[ 017 ]

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¿Pánico? No, entrar en pánico sería malo. ¿Gritar? No, eso sería aún peor. ¿Mentir y esperar lo mejor? Por supuesto que no, no soy bueno para mentir cara a cara.

—No puedo hacer eso. —¿La verdad? Sí, no era la mejor opción, pero probablemente no me dejaría sin trabajo.

—¿Perdón? Por supuesto que puedes.—Negué con la cabeza y me levanté.

—Le dije que no lo puedo llamar. —Dejó los
papeles sobre su escritorio y se acercó.

—¿Te importaría explicarme por qué esta tarea parece especialmente difícil para ti?— Me mordí el labio y bajé la mirada hacia mis zapatos.

—Porque él es mi papá.

—¿Él es tu padre?

—Sí.

—¿Y?— ¡Aish! ¡¿Por qué está haciendo esto
difícil?!

—Él es mi papá y sabe que trabajo aquí.— Resopló, probablemente molesto, y se recostó en su silla.

—Rodrigo no tengo tiempo para acertijos. Te voy a dar menos de sesenta segundos para explicar que tiene que ver con todo esto. Adelante. —Bueno, aquí va todo.

—Él es mi papá y sabe que trabajo aquí, pero no sabe que soy un secretario porque inventé una mentira de mierda sobre ser alguien grande que toma decisiones importantes para hacerlo sentir lo suficientemente orgulloso y no tener que mendigar de rodillas por dinero para pagar mis cuentas, lo cual no hubiera sucedido si no me hubiera dado una mierda como mi primer cheque de pago. —Y exhalé. Bueno, la última parte era irrelevante, pero lo dije lo suficientemente rápido como para que no escuchara.

—Muy bien, vamos a ver si lo entiendo. ¿Estás diciendo que en vez de decirle la verdad a tu padre acerca de tu trabajo actual, mentiste sobre tu posición para poder complacer a tu padre hasta el punto de pedirle dinero prestado?

—Sí, eso es exactamente. Él aprende rápido.

—Qué lastima. Llámalo de todos modos.— ¡No! Eso no es lo que tenía que decir. ¿Mi historia no significa nada para él?

—Pero señor, usted...

—No quiero oírlo, Rodrigo. Tus problemas familiares no deben afectar tu trabajo. — Pero el trabajo es la razón por la que estoy teniendo este problema. Bueno, cuando decir la verdad no te saca de tu situación difícil, siempre está la opción número dos.

—¡Oh, por favor, oh por favor, oh por favor no me haga hacerlo! —Rogar. Caí de rodillas frente a su escritorio y puse mis dedos debajo de mi barbilla. Me miró como si tuviera seis cabezas y parpadeó un par de veces.

—Rodrigo, levántate. Deja de actuar como un niño.— Me quejé y me arrastré por la alfombra, sin importarme mi pantalón, para acercarme a su escritorio.

—Te estoy suplicando. Deme el día libre, déjeme esconderme en el baño o debajo de mi escritorio todo el día. Pero no deje que me vea. Usted no conoce a mi padre, él es crítico e exigente, y piensa que no puedo hacer ninguna maldita cosa. Nunca terminaré de escucharlo si él me ve y se entera de que he mentido, ¿por favor? —Hm. Crítico, exigente y piensa que no puedo hacer nada bien. Suena como alguien que conozco. Suspiró y pasó una mano por su cara.

—En primer lugar, párate del piso. —Miré hacia abajo y vi que todavía estaba de rodillas. Me levanté, me sacudí los pantalones y lo miré, esperando lo que iba a decir a continuación.

—En segundo lugar, no te voy a dar el día libre para que te escondas de tu padre. (viejo culiado)

—Pero...

Devil Boss ; 𝐑𝐎𝐃𝐑𝐈𝐕𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora