𝐈

304 30 8
                                    

Grecia; Atenas
Año 840.

Los años pasaron después de la gran noticia del terrible naufragio que sufrió la familia real, el único que sobrevivió esa noche había sido el pequeño príncipe Erwin Smith, legítimo heredero al trono pero debido a su edad no podía acceder a la monarquía hasta que cumpliera 20 años, cuando fuera mayor de edad. Por el momento mientras el príncipe crecía la monarquía había pasado a manos de un consejo encabezado por políticos y demócratas muy importantes.

Había pasado tiempo y Erwin ya ni siquiera recordaba la voz de sus padres, mentiría si no le traía una cierta tristeza recordarlos.

A sus 19 años Erwin tenía una vida muy complicada, siempre iba detrás del conde Zeke y este siempre estaba detrás del príncipe para asegurarse de que este no estuviera involucrado en problemas, con el tiempo se convertiría en rey y le habían encargado a Zeke la gran responsabilidad de cuidarlo y educarlo, todos los días eran iguales Erwin tenía clases de cómo ser un buen rey, estudios, modales, conferencias, etc.

Apresar de todo cuando termino la educación media superior decidió probarse a sí mismo y estudiar la carrera de biología marina, sus clases eran como salir de la rutina de príncipe, al principio Zeke no se lo permitió diciendo que eso sería una distracción a su entrenamiento de rey, pero Erwin decidió probarle que estaba equivocado y finalmente accedió era más cansado, sí, pero al menos Erwin era feliz con eso.

—Joven amo tiene 15 minutos para desayunar, 20 minutos para bañarse y cambiarse y 20 minutos para llegar a la universidad. — Dijo la sirvienta dejando la comida en la cama recordando el horario de Erwin.

—Eh si claro. — Froto sus ojos soñolientos apenas despertando.

La comida olía delicioso, la sirvienta se fue rápidamente al baño a preparar la tina como le gusta al joven príncipe, otras preparaban la ropa asegurando que estuviera perfectamente limpia y planchada todo esto sin molestar la tranquilidad del joven.

La razón por la que había elegido la carrera de biología marina era por qué siempre sintió una fuerte conexión con el océano y quería saber que había sido la cosa que lo salvó, ya había descartado animales como los delfines apresar de ser seres sociales no creé que uno lo haya salvado, ese era su mayor interés y el saber porque había sido el único en sobrevivir, al estar más en la carrera le encantó la vida marina, hace poco había ido a ver como unas pequeñas tortugas bebés volvían al océano era algo maravilloso pero al final nada de eso tenía algún propósito, el estudiar una carrera no lo ayudaría cuando sea rey.

—¿Erwin sigues dormido? — Lo llamo su amigo moviendo su mano delante de él.

—Eh ¿Qué decías? —

—Estabas hablando de la siguiente investigación de las ballenas... Ah sabes que olvídalo lo hablaremos más tarde. — Dijo rendido el de lentes.

—Perdón Hange, creó que aún estoy algo dormido termine el trabajo muy tarde—. El rubio estiró sus brazos para poder despejar su mente.

—Si bueno no tienes por qué esforzarte tanto al final serás el Rey. — Comentó su otro amigo Mike.

—Claro que no, debo esforzarme igual que todos ustedes, si no lo hiciera esto sería una pérdida de tiempo. —Agrego Erwin con una voz firmé.

Al ingresar a la universidad pidió al director y profesores que no hicieran excepciones ni un trato diferencial con él, que lo tratarán igual que otro alumno y así fue. En esta hizo amigos como Hange él fue el primero en hablarle, era muy inteligente y se ponía como un loco por cualquier cosa sobre el océano, al principio pensó que era un chica y solo supo hasta que se lo dijo llevándose una gran sorpresa, su otro amigo fue Mike él era una persona muy especial tenía un sentido del olfato muy bien desarrollado, cuando Hange se lo presento lo empezando a olfatearlo algo que le pareció muy incómodo pero al final todos se hicieron amigos, eran como los tres mosqueteros.

𝘖𝘊𝘌𝘈𝘕.                                        𝘌𝘳𝘶𝘳𝘪.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora