.Soy Un Hombre De Palabra.

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Capítulo 7.



⊶ ⊷Rey Valdrik Corvus II Imperante de Hagstafark⊶ ⊷

.- Pero que míerda está pasando-Fue lo único que dije cuando escuche gritos.- Que son eso ruidos a esa hora?

Mi esposa también se había despertado, ella estába con la mano en el pecho por el susto, y ya estaba sudando.

.- Escuchaste eso Valdrik?-Me preguntó apresurada

.- Si, y tú estas bien?-Ella asintió.

Cuando iba a la puerta escuché pasos apresurados en dirección hacia nosotros, alcanzé mi espada y la desfundé.

Silencio, fue lo que escuche, y luego el estruendo de la puerta al abrirse.- Mierda!- Fue lo que dije, mi esposa pegó un grito y se tensó aún más

.- Señor! Están todos bien?-Dice mi guardaespaldas

.- De qué carajos estás hablando , qué es lo que pasa? Dondé están mis hijo?-Pregunté alterado

.- Mi señor, irrumpieron en el palacio, por lo que veo son personas lejanas a nuestra sociedad, Han venido por usted y por sus hijos-Dice la última señalando a mi esposa.

.- Mis hijos, ¡Que traigan a mis hijos! ¡Ahora!

.- Señor, ya sus hijos están a salvo de momento, hemos venido por ustedes, su bienestar es nuestra prioridad-hace una pausa cuando ve que no estoy satisfecho con su respuesta y sigue.- Piense con claridad, su esposa pronto dará a luz, traer a sus hijos aquí será mucho más difícil.

.-Pues vamos con ellos.

Mi esposa se para y la ayudo a caminar, salímos de la habitación, y fuera de ella alcanzé contar quince de nuestros hombres, mientras corríamos por los pasillos vi la luz reflejarse en la hoja de una espada escondída detras de un muro

.- Deténganse!-Dije, y todos pararon, mi guardaespaldas que estaba a mi lado me susurró

.- Qué pasó señor?

.- Hice señas con la mano señalando el lugar, Evaluamos el area y nos dimos cuenta de que no estábamos solos.- Llevense a mi esposa de aquí-Dije en un susurro, y mi guardaespaldas obedeció, enviando cinco de los mejores hombres con ella, yo la besé y le susuré.- Espérame si?, Pronto llegaré a tí.

Hice señas para que mis hombres se regaran y mi guardaespaldas se quedó conmigo. Fui en dirección del que había visto antes y saqué una daga que había en la parte delantera de mi traje, le clave en el cuello contra la pared y luego lo degollé lentamente arrastrando la daga hacia mi.

Pareció ser la señal para que todos aparecieran y empezara el ataque

.- Mierda!-Dije cuando un cuchillo salió volando casi dandome en un ojo.

Alzé la vista en dirección hacia donde esta había sido lanzada.

Era un hombre emascarado, desde la parte de arriba donde estaban las concubinas; la mascara dejaba ver de su naríz para abajo.

Su risa se tornó torcida luego de ver que casi me deja siego con eso que había lanzado

.- Pero que...!-Dije acercandomele apresurado, sin despegar mi vista de él.

De un momento a otro, él retrocede y desaparece entre los que estaban delante de él.- Mierda!

Alguien había lanzado una flecha, que me dio justamente en el brazo izquierdo

.- ahhh!

.- Se encuentra bien señor!-Grito mi guardaespaldas acercandose a mí.

.- Apartate-Le dije al ubicar quien me había hecho eso.

Le quité la espada a mi guardaespalda, y corrí hasta el hombre, salté un muro para tomar impulso, y al estar frente a el, le dedico una sonrisa ladina inclinando un poco la cabeza, pues el infeliz me llegaba mas abajo del hombro

El estaba sudando, y daba pasos hacia atrás; me le acerqué y le susurré

.- Arde

Le clave el la espada en el estómago, y le deje caer encima una antorcha encendida; En gritos y maldiciones se calcinó allí.

Me devolví, ya no era yo mismo, mi familia estaba en peligro, y no sabía quienes eran los atacantes, pero algo sí sabía.

Sus cabezas colgarían en cada muro, desde el más pequeño hasta el más grande, de eso podrían estar seguro, pues soy un hombre de palabra.








Tarde pero seguro Sisi

En el Balcón de mi habitación (El Príncipe Y La Plebeya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora