ahora, había conseguido convencerle con súplicas y una mamada para que me follara de una vez. Lo tenía entre mis piernas, por fin, a punto de hacerme temblar en el colchón de la cama con más motivos aún de los que había tenido anteriormente.

Atrapó mi labio inferior entre sus dientes y su miembro duro y mojado me rozó la entrada, amenazador. Deseaba acogerlo por fin, porque cada vez que lo hacía creía que volaba. Nadie sabía de nuestro sexo casual ni de lo que pasaba entre nosotros, por eso las pocas veces que podía suceder, cuando conseguíamos quedarnos solos, eran tan maravillosas, largas y estaban tan sumamente cargadas de perdición y ganas acumuladas.

Sunghoon se echó hacia atrás, tomó mis piernas y las subió a sus hombros. Una mano la apoyó a mi lado, preparándose. La otra se la pasó por el cabello húmedo por el sudor para apartarse el flequillo aguado que le caía por los ojos. Cuando se los despejó vi que me miraba y me derretí con su miembro a punto de nadar por mis fluidos. La primera embestida me tomó por sorpresa, después sus dos manos viajaron a mis caderas y apretaron, me levantó un poco y no paró. No llegué a ver las estrellas, pero las rozaba con la punta de los dedos con cada uno de sus movimientos acelerados. Los gemidos guturales de Sunghoon se impregnaron como el sonido más excitante en mis tímpanos.
Estaba a punto. A tan poco...
Y la puerta de la casa se abrió. Escuchamos ambos cómo una sola persona daba pasos hasta dentro y cerraba tras de sí. No se escuchó a nadie más detrás. Nos quedamos paralizados y nos miramos entre nosotros. Esa persona estaba hablando por teléfono, pues pronto pudimos escuchar su voz realizando una llamada. Jake, a tan sólo una pared de distancia, colgó y se mantuvo en silencio.

—¿Dónde están? —se preguntó el australiano a sí mismo, refiriéndose a nosotros, ya que sabía que nos habíamos quedado ambos solos en el hogar.

Sunghoon y yo abrimos los ojos como platos y nos estuvimos preguntando con la mirada qué hacer durante varios segundos. Era evidente que, en cualquier momento, Jake abriría la puerta y nos vería en una situación comprometida, incluso si tratábamos de parar de inmediato y vestirnos, porque no nos daría tiempo. Cada paso suyo, dudoso, sonaba más cerca del cuarto, así que tomé una decisión que creí —en vano— que le frenaría.

—Sunghoon, no pares —le pedí. Decidí olvidar que Jake estaba allí, sin embargo, no pude. Hubo algo en mí que lo tomó como una ventaja, de alguna forma. Sunghoon arqueó las cejas en señal de duda y yo empujé mis caderas para que su miembro se hundiera más en mí. Apreté las piernas y le arranqué un gemido, por el que se tapó la boca alarmado. Le aparté la mano, retándolo con la mirada. Si a mí me excitaba que Jake pudiera escucharnos y me animara a terminar de una vez, conseguiría que él también lo viera de ese modo—. Por favor... estaba tan cerca —supliqué, sin dejar de hacer círculos con mis caderas alrededor de su longitud.

Sunghoon gruñó, luego suspiró y pareció llegar finalmente a la fase de aceptación, porque empezó a moverse suavemente hasta no poder soportar más su duradera erección y la satisfacción que la envolvía. Retomó el ritmo frenético anterior y chillé su nombre cargada de calor, fuego y llamas. Él jadeaba y se quedaba sin aire debido al éxtasis. Jake se calló y sus pasos se detuvieron justo en la puerta, y pude imaginar que estaba escuchando atentamente. Visualicé en los ojos de Sunghoon el morbo y lo escuché cuando comenzó a gemir mi nombre. Los golpes de su cuerpo desnudo contra el mío eran tan fuertes que sonaban como palmadas.

La puerta se abrió, pero eso no nos detuvo a ninguno de los dos. Sunghoon aferró tan fuerte sus manos a mis caderas, como para no caer rendido ante el cansancio o la excitación —o tal vez para no ceder ante el impulso de parar por la entrada de Jake— que supe que pronto éstas se quedarían marcadas en mi piel, como prueba de lo que había sucedido.

Ambos sabíamos que Jake estaba mirando incrédulo. Lo que no sabíamos era por qué no se iba, pero, igualmente, ninguno de los dos lo observamos, ya que podría ser incómodo. Simplemente hicimos como que no nos habíamos percatado y disfrutamos de ese calor añadido que nos provocó la interrupción para continuar. Cada vez estaba más cerca del más delicioso orgasmo, por muy extraño que resultara.

Pensar que tal vez Jake se había visto excitado por la escena me hizo apretar los ojos, cegada por el placer. Mis muslos se enderezaron y pude notar que acogía más mojada el miembro deslizante de Sunghoon, hasta que, al unísono, gemimos el nombre del otro. Él salió rápidamente y yo cerré las piernas, prolongando el placer que crecía sin fin de entre ellas hasta el nacimiento de mi útero.

Suspiramos muchísimo, y la puerta se cerró, dejando a Jake fuera.

...

Nunca había escrito algo así y no sé si lo he hecho bien porque no comprendo bien el fetiche de ser observado (me refiero a que no sé cómo funciona exactamente(?) pero SUNGHOON

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Nunca había escrito algo así y no sé si lo he hecho bien porque no comprendo bien el fetiche de ser observado (me refiero a que no sé cómo funciona exactamente(?) pero SUNGHOON.

—Annye.

𝐑𝐄𝐃 𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓𝐒 | ENHYPEN 𝐒𝐌𝐔𝐓 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora