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¿Palmas sudando? listo. ¿Boca seca? listo. ¿Dolor de cabeza? listo. ¿Muerto de miedo? doblemente listo. Me quedé mirando a Iván mientras se preparaba para la cena que comenzaría en tan sólo dos horas. Me miró desde el espejo y levantó una ceja.

—¿Amor?

—¿Sí?

—¿Sabes que todavía estás en calzoncillos, no?—Me miré a mí mismo antes de mirar de nuevo hacia él.

—Uh-huh, estoy consciente. —Él puso los ojos en blanco antes de desaparecer en nuestro armario compartido. Me dejé caer sobre mi espalda e hice algunos ruidos quejumbrosos. Barry logró empujar la puerta y saltó sobre la cama y se puso encima de mí. Me quejé, pero no me molesté en moverlo.

—¡Hey, bájate! —Barry maullo, y para mi gran sorpresa, se bajó de mí y salió de la habitación. Suspiré y me cubrí la cara con las manos.

—Solamente casémonos esta noche y olvidémonos de esta cosa de la cena. No quiero lidiar con esto.

—Es demasiado tarde para eso. Levántate y vístete con la ropa que escogí para ti. —Hice un puchero y lo miré por entremedio de mis manos.

-¿Qué voy a usar? —Levantó un par de pantalones negros ajustados y una camisa blanca con cuello en V.

—Puedes usarlo con mi chaqueta negra. Sonreí y me senté.

—¡Aw, eres mi fashionisto!

—¿Qué?

—Ya sabes, como una fashionista, pero eres un fashionisto porque eres un hombre.

—....

—¿No es divertido?

—No, ya estás delirando. Vístete para que no lleguemos tarde. — ¡Maldita sea, era implacable! Cedí y me levanté para vestirme. —¿Quieres que te cepille el pelo? Le sonreí a Iván que estaba de pie en la puerta, haciendo girar las llaves del auto alrededor de su dedo.

—Sí, por favor. —Las guardó en su bolsillo y se acercó detrás de mí. Le di el cepillo y comenzó a cepillarme con movimientos suaves. Sonreí mientras lo miraba por el espejo. Ni en un millón de años, no, en un billón de años, pensé que iba a suceder esto. Que me iba a enamorar de mi jefe que me volvía loco, y que él me iba a amar también. Nunca pensé que íbamos a ser así juntos. Él entrelazó sus dedos por mi cabello.

—¿Alguna vez lo has teñido? —Asentí con la cabeza.

—Sí, una vez. ¿Por qué? —Él ladeó la cabeza hacia un lado, peinando mi flequillo.

—Hm, ¿podrías teñirlo castaño para mí? —Le sonreí.

—Cualquier cosa para ti. Voy a hacerlo antes de la boda. —Si es que había una boda. Si mi madre y mi padre no lo aceptaban, es posible que me enviaran en un avión otro país. Él sonrió y bajó el cepillo, terminando con mi pelo.

—Muy bien, ya estás muy lindo. ¿Estás listo?

—No, en absoluto. —Me eché hacia atrás en sus brazos, y me levantó y me abrazó.

—No importa lo que pase esta noche, aun así voy a amarte y voy a casarme contigo. Quiero que seas mi esposo Rodrigo y lo que quiero, lo obtengo. ¿Entiendes? —Suspiré, sintiéndome mejor a pesar de mi estómago revuelto.

—Sí, maníaco exigente. Vamos a salir de esto de una vez. —Es ahora o nunca.

—¡Sal del maldito auto! —Negué con la cabeza y me aferré a mi cinturón de seguridad.

—Están todos aquí. ¡No me obligues, amor!
—Suspiró y quitó mis manos del cinturón de seguridad y me sacó del auto.

—Rodrigo carrera, vas a entrar allí conmigo y vamos a sentarnos y manejar esto como se debe. —Él no me dio tiempo de decir algo antes de que me arrastrara adentro. Renuncié a mitad del camino y dejé que me tomara de la mano. Entramos en el salón que alquilamos para la noche y al otro lado estaban las puertas de la zona de comedor. Unicornio y Goncho sonrieron y saludaron con la mano.

Devil Boss ; 𝐑𝐎𝐃𝐑𝐈𝐕𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora