[ 014 ]

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Estoy completamente convencido de que estoy en una pesadilla recurrente que sólo terminará con mi muerte o mi miseria eterna.

Resoplé y me crucé de brazos, completamente molesto mientras nos dirigíamos a nuestra habitación en el ascensor. Por supuesto que él estaba tranquilo, como de costumbre, pero se veía casi tan molesto como yo. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, fui el primero en salir. Abrí la puerta con mi tarjeta y entramos.

-Whoa.-¡Esta habitación es increíble! Dejé mis maletas en la puerta y me acerqué a las grandes las ventanas. La vista era impresionante. Estaba tan perdido en lo que apenas noté el sonido de un golpe seguido por algunos murmullos.

-¿Eres tan cabeza hueca que ni siquiera puedes mover tus maletas? -Rodé los ojos, la magia de la vista se evaporó inmediatamente. Dándome la vuelta, lo vi pararse.

-Lo siento señor. ¿Estás herido? -Él resopló y sacudió la parte delantera de sus pantalones.

-No, estoy bien. -¡Oh, qué maravilloso! Volví a apreciar la vista, empezando por el agua azul. De pronto se me ocurrió una idea maravillosa. Si pudiera conseguir que se acercara al agua, podría "accidentalmente" empujarlo. Mi interior soltó una risa.

Probablemente puede nadar idiota. Sal de tu burbuja ¿quieres? Suspiré y sacudí la cabeza. Iba a tener que ver a Goncho para una evaluación mental.

-No puedes estar allí y mirar todo el día. Tengo que asistir a una reunión y te necesito allí. -Pasó por al lado mío, caminó al baño.

-Sí, señor. -Debería haber sabido que no iba a poder disfrutar de esto.

Nos marchamos del hotel y tomamos un taxi hacia un gran edificio

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Nos marchamos del hotel y tomamos un taxi hacia un gran edificio. Tuve que evitar explotar de risa cuando el conductor del taxi estornudó y Iván le lanzó una botella de desinfectante para manos en la cabeza. Este hombre estaba loco.

Ajusté mi corbata, que no se sentía cómoda con el calor, y lo seguí adentro. Una fila de personas lo estaba esperando, quienes asumí que eran los nuevos trabajadores. Todos se inclinaron en un total de noventa grados. Uno de los hombres salió de la multitud, sonriendo.

-Bienvenido, Joven Buhajeruk -A pesar de que estaba hablando con él, sus ojos estaban clavados en mí. Aparté la mirada y cambié mi peso de un pie a otro.

"El joven Buhajeruk" Mantuvo sus manos en el bolsillo, y se inclinó un poco, haciendo caso omiso al apretón de manos que ofreció en hombre. Hum, el loco de los gérmenes. A él no pareció importarle, luego giró y me tendió su mano.

-¿Y tú quién eres? -Me sonrió y estrechó mi mano.

-Rodrigo Carrera, secretario del señor Buhajeruk. Gracias por darnos la bienvenida.- Al menos uno de nosotros debe ser educado. Él sonrió y me cogió la mano un poco más fuerte de lo necesario. Iván se aclaró la garganta y dio un paso hacia adelante.

Devil Boss ; 𝐑𝐎𝐃𝐑𝐈𝐕𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora