Capítulo 6. Cuando dos bestias se vuelven una amenaza

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Al día siguiente, la pareja tomó un vuelo muy temprano rumbo a Hong Kong, y luego de un largo viaje llegaron al Shatterdome, dónde entraron directamente a dejar sus cosas y a descansar un rato, pero en el caso de Jen, esta se llevó una sorpresa al ver un ramo de flores sobre su escritorio.

Felicidades por tu graduación.

Att: papá.

Jen no sabía cómo sentirse con respecto al obsequio, le agradecía el gesto a su papá y de cierta forma le sorprendía, pero al final, hubiese preferido que se lo entregara él directamente, aun así, era más de lo que espero recibir.

—Oye, lo creas o no, Mako programó un entrenamiento ahora mismo y...¿Estás bien?—preguntó Jake al ver a la pelinegra con la mirada perdida, pero Jen sonrió.

—Sí, son de papá—dijo Jen señalando las flores sobre su escritorio, y Jake entró a la habitación para acercarse a la pelinegra, no sabía si eso la alegraba, o si, por otro lado, la entristecía.

—Eso es bueno, ¿No?—

—Supongo. ¿Qué ocurrió con Mako?—preguntó Jen ahora mirando con atención al castaño.

—Más entrenamiento, al parecer está un poco incómoda porque somos el único equipo en la estación que no entrena todos los días—

—Eso es ridículo, ningún equipo entrena todos los días—se quejó Jen desempacando sus cosas, y Jake le dio la razón antes de sentarse en la cama.

—Lo sé, pero empezamos a conocer a Mako, ella es un poco psicorrígida—respondió Jake tranquilamente.

—¿Solo un poco?—

—Bueno, es muy psicorrígida, y hay que ir a dicho entrenamiento, pero lo mejor sería ir y hablar primero con el mariscal, ya sabes, por protocolo—dijo Jake levantándose para no perder más tiempo, y Jen asintió mientras terminaba de dejar sus cosas en su lugar, tampoco llevaba mucho equipaje, recordaba que eso la llevó a soportar otro reproche de Katie.

Ambos salieron de la habitación para dirigirse a la sala de mando, en el camino saludaron a Annie y a los Kaidonovsky, aun así, no perdieron mucho tiempo y fueron a reportarse en la sala de mando, dónde Herc Hansen les informó que no se presentó actividad en el abismo, así que todo estaba tranquilo. Sin embargo, cuándo la pareja iba a salir del lugar, el mariscal llamó a su hija, así que Jake dijo que se adelantaría para reunirse con Mako.

—¿Hice algo mal?, porque sea lo que sea, no fue mi culpa—dijo Jen rápidamente, aunque no dejó su habitual seriedad.

—No, claro que no, solo...felicitaciones por tu graduación, no cualquiera se gradúa del MIT con honores, y, aunque no tenga el derecho, me siento muy orgulloso—dijo Herc con sinceridad y notó que su hija se veía sorprendida, aun así, Jen se aclaró la garganta.

—Muchas gracias, por esto y por las flores; me gustan los lirios—dijo Jen suavemente.

—Lo sé, no lo he olvidado—respondió Herc sonriendo. Jen iba a decir algo más, pero Chuck entró a la sala de mando y traía a alguien consigo.

—No puede ser, ¡Estás hermoso, mi albondiguita!—dijo Jen emocionada mientras se arrodillaba, y segundos después, un perro bulldog se acercó a la pelinegra lo más rápido que su contextura le permitió.

—Creo que él también te extrañó—dijo Herc mirando a su hija, pero notó que su hijo se acercaba con lentitud.

—Camille hizo un escándalo, pero Max no le pertenecía—dijo Chuck observando al perrito, el cual babeaba a la vez que Jen lo abrazaba.

PACIFIC RIM: The Battle of Humanity 🌎⏱️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora