Epílogo

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Cuatro años después.

—Creí que no volvería a ver el océano pacífico de una manera normal, tranquila—dijo Herc observando el océano, y la persona a su lado sonrió mientras bebía de su piña colada.

—Ahora si podemos disfrutar de las vacaciones—dijo Izzie sonriendo, la pareja estaba sentada en dos sillas veraniegas, pero dicha tranquilidad no duró mucho.

—¡Abuelo!, van a abrir los toboganes—dijo Samantha alegremente, la niña ahora tenía 8 años, y Herc rió suavemente antes de sentar a la pequeña en una de sus piernas.

—Es cierto, pero iremos al otro pequeño porque mami dice que no tengo la estatura para ir al tobogán que atraviesa el barco—dijo otra inocente voz, y Herc sonrió antes de cargar a su nieto para acomodarlo en su otra pierna; Robert Hansen Tanner ya tenía 3 añitos, heredó el cabello de su mamá y los ojos de su papá, sin duda era un bebé precioso, lógicamente fue nombrado como uno de los hombres más valientes del planeta, incluso Katie estuvo más que de acuerdo en nombrarlo así a pesar de que ella ya tenía pensado los nombres para sus hijos, pero claramente las circunstancias cambian.

—De acuerdo mis niños, pero primero iremos a almorzar en familia—dijo Herc antes de cargar a sus nietos y caminar junto a Izzie para ir hasta la terraza del barco, donde estaban sus hijos con sus parejas esperando.

—Papi, el abuelo dice que iremos a los toboganes, yo quiero usar ese—dijo el pequeño Robert señalando el enorme tobogán que pasaban en un extremo del barco.

—Lo usarás mi pequeño, cuando cumplas 30 años, ese tobogán es un peligro—dijo Chuck sonriendo mientras cargaba a su hijo, el cual se quejó.

—Es cierto, iremos a nadar en la piscina para bebés, mi príncipe—dijo Katie tiernamente, acariciando el cabello de su hijo, aunque la rubia ahora lucía una pancita que indicaba 6 meses de embarazo, hace poco descubrieron que sería una niña y se llamaría Mackenzie, sin duda Katie no iba a renunciar a todos los nombres de sus hipotéticos hijos.

—Quién te viera Chuck, todo un amargado padre de familia—dijo Jen riendo a carcajadas, pero el nombrado sonrió.

—¿Más que tu esposo? La vida conspiró para darle solo hijas, y quien lo ve, morirá de un infarto—dijo Chuck burlonamente mientras observaba a Jake ayudar a sus gemelas a comer. Casey y Laura Lennox Hansen nacieron un año después de que la guerra terminó, y ahora estaban a días de cumplir 3 añitos. Las pequeñas eran idénticas a Jen en varios aspectos, pero heredaron el cabello de Jake. Eran hermosas. La idea de nombrar a una como Laura fue de Jen, sorprendentemente. La pelinegra no veía a Laura solo como la exnovia de su esposo; la veía como una valiente mujer que dio su vida por la causa y ayudó a Jake en el peor momento que él tuvo. Sin duda, era un acto de madurez.

—Te veré Chuck cuando Mackenzie nazca, será tu karma—dijo Jake con la misma burla y Chuck no dijo nada porque todos asintieron.

—Cómo sea, podemos disfrutar de unas vacaciones familiares sin drama de por medio, porque al volver tendremos la visita de Camille—susurró Chuck tranquilamente. Luego de la guerra y de que Robert naciera, tanto Chuck como Jen dieron su brazo a torcer en ciertos aspectos, ambos accedieron a que Camille fuera de visita y viera a sus nietos, pero ellos estaban fuera de la ecuación, nunca la verían como una mamá, pero tal vez, si Camille falló como madre no lo haría como abuela, incluso Ryan parecía alejarse de su mamá porque esta dejó de ir a verlo, pero eso era algo en lo que los Hansen no iban a involucrarse, estos eran cercanos a Ryan, y el ahora jovencito era un feliz tío.

—Es cierto, además Chuck, ¿Qué vas a hacer cuando Sammy diga que tiene novio?—dijo Jen sonriendo, pero los tres hombres se ahogaron con el almuerzo.

—No digas eso Jen, ¿Qué te ocurre?, mi princesa no va a tener novio—dijo Jake indignado.

—Tiene 8 años, Jen, por Dios—se quejó Herc.

—Lo mato, así de simple, más vale que mis sobrinas y mi hija decidan ser monjas—dijo Chuck seriamente, pero Katie lo golpeó en el hombro.

—Apoyo esa idea—dijo Jake alegremente, pero Jen bufó.

—De acuerdo superpapá, mega tío y abuelo invencible, a ver qué hacen cuando las niñas tengan 15 o 16—dijo Jen riendo mientras limpiaba la boquita de sus gemelas, además, Sam parecía concentrada en darle la comida a Max, el cual ya tenía una edad avanzada y prefería sentarse solo a ver a los niños jugar.

—Jen, ¿Por qué no te lanzas de clavado al océano?, le diremos al capitán del barco que te caíste y volveremos por ti—dijo Chuck como si nada mientras los niños reían.

—La menopausia te está afectando, Chuck, es la edad, estás viejo, mi sobrina te dirá abuelo en lugar de papá—dijo Jen burlonamente, y Katie se ahogó con la comida. Los demás empezaron a reír a carcajadas sin poder evitarlo.

—Hay días en los que no te soporto—se quejó Chuck, aumentando la risa en los demás—Jake está igual de viejo—se defendió Chuck, pero el nombrado sonrió.

—Pero mis hijas ya nacieron—debatió Jake.

—No fastidies Chuck, quiero disfrutar de las vacaciones, siempre quise ir en un crucero sin preocuparme si un Kaiju lo partirá a la mitad o si nos estrellaremos con un iceberg—dijo Jen alegremente, pero los niños la miraron asustados.

¿Nos estellalemos?—preguntó la pequeña Laura con inocencia.

—¿Partirán el barco?—dijo Robert, asustado.

—No, papi, me quiero bajar—dijo Sam, aterrada, aferrándose a su papá.

No entedí—dijo la pequeña Casey comiendo un muslo de pollo, sin duda ella era más parecida a su mamá. Sin embargo, al ver a los niños asustados, todos miraron a Jen con reproche.

—Jen—se quejó Jake, calmando a sus hijas

—Nunca dejaste de ser bocona—dijo Chuck molesto mientras Katie abrazaba a su hijo.

—Perdón, se me zafó—dijo Jen nerviosamente—Sin duda los niños son más delicados, imaginen los que nacieron viendo a los Kaijus hundir barcos—agregó la pelinegra incrédula.

—¿Hundir?—dijeron Sam y Robert a la vez, y se aferraron a su respectivo papá.

—Mi amor, ¿Por qué no almuerzas?—dijo Jake tiernamente, mirando a su esposa tipo "ayúdanos a no asustar a los niños".

—Sí, Jen, cierra la boca—se quejó Chuck mientras Izzie reía, además, Herc miró a su hija con resignación, ella nunca cambiaría.

—De acuerdo, no diré nada más—dijo Jen riendo mientras cargaba a Casey. Jake cargaba a Laura y dejaron a Sam en el medio para que no estuviera nerviosa. La pelinegra se tomó un momento para ver a su familia; ya ni siquiera recordaba lo que era estar sola, y estaba segura de que Jake tampoco. A pesar de todo el dolor, debía agradecer muchas cosas, porque Gipsy le quitó a su familia, pero años después se la devolvió, y no solo eso, le permitió conocer al amor de su vida, que era todo para ella.

Jen sonrió alegremente mientras miraba el mar. Extrañaba sentir esa paz que generaba el océano; era increíble no tener que preocuparse por un desastre a nivel mundial. Ahora solo debía concentrarse en su familia. Se giró nuevamente hacia ellos y, por unos segundos, vio a Sam—su hermana—mirándolos con orgullo. Jen sonrió ante eso; su hermana también estaba en paz, y, a pesar de no tenerla con ellos, ahora no recordaba a su hermana con dolor.

Fin.

PACIFIC RIM: The Battle of Humanity 🌎⏱️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora