Capítulo 15

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Año 736.

Hace unas horas Dovac acababa de llegar de hacer una misión y ahora se encontraba descansando en casa.

No sabía cuánto tiempo tomaría hasta su próximo trabajo, pero prefirió relajarse en lugar de entrenar como sería habitual, ya que se encontraba en esa época de viajes con su escuadrón y aunque quisiera no podría entrenar de manera adecuada sin ser interrumpido, por eso destinaba sus prácticas a cuando se dieran sus descansos periódicos.

De repente el rastreador de Dovac sonó desde la mesa de centro, así que Dovac, sin abandonar el sofá donde estaba acostado, estiró la mano para tomar el dispositivo y colocárselo en su oreja izquierda, presionando el botón multiusos con el fin de reproducir el mensaje en formato de audio.

[Soy Leek. Traigo nuevas noticias. Hay una misión que requiere de una cantidad de escuadrones mayor a la habitual por su nivel de importancia, incluso irán soldados de Freezer. Por supuesto que ya apunté la participación del nuestro. El destino es el planeta Cereal y partiremos mañana a la misma hora de siempre. Eso es todo.]

Una vez que el mensaje finalizó, Dovac apagó el rastreador y se lo quitó, poniéndolo de vuelta en la mesa para más comodidad.

—Con que planeta Cereal, eh. Que nombre más estúpido. Hace años que no como cereal... —divagó el chico mientras miraba aburrido el techo de la sala—. Espero volver a comerlo algún día.

Dichas esas palabras, Dovac cerró los ojos y se concentró en dormir. Le había dado algo de sueño después de haber comido hasta reventar hace rato.

Al día siguiente, el chico se encontraba en la plataforma de lanzamiento a punto de abordar su nave espacial para dirigirse rumbo a su siguiente destino. Allí se había encontrado con sus compañeros, tan puntuales como siempre. Le gustaba eso, aunque no era algo propio de ellos, sino que era una obligación o de lo contrario se perderían el viaje y serían duramente sanciados.

—Escuadrón número 09: completo —informó el saiyano encargado de la logística del lanzamiento—. Destino: planeta Cereal. Estimación de llegada: una semana. ¿Hay algún problema en los datos?

—En lo absoluto —confirmó Dovac.

—Muy bien, pueden subir a sus naves.

Una vez listos los últimos preparativos, Dovac y su equipo abordaron el interior de sus naves. Cada uno de ellos se acomodó sobre sus asientos mientras veían las puertas cerrarse.

No tenían de que preocuparse por hacer nada, las naves fueron programadas de antemano para el viaje de ida y de regreso,así que lo único que tenían que hacer manualmente era presionar el botón para activar el mecanismo de sueño inducido.

—Oye, Bardock, por cierto. —A través de una llamada grupal por medio de sus rastreadores, Taro fue el primero de hablar mientras sucedía el despegue de sus naves—. En la mañana que nos reunimos pude ver que parecías más feliz de lo normal. ¿Pasó algo?

—No exageres, tengo la misma cara de siempre —contestó Bardock—. Solo estoy sorprendido.

—¿Por qué?

—Resulta que Gine dio a luz a mi segundo hijo. No me había enterado hasta ayer. No sabes lo fastidiosa que se puso ella regañándome por ausentarme tanto tiempo durante nuestra última misión.

—¿De verdad? —inquirió Taro medianamente sorprendido, aunque por el tono de su voz parecía querer echarse a reír por imaginarse la situación—. ¿Y qué hiciste después?

—Me mandó a ponerle un nombre. Lo primero que se me vino a la mente fue Kakarotto.

A partir de ese momento Dovac dejó de prestar atención a lo que sea que hayan continuado conversando Bardock y los demás, ni siquiera se dio cuenta cuando ya todos se quedaron en silencio tras haberse sometido a la animación suspendida.

¡Reencarné en un saiyan de clase alta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora