𝐕𝐈

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—¿Estás loco?, Jamás podría. — Se alejó separando sus manos con las de él. —Se molestarían y no sé cómo te recibirían, puede ser peligro. —

Estoy dispuesto a hacerlo, si tratan de matarme me iré corriendo. — Bromeó.

Creó que no te lo eh dicho pero las sirenas y tritones no son como esa ridícula historia de "la sirenita". —

—¿Qué te refieres al cuento, ¿qué hay de malo con él? —

En serio, tal vez lo pensare, pero no te prometo nada. — Le sonrió.

El sol se iba escondiendo en el océano pintando el lugar de un hermoso color naranja, Levi lo miro para darse cuenta de que Erwin ya hacía mirándolo a él.
Sin duda los colores cálidos eran del rubio, pero el atardecer solo anunciaba que pronto anochecería.

Demonios ya es muy tarde, ya me tengo que ir, no vemos Levi. —

Adiós Erwin. — Y así los dos volvieron a sus mundos.

Mientras más caminaba más oscuro se volvía el bosque, por suerte ya conocía esa zona de tantas veces de ir a ahí, pero Erwin tenía otro problema, jamás había llegado tan tarde ojalá nadie le preguntara donde estaba.

Joven amo, ¿Dónde ha estado?, Se perdió de sus clases de esgrima, las clases de música y sobre todo las clases de patinaje su itinerario indica que tiene una competencia cerca, tendría que practicar más. — El mayordomo lo abordo casi sin dejarlo pasar.

Era cierto con todas las cosas que estaban pasando no tenía el tiempo necesario, había olvidado hacer las cosas que le gustaban y apasionaban.

Por favor perdóname señor Frederic, trataré de no retrasarme más pero ahora tengo que hacer una tarea importante de la universidad, si usted me permite. — Mintió para poder descansar por ahora.

Justamente sus amigos preguntaron por usted, se quedaron esperándolo en su habitación, me preguntaron si usted estaba ¿Puede creerlo?, Pensaron que usted se había ido de viaje con el Conde Zeke. —

Se giro a sobre sus tobillos para mirarlo
E-Enserio, es que son muy despistados talvez no me vieron jaja. — Soltó una risilla de incomodidad.

Bueno si desea algo no dude en pedirlo. —

Claro, puede traernos café. — El más alto suspiro y entro en su habitación preparándose para el sin fin de preguntas que sus amigos le harían.

El entró, Hange estaba acostado en su gran cama mirando hacia arriba y Mike sentado en un sofá cerca, los dos miraron la puerta al escuchar que era abierta.

¡Erwin! — Los dos dijeron al mismo tiempo mientras se levantaban.

¿Dónde te habías metido?, Han pasado semanas desde que no te veo. — Preocupado dijo Hange.

Eh yo. — El rubio sentía un nudo en la garganta ¿Era buena idea decirles todo?
No puedo decirles. — admitió.

¿Al menos di nos que no estás haciendo algo malo? — Esta vez hablo Mike.

No, claro que no saben que no soy así. -Los miro a los dos con sinceridad. — pero podrían hacerme un favor. —Ellos escucharon con atención. —¿Me enseñarían a nadar? —

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Levi Ackerman alto. — El nombrado se paró en seco y giro. — ¿Qué haces aquí, es tarde? — Farlan de nuevo.

𝘖𝘊𝘌𝘈𝘕.                                        𝘌𝘳𝘶𝘳𝘪.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora