Capítulo XIX
⊶ ⊷Adrik Corvus. Vástago real de Hagstarfak⊶ ⊷
Esperé a que saliera para soltar una risa.
Qué ingenua.
La puerta se abre de nuevo, y estoy listo para reclamarle su imprudencia. Pero en vez de ella, quien entra es Amnon.
— Qué inoportuno — le digo mientras me dirijo al descalzador para recoger mi camisa.
— ¿Qué rayos pasó aquí? — pregunta, observando el cuarto y luego a mí, y finalmente fijando su mirada en la camisa que tengo en las manos.
— De acuerdo, tengo una hipótesis — dice divertido.
— Expónla — le respondo, acomodándome en una silla. Esto promete ser entretenido.
Él se sienta también, pero en el banco del tocador.
— Todo aquí está oscuro — comienza, y ya sé por dónde va a ir. Pervertido. — Tú estás sin camisa, con el cabello desordenado; tu doncella parece haber salido corriendo, y... esta sonrojada y agitada. Así que, mi príncipe... ¿cómo es ella?
Su mirada traviesa me arranca una carcajada.
— Deja de fantasear, Amnon. Nada de eso ocurrió — respondo, agitando la cabeza. — Aunque tu imaginación desbordante me entretiene.
Amnon inclina la cabeza con un gesto burlón.
— Pero ten cuidado, no todos los chismes son infundados.
Levanto una ceja.
— ¿Qué insinúas?
Amnon sonríe, cruzando los brazos.
— Las miradas lo dicen todo, Adrik. Y la tuya hacia Eveline... es diferente.
Mis cejas se fruncen por un breve instante.
— No empieces con tonterías. — Entro al armario y tomo una camisa negra. Me lo coloco con firmeza, terminando la conversación de golpe. — Hablemos de algo más relevante. ¿Ya está todo listo para la fiesta?
Amnon me observa unos segundos más, y al final suspira.
— Sí, mi príncipe. Todo está en orden. Pero... — hace una pausa — que el destino no te juegue una mala pasada.
— Has arruinado mi buen humor.
— Oh — pone la mano en la boca de manera dramática.
— ¿Y ahora qué? — ya no estoy tan feliz como antes.
— ¿De buen humor?
Levanto una ceja para que entienda que no estoy comprendiendo.
— O sea que Eveline estuvo aquí contigo. Y dices que estás de buen humor? ¿No dices que quieres matarla por ingenua? Eso es un prgreso — sonríe abiertamente.
— Espera, ¿cómo es que sabes su nombre?
— A veces me cuestiono tu inteligencia, Adrik.
— ¿Qué?
— Te recuerdo que conoces su nombre porque yo se lo pregunté.
— Me refiero a por qué la llamas por su nombre.
— ¿No debería? — pregunta.
— Pues no.
— ¿Y eso por qué?
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En el Balcón de mi habitación (El Príncipe Y La Plebeya)
RomanceEn el XV año del reinado del Rey Valdrik Corvus, se dió a cabo uno de los famosos relevos que sucedía cada diez años. El Rey tiene dos hijos: Alhaia "la mayor" y Adrik. en uno de esos relevos, llega al palacio una plebeya, que pronto encontrará agra...